El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, explicó este miércoles que la cumbre del G-20 en Londres marcó un “punto de inflexión” en la lucha contra la crisis, por lo que consideró que era “un buen momento” para darle un “nuevo impulso” a las medidas nacionales para abordar la situación y llevar a cabo cambios en su Gabinente ministerial.
Zapatero acudió este miércoles al Congreso de los Diputados, a petición propia y de 65 diputados de la oposición, para explicar los cambios en su Gobierno. Según el presidente, el objetivo fundamental de esta crisis era “acelerar la ejecución de las medidas” puestas en marcha para luchar contra la crisis y preparar “la segunda fase” de esta situación. Además, dijo, buscó “mantener bien vivas” las señas de identidad de un proyecto progresista “como son las políticas sociales y el prestigio de la cultura española”.
El presidente del Gobierno volvió a destacar la importancia de la presencia de España en el G-20, a dónde ha llegado pese a que el “punto de partida no era cómodo”, y defendió que ahora España está “en primera línea” en la escena internacional y “singularmente” en la Unión Europea, donde está “promoviendo desde el principio la acción concertada frente a la crisis”
Zapatero destacó que es en el foro del G-20 donde se están desarrollando y ejecutando los acuerdos para abordar las reformas financiaras necesarias. La pasada cumbre de Londres, dijo, sirvió para “ratificar” los compromisos adoptados por los Gobiernos y, aseguró, supuso “un punto de inflexión” en la primera fase de la lucha contra la crisis.
En este marco, consideró que “también desde este punto de vista”, el escogido era “un buen momento” para abordar el cambio de Gobierno y “dar un nuevo impulso” a las medidas del Plan de Estímulo de la Economía y el Empleo a nivel nacional, que ya “empieza a surtir efectos tangibles en la economía real”.
“Si el G-20 ha supuesto un cierto giro en la actitud de los Gobiernos frente a la crisis y les ha exigido un cambio de ritmo en su actuación, es conveniente aceptar sus recomendaciones y favorecer comportamientos homogéneos entre ellos”, afirmó.
Ahora, dijo, el próximo mes de septiembre, en una nueva cumbre en Nueva York, se buscará “completar la tarea” y evaluar los avances conseguidos hasta ahora.
''En primera línea'' del G-20 y de la UE
El presidente destacó que su Gobierno fue “uno de los primeros en articular un Plan global contra la crisis”, que además es “uno de los que más iniciativas y recursos públicos compromete”. Zapatero se remitió a un informe reciente de la OCDE que afirma que España es “el tercer país desarrollado cuyo plan de estímulo tendrá un mayor impacto sobre el crecimiento en el año 2009”.
El jefe del Ejecutivo, que dedicó la mayor parte de su intervención a analizar las acciones puestas en marcha por el Gobierno y la coordinación internacional alcanzada para tomar acciones conjuntas contra la crisis, expresó su reconocimiento a los ministros cesados, que diseñaron las medidas puestas en marcha para atajar la situación, pero aseguró que los nuevos miembros de su Ejecutivo darán “un nuevo impulso” a esta lucha.
Según Zapatero, la crisis de Gobierno se justifica en la necesidad de anticipar la recuperación económica, incrementar la cooperación con todas las Administraciones del país, mejorar las infraestructuras, reforzar la apuesta por la educación y “mantener bien vivas las señas de identidad de un proyecto progresista, como son las políticas sociales y el prestigio de la cultura española”.
''Ambicioso plan'' contra la crisis
Durante su intervención, Zapatero hizo un repaso por algunas de las medidas de su “ambicioso plan” contra la crisis, para destacar los efectos que están teniendo ya sobre el empleo y el crédito. En primer lugar, se refirió al Fondo Estatal de Inversión Local, con el que, dijo, ya se están financiando más de 30.000 proyectos en “la práctica totalidad de los municipos españoles” por un importe de 8.000 millones de euros y que han creado ya 57.000 nuevos puestos de trabajo, dando empleo a un total de 155.000 personas.
También habló del Fondo Especial del Estado para la Dinamización de la Economía y el Empleo, que ya ha licitado o culminado la tramitación para el inicio de las actuaciones que afectarán al 75% de los 3.000 millones de euros comprometidos.
En concreto, informó de que ya están en obras 76 comisarías y cuarteles de la Guardia Civil y 11 centros penitenciarios y que en las próximas semanas comenzarán hasta un total de 488 cuarteles y comisarías, “más del 90% de las casi 600 actuaciones programadas en los Ministerios de Interior y Defensa”. Además, aseguró que “próximamente” se transferirá el 50% de los 110 millones de euros para la rehabilitación de viviendas y espacios urbanos.
Por lo que se refiere al sector del automóvil, afirmó que las medidas puestas en marcha para mejorar la competitividad del sector, que movilizarán algo más de 3.000 millones de euros, han surtido ya “efectos beneficiosos sobre el empleo”, como, aseguró, se ha visto en las decisiones tomadas recientemente por grandes empresas como Audi, que ayer anunció que Barcelona acogerá la fabricación de un modelo de alta gama, que permitirá asegurar 7.500 empleos.
Finalmente, apuntó que los 400 millones destinados a reforzar los Servicios de Atención a la Dependencia están ya pendientes de la firma de convenios con las Comunidades Autónomas, que tendrá lugar en “las próximas semanas”.
El aval del ICO no supone asumir deudas de los ayuntamientos
Además, Zapatero aprovechó su comparecencia para explicar la nueva línea de ICO destinada a garantizar el cobro de las facturas endosadas por las empresas y autónomocos conrrespondientes a servicios prestados por Ayuntamientos
El presidente anunció que en el caso de que sea necesario ejecutar los avales a las deudas de los ayuntamientos con pymes y autónomos con cargo a la nueva línea de 3.000 millones, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) se verá resarcido mediante una retención a su favor en la participación de las entidades locales en los tributos del Estado.
Zapatero advirtió de que, es esta forma, la medida evita “expresamente” la posibilidad de que el Estado asuma las deudas de aquellos ayuntamientos “que paguen tarde y mal”, aunque confió en que sólo se trate de una “pequeña minoría” los que registren este comportamiento.
''Conjeturar'' que se contendrá la destrucción de empleo
El jefe del Ejecutivo reconoció que España sigue inmersa “en la fase aguda de la crisis”, pero se mostró convencido de que las medidas descritas “van a empezar a notarse en los próximos meses en una menor destrucción de empleo”, como, dijo, ya “apuntan” los últimos datos de afiliación a la Seguridad Social.
Además, dijo, “los últimos datos de confianza” reflejan un clima “menos desfavorable”, lo que “permite conjeturar” que cuando la confianza siga aumentando, el “gran potencial de reactivación del consumo contribuirá a contener también la destrucción de empleo en el país”.
Zapatero culminó su intervención asegurando que detrás de los cambios en su Gobierno está también el objetivo de “hacer un esfuerzo adicional para concertar la acción política con todos los grupos” del Congreso.