El presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, manifestó este sábado que el preacuerdo al que han llegado el PSE-EE y el PP vasco para garantizar la investidura de Patxi López como lehendakari “viola” la dinámica parlamentaria y consideró que en el futuro se visualizará que el pacto incluía a otras instituciones, como la Diputación alavesa.
Además, acusó a algunos dirigentes de los socialistas vascos de “poner en riesgo” la estabilidad, el desarrollo económico y el progreso “por avaricia personal”, y de “romper” los puentes que PNV ha intentado reconstruir en el último año.
En una entrevista concedida a Europa Press, Urkullu afirmó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, lo tiene “crudo” para gobernar y que le quedan “pocas cartas” para seguir jugando “a la improvisación”.
También se reafirmó en que existen los contactos entre Batasuna y PSE-EE, porque no se puede “ocultar algo tan manifiesto” que se demuestra en “la vuelta en escena de Arnaldo Otegi” y sus declaraciones “sobre posibles procesos de negociación del futuro” y auguró que ambas partes intentarán poner en marcha “un nuevo proceso”.
El líder jeltzale aseguró que el preacuerdo por el que los populares obtienen la Presidencia de la Cámara autonómica “viola una dinámica inveterada en el Parlamento, una costumbre no escrita” que establece que ese cargo lo ostenta el partido más votado.
Aunque precisó que no le gusta ser “agorero”, consideró que la próxima va a ser una legislatura “complicada” porque “no hay nada que una al PSE-EE con el PP”. Además, señaló que “el triunfador de este pacto entre el PSE-EE y el PP ha sido el Partido Popular, y advirtió a los socialistas vascos de que van a dejar de ser ”referente en Euskadi“.
“El PP condicionará la política del PSE en Euskadi, habiendo perdido miles de votos y dos escaños respecto a hace cuatro años”, subrayó.
A su juicio, el partido dirigido por Patxi López “pone en riesgo” la estabilidad, el desarrollo ecónomico y el progreso de la sociedad vasca “por mor de las ansias, las ambiciones o la avaricia personal de determinados dirigentes del PSE”.
Iñigo Urkullu advirtió a los socialistas vascos de que, si el PSE-EE pretende, “por la presión del PP, sufragar los gastos necesarios en el Estado español desde las arcas del Gobierno vasco”, la formación jeltzale no lo permitirá.
Asimismo, reconoció que será “un mal trago” pasar a la oposición, y aseguró que el PNV actuará de forma “responsable”, pero “en base a sus propios postulados” y sin caer en la tentación de “entrar en políticas de trincheras y bloques”.
Tras denunciar que el PSE-EE y el PP han hecho del lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, “un fetiche interesado”, indicó que ambas formaciones mantienen “un pacto de Estado” para acabar con la plurinacionalidad. Además, señaló que José Luis Rodríguez Zapatero lo tiene “crudo” para gobernar, tras el acuerdo en Euskadi con los populares, y apuntó que le quedan “pocas cartas” para seguir jugando “a la improvisación”.
Las escasas cartas de Zapatero
Urkullu manifestó que desconoce si al presidente del Ejecutivo socialista “le remuerde la conciencia o si se lamenta” de la situación que se ha creado, y dijo que éste “juega al cortoplacismo”. “Le quedan pocas cartas para la improvisación”, aseguró.
El líder jeltzale, que rechazó revelar si su partido apoyaría una moción de censura contra Zapatero, subrayó que, “en el ámbito de los nacionalismos, lo tiene bastante crudo”, y también “en relación a los pactos de izquierda” también “lo van teniendo igual”. “Su soledad es más que manifiesta”, insistió.
En su opinión, el presidente del Gobierno “puede salvar hoy una situación puntual y coyuntural, pero tener que estar negociando todos los días sin excepción, sin una estabilidad garantizada, pasa factura”.
Urkullu defendió “la bilateralidad” y la capacidad de decisión de Euskadi “en cada una de las competencias, desde una corresponsabilidad con las instituciones del Estado”. “Es así como se va a construir el futuro, por mucho que ahora parezca muy difícil visualizarlo de esta manera y todavía se nos iluminen los ojos pensando en los clásicos conceptos de finales del mundo XIX de independencia y soberanía”, añadió.
PSE-Batasuna
El presidente del EBB apuntó que, por su parte, “la izquierda abertzale radical” también pretendía “el desalojo del PNV” del Ejecutivo vasco, para “que sea el mismo partido el que estuviese en el Gobierno vasco y en el español”, con el fin de “tener un interlocutor único”.
En su opinión, la formación jeltzale “ha sido una molestia para Batasuna y ETA” al frente del Ejecutivo autónomo, y precisó que el fracasado proceso de paz “estaba trabado entre el PSE-EE y Batasuna, y no les quedó más remedio a uno y a otro que recurrir al PNV para que éste fuese el colchón del acta de defunción de aquel proceso mal llamado de pacificación”.
Tras señalar que el PNV “aplaude lo que, en su caso, sean los procesos de relación del Partido Socialista y de Batasuna”, aseguró que estará “vigilante” para que no se hurte el debate de normalización a los partidos.
En este contexto, aseveró que los contactos entre el PSE-EE y Batasuna “existen”. “Me reafirmo porque, además, no se puede estar ocultando lo que es tan manifiesto”, señaló.
A su entender, “se pueden mantener reuniones discretas, encuentros que se puedan denominar secretos y eso puede no trascender”, pero consideró que hay evidencias como “la manera en que se dicen las cosas o la forma en que se pronuncian determinados representantes”.
Iñigo Urkullu subrayó que Arnaldo Otegi ha vuelto “a aparecer en escena, hablando de posibles procesos de negociación en el futuro”, mientras “responsables ministeriales del Gobierno español proceden en rueda de prensa a hacer análisis de lo que es el futuro del mundo de Batasuna y de qué es lo que conviene a ese mundo”. “Yo auguro que, por lo que dicen unos y otros, del PSE y del mundo de Batasuna intentarán un nuevo proceso de negociación”, afirmó.
Además, mostró su preocupación porque, en esta ocasión, el proceso se emprenda sobre “un colchón para que esto tenga algún recorrido”. “Hay una vuelta a la actividad política por parte de Arnaldo Otegi para decir cosas que ya estamos acostumbrados a oír. Me preocupa que se nos encandile siempre o que haya una capacidad de embaucar siempre con el mismo discurso, cuando en el reciente pasado los mismos dicursos han estado sometidos luego a directrices que se imponían desde otros ámbitos”, dijo en referencia a ETA.