Las autoridades francesas han localizado en la morgue de la ciudad de Toulouse un cadáver que por sus características podría tratarse del miembro de ETA, Jon Anza, desaparecido desde el 18 de abril de 2009, informaron en fuentes de la lucha antiterrorista. En las próximas horas se le practicará la autopsia, así como las pruebas de AND para ratificar la confirmación.
Según las fuentes consultadas, Jon Anza fue localizado en la noche del 29 de abril del año pasado sin documentación, desorientado y con síntomas de haber sufrido un infarto en un parque de la citada ciudad gala. Fue conducido a un hospital por los servicios sanitarios municipales, falleciendo el 11 de mayo, 15 días después. Por este motivo las fuentes citadas descartan cualquier tipo de muerte violenta, como en estos meses ha denunciado la izquierda abertzale.
En cuanto a la demora para descubrirse el cadáver, las fuentes citadas indican que la Fiscalía de Toulouse no había informado en este tiempo del hallazgo del cadáver a la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que sin embargo ya ha tenido conocimiento telefónico del descubrimiento. Otras fuentes explican la tardanza se ha debido a los trámites para relacionar a las personas desaparecidas en Francia, con los cadáveres sin identificar.
Este miembro de la banda terrorista tenía 47 años y sufría una grave enfermedad. Cumplió una condena de 20 años de cárcel por su integración en ETA y, pese a haber nacido en San Sebastián, a su salida de prisión en el año 2002 se trasladó a Francia donde seguía colaborando con los terroristas. En concreto, su función consistía en actuar como correo.
Su familia denunció su desaparición en abril de 2009 y, un mes después, la banda terrorista hizo lo propio a través de un comunicado en el que admitían que Jon Anza no había acudido a la cita que tenía prevista con la dirección etarra en Francia para entregarle una importante suma económica procedente de la extorsión.
Audiencia Nacional
El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu abrió el pasado 8 de febrero diligencias para investigar su desaparición, ya que su paradero se desconocía desde la fecha citada cuando fue visto por última vez en las inmediaciones de la ciudad francesa de Bayona.
El titular del Juzgado Central de Instrucción número 4, que abrió esta investigación a instancia de las autoridades francesas, ordenó a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que preparasen un informe en el que se detallase en qué estado físico y mental se encontraba Jon Anza en el momento de su desaparición, a fin de determinar si pudo extraviarse y sufrir un accidente.
Del mismo modo, el juez instructor solicitó un análisis exhaustivo de las llamadas telefónicas que realizó el etarra en los días previos a su desaparición y de las que hicieron las personas de su entorno más próximo.
La apertura de la investigación por parte del juez Andreu se produjo después de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional recibiera una comisión rogatoria de la Fiscalía del Tribunal de Gran Instancia de Bayona, que investiga desde mayo pasado la desaparición del etarra a petición de su familia.
La desaparición de Jon Anza se había convertido en los últimos tiempos en una de las principales reivindicaciones de la izquierda abertzale y mantener presente esta causa una de las directrices de ETA tal y como se evidencia en algunos de sus comunicados o documentos internos.
Según auto del juez Batasar Garzón ETA incluía una serie de instrucciones para lograr una “activación popular” de cara al verano de 2009 entre las que indicaba que “las denuncias de la desaparición de Jon Anza con la presencia de sus fotos” tenían que ser “una constante”.
El ejemplo más reciente fue el que protagonizó el Colectivo de Presos de ETA (EPPK) en su “periodo de lucha” en las prisiones. Según anunciaron en uno de sus últimos comunicados, el pasado 18 de febrero los internos de la banda en cárceles de España y Francia llevaron a cabo protestas por su desaparición. También recientemente el etarra José Ignacio de Juana Chaos apareció con una camiseta con su fotografía en Irlanda.