El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, rechazó este viernes que haya un clima de crispación en España y aseguró que el Ejecutivo mantendrá su decisión sobre el etarra José Ignacio de Juana, respetando a los que piensen distinto y sin responder a “insultos” y “provocaciones”.
Zapatero hizo estas consideraciones en la conferencia de prensa que ofreció al término del Consejo Europeo celebrado desde este jueves en Bruselas.
Según destacó, ante las manifestaciones y concentraciones convocadas por el PP contra la decisión de atenuar la prisión de De Juana, el Ejecutivo se limita a expresar su respeto y a garantizar el derecho de manifestación, una obligación del Gobierno como también lo es, recordó, la lucha antiterrorista y la política penitenciaria.
En ese área, el Gobierno toma las decisiones “en función de los criterios que considera más adecuados, que emanan de la ley” y tiene una responsabilidad “intransferible”.
Aseguró que siempre ha respetado a quienes se manifiestan en contra del Ejecutivo y les ha escuchado, pero insistió en que “las responsabilidades del Gobierno las tiene que asumir el Gobierno, tiene que comprometerse con ellas”.
Reiteró así de nuevo que la decisión adoptada con De Juana es “la más responsable y la más adecuada”, garantizó que respetará a quienes piensen distinto “sin caer en la tentación de responder a insultos y provocaciones” y pidió que nadie conteste a esas descalificaciones.
En este contexto, consideró que “no es serio” que el líder del PP, Mariano Rajoy, mantenga que cuando De Juana obtuvo beneficios con el Gobierno del PP se debió a decisiones penitenciarias marcadas por la ley, y que ahora, con Gobierno socialista, se trate de una decisión política.
Tras recordar que todas las medidas de la administración penitenciaria tienen que tener el respaldo del Ministerio del Interior, consideró que lo que diferencia al actual Gobierno es que “salió a explicar la decisión y a asumir la responsabilidad”.
Zapatero señaló que esa es la actitud que procura tener siempre el Ejecutivo, y no atribuir una decisión a funcionarios o a una administración que depende del propio Gobierno.
Preguntado por la posible repercusión en las urnas de la decisión adoptada, rechazó hacer “análisis preventivos” porque, dijo, tiene mucho respeto a los ciudadanos y éstos piensan y deciden libremente, tanto a la hora de manifestarse como a la de votar.
“Estamos en la etapa de las manifestaciones, ya llegará la de las votaciones”, apuntó Zapatero, quien recordó que ha escuchado muchos análisis sobre los motivos de su victoria electoral y señaló que “la única verdad” es que ganó porque lo quisieron los ciudadanos.
A su juicio, la “profunda” separación entre PSOE y PP está motivada fundamentalmente por la actitud mantenida por el principal partido de la oposición en política antiterrorista, pero “se tendrá que acabar” y las dos formaciones deberán volver a dialogar y a entenderse.
Zapatero aseguró que el PSOE quiere que se llegue a ese punto “cuanto antes” y estimó que sus palabras son “creíbles”, ya que cuando fue líder de la oposición “siempre” estuvo al lado del Gobierno, “compartiendo el dolor”, “codo a codo” en las manifestaciones y “con absoluta lealtad, responsabilidad y capacidad de compromiso”.
A pesar de las cosas que está escuchando ahora, afirmó que se siente “muy orgulloso” de haber respaldado al Ejecutivo del Partido Popular y aseguró que es una de las decisiones de su vida política que recordará “con más satisfacción”.
Zapatero consideró que la ciudadanía española es democrática, responsable y serena y no sufre “ningún tipo de crispación” y opinó que “otra cosa es cómo un partido quiera hacer oposición”.
Preguntado por las concentraciones convocadas ante varias embajadas españolas, no quiso hacer comentarios y estimó que los ciudadanos sacarán sus propias conclusiones al recordar que esas legaciones diplomáticas son la representación institucional del Estado español en el mundo, “nuestra referencia como España”.
“Cada partido es responsable de sus iniciativas”, insistió.