Los Reyes y don Felipe fueron recibidos a su llegada por el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero; los presidentes del Congreso, Manuel Marín, y del Senado, Javier Rojo, así como los portavoces y miembros de las mesas de ambas cámaras.
En su discurso, don Juan Carlos se refirió a la situación creada tras la ruptura de la tregua por parte de ETA y no dudó en dirigirse a los centenares de invitados para lanzar un nítido mensaje: “El futuro depende de nosotros”. Más aún, “tenemos la capacidad de conducir y liderar el camino hacia un futuro cada vez mejor”, sostuvo el Monarca, quien animó a “buscar la unidad y el entendimiento, basados en el diálogo sincero” ante las grandes cuestiones que afectan al Estado, entre ellas el terrorismo.
Recordó en este sentido el deber moral contraído con las víctimas y sus familiares y advirtió de que “divisiones y desencuentros no pueden ser compañeros de ruta de una gran Nación como España”.
Un ejemplo “para el mundo”
La transición política, continuó, es ejemplo “para el mundo” y “estímulo” de los propios españoles, que “siempre respaldarán a sus instituciones y Fuerzas de Seguridad en esa lucha”.
Treinta años después de aquellas primeras elecciones, el Rey sigue creyendo con todas sus “fuerzas” “en España y en los españoles”, así como en el valor “de presente y de futuro” que representa “el preciado marco de convivencia” que sustenta la Constitución. Al hilo de lo anterior, expresó su confianza en el futuro amparado por la Carta Magna, “en el que todos tienen su lugar”, que debe ser generoso y solidario y que alcance a todos los ciudadanos en todos los pueblos, ciudades y comunidades autónomas.
Tuvo también palabras de elogio para los principales actores de la transición, cuyo legado, añadió, “ha permitido evitar duros y estériles enfrentamientos en el normal desarrollo” de la vida política española. Hizo mención especial en este capítulo a la “destacada labor y personalidad” del ex presidente Adolfo Suárez, lo que levantó emotivos aplausos por parte de los asistentes.
Con anterioridad, Manuel Marín ensalzó en su intervención la figura del Rey en la transición española, porque, argumentó, don Juan Carlos abanderó el deseo de libertad y democracia que ambicionaban los españoles. Después de que se proyectara un vídeo sobre el papel de la Corona en la recuperación de la democracia, Marín justificó este homenaje en la necesidad de recordar lo que se hizo “entre todos” y, “por méritos propios”, lo que hizo la Corona y el Rey.
“Felicidades, don Juan Carlos”, dijo el presidente de la Cámara Baja, quien también homenajeó a los miembros de las Cortes Constituyentes, a los políticos de aquella generación y a la forma de hacer política “en aquellos momentos tan difíciles”. Con la vista puesta en el presente, admitió que España ha conquistado un nivel de desarrollo económico y social inimaginable hace treinta años, pero matizó que todavía quedan “muchas cosas que hacer” y hay situaciones, agregó, que sólo se resolverán “juntos y unidos”.
Limosna insuficiente
Pese a que Marín se encomendó a Santa Clara -a la que envió dos docenas de huevos y una limosna de 80 euros- para que la meteorología acompañara y la ceremonia pudiera celebrarse en la plaza de las Cortes, tal y como estaba programado, la lluvia no tuvo clemencia y cayó en Madrid durante toda la tarde. Eso obligó a modificar a última hora los planes, de manera que los centenares de invitados se acomodaron en el hemiciclo del Palacio del Congreso, desde donde pudieron seguir por pantallas de televisión el recorrido que los Reyes y el Príncipe de Asturias efectuaron por la exposición Prensa y Parlamento. 1977-2007.
Ya en el Salón de Pasos Perdidos del antiguo Palacio, saludaron al único ex presidente del Gobierno que asistió, Leopoldo Calvo Sotelo, así como a los ex presidentes del Congreso y del Senado, a los 7 ponentes de la Constitución y a los 17 parlamentarios de la actual legislatura que lo fueron también en la Constituyente. El saludo de los Reyes y el Príncipe fue especialmente cariñoso con el diputado del PP Gabriel Cisneros, quien acudió al acto en silla de ruedas debido a una grave enfermedad.
Las autoridades ocuparon luego un asiento en la Presidencia del hemiciclo, desde donde asistieron al visionado de un vídeo sobre el papel de la Corona en la recuperación de la democracia en España, después del cual tomaron la palabra el presidente del Congreso y el Rey. Los dos vicepresidentes del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes, así como todos los ministros, salvo el de Defensa y el de Administraciones Públicas, estuvieron presentes en la ceremonia, a la que también asistió la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas; el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, y el defensor del Pueblo, Enrique Múgica.
Entre los cerca de 600 invitados se encontraban protagonistas de la transición y de las primeras elecciones democráticas tras 40 años de dictadura, como Manuel Fraga, Alfonso Guerra, Miquel Roca, Santiago Carrillo o Marcelino Camacho.