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El Supremo pide 6.000 euros a los querellantes por los cobros de Garzón en Nueva York

MADRID, 2 (EUROPA PRESS)

El magistrado del Tribunal Supremo Manuel Marchena solicita una fianza de 6.000 euros a los abogados Antonio Panea y José Luis Mazón como requisito indispensable para seguir ejerciendo la acusación popular en la causa que investiga al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por los los cobros que pudo recibir a cuenta de la organización de unos cursos en Nueva York (2005-2006), patrocinados por el Banco Santander, cuando disfrutaba de un permiso de estudios.

En su auto, dictado el pasado 23 de febrero pero notificado este martes, Marchena señala que se trata de asumir la doctrina establecida por el Tribunal Constitucional en el sentido de que “la exigencia de una fianza no es en sí misma contraria al contenido esencial del derecho, siempre que su cuantía, en relación a los medios de quienes pretenden ejercitarlo, no impida ni obstaculice gravemente su ejercicio”.

El auto da ocho días a los querellantes para prestar la fianza, cuya solicitud se produce después de que el pasado 22 de marzo la Sala de lo Penal rechazara el recurso de súplica interpuesto por Garzón contra la admisión a trámite de esta querella, la segunda de las tres que se tramitan contra él en el alto tribunal (las otras lo son por prevaricar en su investigación de las desapariciones del franquismo y por intervenir las conversaciones de abogados del “caso Gürtel”). En este caso a Garzón se le atribuyen indiciariamente los delitos de prevaricación, cohecho y estafa.

Los letrados querellantes, José Luis Mazón y Antonio Panea, relacionan la percepción de 302.000 dólares por parte de Garzón con la decisión de éste de no admitir a trámite posteriormente una querella formulada contra directivos del Banco Santander, entre ellos su presidente Emilio Botín, en el proceso penal por las “cesiones de crédito”.

Por su parte, Garzón niega haber gestionado o administrado los fondos que destinó el Grupo Santander para el patrocinio al Centro Rey Juan Carlos I de la Universidad de Nueva York y asegura que sus ingresos no procedieron de los mismos.