MÁLAGA, 12 (EUROPA PRESS)
El ex alcalde del municipio malagueño de Marbella Julián Muñoz aseguró este miércoles que el letrado, también acusado en esta causa, José María del Nido, “nunca fue mi persona de confianza” en el Ayuntamiento marbellí y reiteró que el ex regidor fallecido Jesús Gil no renunció “nunca” a ser alcalde de la localidad.
Muñoz reiteró, como a lo largo de las sesiones anteriores, que con quien el letrado despachaba y quien le contrató fue el propio Gil, ya que, subrayó, en Marbella “no se movía nada que no supervisara el señor Gil”. Indicó que conoció a Del Nido en el caso 'Camisetas' y sus relaciones eran “pocas”, aunque a partir de 2002 se empieza a crear una amistad.
El ex regidor contestó a preguntas del letrado del Consistorio, personado como acusación particular en el caso 'Minutas', sobre las presuntas irregularidades en los encargos profesionales realizados por el Ayuntamiento marbellí al letrado, e insistió en que no sólo se contrató como letrado externo a Del Nido sino que “había muchos abogados que se dedicaban a muchos asuntos”.
Por otro lado, matizó que comenzó a tomar decisiones propias cuando llegó a ser alcalde electo y apuntó, como ya hizo el letrado acusado, que tras ser Gil inhabilitado “sigue ejerciendo” como tal, a lo que añadió que en esas fechas “soy alcalde no electo, sino por inhabilitación del señor Gil”.
Puso como ejemplo que en una de las fiestas de Marbella, Gil quería llevar el bastón de mando y fue él mismo el que le recordó: “Jesús, que es que estás inhabilitado”, al tiempo que aseguró que tras esa inhabilitación, él quiso ejercer sus funciones “pero me fue imposible”. “Gil no daba opción a oponerse a nada o no hacer aquello que él dictara”, apostilló.
Por otro lado, fue preguntado por las sociedades municipales pero al igual que lo hiciera en las preguntas del fiscal Anticorrupción, Francisco Jiménez Villarejo, contestó que las presidía “por nombramiento de Gil”, pero que su puesto era “prácticamente político e institucional”.
Asimismo, reiteró que si las minutas se pagaban era porque venía con el visto bueno de la intervención municipal y que si alguna vez se puso algún reparo no se pagó. Señaló que con el interventor “no he tenido nunca un enfrentamiento, ni tengo nada contra él”, aunque recordó que éste dio el visto bueno a documentos y vio expedientes.