El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha anunciado este sábado que no volverá a ser el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno en 2012. Zapatero ha realizado este anuncio ante el Comité Federal del PSOE y ha pedido que en la próxima reunión de este órgano, que será después de las elecciones del 22 de mayo, se fije el calendario para realizar las primarias y elegir al candidato que competirá en las próximas elecciones generales.
Tras explicar que le había parecido “razonable” anunciarlo con un de margen para que el candidato pueda forjar un proyecto político y explicarlo, ha pedido a sus compañeros que tengan voluntad integradora una vez que haya sucesor, si es que se presentan varias candidaturas, con el objetivo de “sumar”, de “valerse de todos como mejor forma de servir al partido y a los ideales” que defienden.
Zapatero dejó el anuncio para el final de su intervención, que la había centrado en las reformas que considera necesarias hasta el final de la legislatura. Dijo saber que para estas reformas iba a contar con el apoyo del partido y que lo haría con la “necesaria autonomía”. Una expresión, esta última, que le sirvió para enganchar con lo que quería decir sobre su futuro: “Porque sé que seguiré contando con esta autonomía y con vuestra confianza para ejercerla, creo que hoy puedo abordar con tranquilidad, normalidad, la expectativa abierta sobre mi posición en relación con la candidatura a las elecciones generales”.
Explicó que iba a hacerlo donde siempre pensó que “debía”, ante los órganos federales. Así expuso que cuando había sido elegido en 2004 ya pensaba que dos legislaturas eran el “periodo razonable” al que podía aspirar para estar al frente de España. “Dos legislaturas, ocho años, no más”.
En su opinión, según dijo, al país le convienen “dos periodos al frente de los destinos de España” y también lo pensaba por su propia familia. Y esa que era su “convicción” hace siete años, que se ha “afianzado” en los últimos tiempos de haberle tocado luchar contra la crisis “en primera línea” se ha convertido en su decisión.
“Esa convicción se ha convertido en mi determinación: no voy a ser candidato a las elecciones generales”, anunció finalmente después de dar un rodeo con su teoría de los mandatos.
Admitió que no hay precedentes “discutibles o consolidados” para realizar un anuncio de estas características. Por lo que, aseguró que a él le ha guiado la “responsabilidad personal” con su país y con su partido que es “rigurosamente intransferible”.
Zapatero considera que el año que queda de plazo para los comicios generales es “razonable” y permite al partido “asumir con responsabilidad la puesta en marcha de los procedimientos” para elegir a la persona que encabece las listas en marzo de 2012. De esta manera, dijo, el candidato podrá disponer de “tiempo suficiente” para forjar un proyecto político para el nuevo periodo y explicárselo a los ciudadanos.
Admitió que el mecanismo del “dedazo” simplificaría mucho las cosas, pero precisó que este no es el mecanismo del PSOE ni “de la mayoría de la sociedad española”. “Nadie podía esperar de mi una actitud distinta, nunca estuvo en mi ánimo esperar al final ni prolongar indefinidamente el debate de la sucesión sobre mi candidatura”, aclaró.
Sin distracciones
El presidente reconoció que no es una decisión “fácil de aceptar” y será una cuestión “opinable” y habrá opiniones “para todos los gustos”. Pero dejó claro que ha querido hacerlo ahora para que “no nos distraiga de lo que tenemos por delante” en referencia a las reformas pendientes y al reto electoral de mayo con las municipales y, autonómicas.
Eso sí, pidió que se respeten los “tiempos y los procedimientos”. “Os pido a todos que lo hagamos”, exclamó y advirtió que la fortaleza del PSOE como partido depende de “esos procedimientos” y de que los activen “cuando corresponda”.
En este punto, propuso que sea el primer Comité Federal que se celebre tras las elecciones municipales y autonómicas del 22-M, el que fije el momento de activar el proceso de primarias. Pero también quiso dejar claro que el candidato que gane las primarias debe tener voluntad integradora “para sumar, para valerse de todos como mejor forma de servir al partido y a los ideales que defendemos”.
Según el presidente, los socialistas pueden sentirse orgullosos de sus procedimientos y eso implica “pleno respeto y actitud leal con los tiempos, pleno respeto y actitud leal con el hecho mismo de la concurrencia de una diversidad de candidaturas si se produce, y pleno respeto y actitud leal con los resultados y pleno respeto y actitud leal por parte del ganador”. La traducción de esto último, según dijo, es “voluntad integradora”, algo que, afirmó, él trató de hacer en su momento.
Ejercerá hasta el último día
En su opinión, si el partido actúa así y dejó claro que él se siente responsable de que así sea, los socialistas sacarán “fuerza” para ser “más fuertes que nadie en democracia”. Así, se mostró seguro de que el PSOE pueda revalidar la confianza mayoritaria de los ciudadanos y ello dependerá, dijo, “en buena medida de que ahora sigamos concentrándonos en el trabajo que estamos haciendo por el país, desde el Gobierno, pero también desde las CCAA y ayuntamientos que gobernamos y desde lo que podamos gobernar después de las elecciones”.
Tras dejar sentado que va a ejercer su responsabilidad como presidente “hasta el final, hasta el último día”, cumpliendo con los compromisos que asumió ante los ciudadanos, reclamó al partido que se vuelque en las elecciones autonómicas y municipales, en las que dijo que está en juego el estado social del bienestar, el rigor de las cuentas públicas y los servicios públicos, entre otras cuestiones.
Dijo alegrarse de que sus compañeros hayan pedido debates en la campaña electoral del 22-M y les pidió que en ellos recuerden siempre la actitud que ha tenido el Gobierno frente a la crisis, mientras que el PP tomaba la opción de “apostar” porque esta derrotaría al Gobierno.