Rajoy, dispuesto a implicar a CiU y PNV en la gobernabilidad de España

Pide una aplicación “más rigurosa” de la Ley de Partidos, que “faculta para expulsar a Bildu de las instituciones en cuanto haya pruebas”

MADRID, 6 (EUROPA PRESS)

El presidente del PP, Mariano Rajoy, está dispuesto a implicar a CiU y a PNV en la gobernabilidad de España si gana las elecciones generales del 20 de noviembre, en línea con lo que ya hizo el Ejecutivo de José María Aznar en 1996.

“Buscábamos que tanto el nacionalismo vasco como el nacionalismo catalán, además de otras fuerzas como Coalición Canaria, se implicaran en la gobernabilidad de España --afirma--. Considero que ese espíritu sigue siendo válido para el próximo gobierno que el PP esté llamado a formar”.

Así lo asegura en el libro 'En confianza. Mi vida y proyecto de cambio para España' (editorial Planeta), recogido por Europa Press, con sus memorias personales y profesionales. La obra se presentará el próximo 19 de septiembre en Madrid.

Rajoy confiesa que le pareció “muy positiva” esa mayor implicación den nacionalismo vasco en la gobernabilidad del Estado al inicio de la primera legislatura de Aznar. De hecho, recuerda que mostraron una “absoluta firmeza desde el primer momento en la lucha contra el terrorismo, convirtiéndola en una de las prioridades del Gobierno”.

En cuanto a los posibles acuerdos con otras fuerzas políticas, destaca que el PP “puede hacer pactos con cualquier formación política” en la próxima legislatura. “Estos pactos serán públicos y fruto de un compromiso también público, cuyo cumplimiento será estrictamente supervisado a lo largo de la legislatura”, advierte.

“HACER UN ESFUERZO DE REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA”

Rajoy considera que no pueden permitirse que la política y los políticos ocupen el segundo o tercer lugar en el listado de problemas que preocupan a los españoles. “Debemos hacer un esfuerzo de regeneración democrática”, añade.

Sobre la corrupción, cree que hay que ser “contundente” pero “respetando la presunción de inocencia”, ya que mientras no se pruebe el hecho de sí, “no se puede ser inquisidor, condenar sin haber oído al acusado”.

“Sé bien que ser juez no es tarea fácil. Así he intentado actuar en los casos en los que se ha acusado a algunos dirigentes del PP, que en muchas ocasiones no han resultado suficientemente probados”, confiesa.

POLÍTICA CONTRA ETA

Rajoy afirma que es contrario a la legalización de partidos que, “cambiando las siglas, siguen sin condenar a ETA y sus métodos terroristas, y se constituyen en beneficiarios naturales de la amenaza de la banda terrorista, cuyos objetivos políticos comparten”.

En el libro revela que le causó un “gran disgusto” la sentencia del Tribunal Constitucional que permitió a Bildu concurrir a las elecciones del 22 de mayo, así como que el PNV no aceptara el pacto que propusieron para “impedir” que Bildu gobernara en las instituciones. “Ver San Sebastián regida por un alcalde de Bildu me produjo un disgusto aún mayor”, asevera.

El líder del PP cree que se “debe exigir la aplicación más rigurosa de la Ley de Partidos, que faculta para expulsar a Bildu de las instituciones en cuanto existan pruebas suficientes para demostrar que es un instrumento de ETA”.

En materia de Justicia, señala que hay que fortalecer el principio de división de poderes y “despolitizar” la Justicia y reforzar la autonomía e independencia del máximo órgano gobierno de jueces, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). También llama a superar la “intensa politización” en la elección de los miembros del TC, ya que “daña la confianza” en el sistema democrático.

CONTRARIO A LA ALIANZA DE CIVILIZACIONES

Rajoy también reconoce en sus memorias que está “muy lejos intelectualmente de la confusa 'Alianza de Civilizaciones'” que el Gobierno socialista quiso convertir en “proyecto estrella” de su política exterior. A su entender, sus frutos “son muy escasos pese al dinero invertido”.

“Pero tengo la convicción de que, junto a las medidas de seguridad y de cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo islámico, es asimismo necesario ayudar a los sectores moderados del mundo musulmán y favorecer la evolución de esos países hacia la modernización democrática y el pleno respeto a las libertades”, dice, para concluir que la primavera árabe y la desaparición de Bin Laden abren “nuevas esperanzas” para que esos objetivos se hagan realidad