Los medicamientos contra la malaria, el ébola y el VIH: una esperanza contra el COVID-19

Imagen de archivo de un investigador médico.

Núria Jar / Sinc

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Los investigadores buscan una solución rápida contra el nuevo SARS-COV-2, que ya afecta a más de 180.000 personas. Actualmente, los fármacos antivirales son una opción más tangible que el diseño de una vacuna que permita prevenir el virus y frenar los contagios. No hay tiempo que perder.

Esta semana comienzan en España dos ensayos clínicos para probar si fármacos que ya están en el mercado, pero que se prescriben para tratar otras enfermedades, podrían servir para reducir la carga viral del nuevo coronavirus y, por lo tanto, romper la cadena de transmisión.

Los estudios se llevarán a cabo en cuatro hospitales del sistema público de salud entre los cuales hay centros de Madrid, donde se concentran casi la mitad de casos del país, País Vasco y Cataluña.

El estado de alarma ha parado el país, pero ha acelerado la investigación. Mientras la mayoría de la población vive estos días confinada en sus casas, los investigadores tienen luz verde para impulsar estudios de este tipo, aprobados por la vía rápida por la Agencia Española del Medicamento.

Investigadores de la Fundación Lucha contra la Sida del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona) han comenzado esta semana un ensayo clínico para prevenir la expansión del coronavirus. El objetivo es reducir la carga viral de los positivos y sus contactos para cortar la cadena de transmisión.

En el ensayo clínico se probarán dos fármacos entre la población catalana más afectada para frenar los contagios: un antiretroviral que ya se utiliza para tratar la infección por VIH y un antipalúdico contra la malaria.

Por un lado, 195 personas con coronavirus en estado leve recibirán un antirretroviral para impedir que el coronavirus se replique dentro de las células humanas. El darunavir es un inhibidor de la proteasa que contribuiría a disminuir el período de tiempo durante el cual una persona es infecciosa, que actualmente se estima en unos catorce días.

Por otro lado, 15 personas entrarán en contacto con cada positivo incluido en el estudio. Casi 3.000 personas tomarán un fármaco contra la malaria para evitar que el SARS-CoV-2 se cuele en sus células. En este caso, el antimicrobiano hidroxicloroquina impediría la fusión del virus con la célula.

“Hasta ahora, la investigación se ha centrado en probar la eficacia y desarrollar nuevas moléculas para tratar los casos más graves de coronavirus, pero ahora se ha puesto poco el foco en estrategias de prevención”, subrayó ayer en rueda de prensa telemática Oriol Mitjà, investigador principal junto con Bonaventura Clotet.

En la comparecencia, Mitjà, acompañado de representantes del Departamento de Salud, entre los cuales estaba la consellera Alba Vergés, advirtieron que la investigación debe ser una medida adicional al aislamiento social y el confinamiento de la población para frenar la pandemia. Los científicos esperan tener resultados en 21 días y se harán públicos para la comunidad.

Controlar los casos graves

Esta semana comienza también un ensayo clínico enfocado a la curación de pacientes con COVID-19. Tres hospitales españoles, en colaboración con Italia, Francia y Alemania, probarán un fármaco que ya se utilizó para el ébola: el remdesivir de Gilead, farmacéutica que colabora en el estudio. Los centros españoles participantes son el Hospital La Paz-Carlos III de Madrid, el Hospital Universitario Cruces de Bilbao y el Hospital Clínic de Barcelona.

El medicamento se administrará a 400 pacientes graves para intentar normalizar la fiebre y el aumento de la saturación de oxígeno. Por otro lado, 600 pacientes, menos graves, recibirán el tratamiento habitual.

Los científicos compararán los tratamientos con el número de altas hospitalarias a los 14 días de la intervención, según la nota de prensa de La Paz-Carlos III. Los científicos esperan tener resultados en dos meses.

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