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La señalización de un sendero en Adeje incumple la ley y daña un yacimiento guanche, según el colectivo de arqueología social Imastanen

La marca de pintura, sobre la roca que forma parte de un yacimiento guanche en Adeje.

Álvaro Morales

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El colectivo de arqueología social Imastanen critica, en declaraciones a Canarias Ahora, que un sendero del municipio de Adeje, en el sur de Tenerife, se haya señalizado recientemente de forma irregular y afectando a una estación de cazoletas de valor patrimonial e histórico por tratarse de un yacimiento guanche. El grupo que dirige Sixto García recalca que este tipo de señales están reguladas en la ley y que, en ningún caso, se pueden hacer sobre este tipo de elementos patrimoniales, culpa a las administraciones y censura que se aprueben normas para luego no cumplirlas.  

Los miembros de Imastanen resaltan la importancia de esta estación de cazoletas (ver en las imágenes) y achaca buena parte de este tipo de situaciones al hecho de que el Ayuntamiento de Adeje “siga sin elaborar el correspondiente catálogo arqueológico que establezca la ubicación de estos valores patrimoniales guanches”. No obstante, consideran que “nada de esto es casualidad, ya que la elaboración y correspondiente protección de este legado indígena entorpecería el Plan de Ordenación General que pretende imponer el consistorio”, corporación a la que le censuran que destaque por las acusaciones de supuesta “prevaricación” y por “liderar la lista de pelotazos urbanísticos en Tenerife”. En este sentido, recalcan que “una carta arqueológica debidamente realizada podría suponer trabas a la hora de conceder licencias de construcción e interponer pegas en la adjudicación de grandes proyectos urbanísticos a inversores privados”. Eso sí, recuerdan que “la responsabilidad de velar y salvaguardar estos bienes corresponde también al Cabildo y, en última instancia, al Gobierno autonómico”, por lo que extienden las responsabilidades. 

Además, “y por si fuera poco, no sólo destacan las marcas de pintura bajo responsabilidad pública, contraviniendo toda regulación legislativa en la materia y evidenciando una vez más la total ausencia de coordinación entre administraciones y entidades adjudicatarias, sino que bajo el soporte de piedra en el que se encuentra este importante enclave arqueológico, pudimos encontrar (en una reciente visita) una placa conmemorativa en memoria de una persona extranjera fallecida. Algo completamente fuera de lugar, ya que este tipo de alteraciones en un espacio que debería encontrarse protegido y señalizado con la pertinente información y cartelería que informase del valor patrimonial del espacio han de evitarse y, en caso de producirse, efectuarse la consiguiente sanción administrativa”. 

Para este colectivo, muy activo en la defensa del legado histórico y arqueológico, lo que se demuestra es que, “una vez más, nuestro patrimonio guanche es menospreciado y convertido en espacio de uso particular por parte de personas que, probablemente con su mejor intención, no contemplan lo inapropiado de dejar este tipo de marcas”. Además, el grupo contextualiza esta situación con el paso que puede dar el Ayuntamiento de Adeje este viernes, al aprobarse en el pleno, de forma definitiva, el campo de golf de Hoya Grande, “que además de suponer un atentado medioambiental en una zona rica en flora y fauna endémica, contiene numerosos valores etnográficos y arqueológicos que se verán amenazados por este nuevo proyecto turístico en un total de 102,51 hectáreas de terreno”.

La marca de pintura, sobre la roca que forma parte de un yacimiento guanche en Adeje, y la placa, abajo..

Normas incumplidas

Sobre el sendero, los integrantes del grupo recuerdan que las marcas señalizadoras las establece el Cabildo insular y deben ser homologados y gestionados por la Federación Autonómica de Montañismo de Canarias (Fecamon), que, además, se debe encargar de la propia señalización y mantenimiento. Asimismo, subraya que es la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (Fedme) la que ha de encargarse de la coordinación de estas acciones bajo informe previo del Patronato Insular de Espacios Naturales y la aprobación técnica del proyecto de señalización. A su vez, el Gobierno de Canarias, mediante las disposiciones establecidas por la consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial y en virtud del Decreto 11/2005 del 15 de Febrero de 2005, creó la Red Canaria de Senderos, que debe regular la ordenación, homologación y conservación de los senderos bajo los mismos criterios para todo el Archipiélago. 

La placa, bajo la roca.

El colectivo tiene claro que estos pasos y normas se han incumplido en este caso, De hecho, recuerdan que el artículo 4 de dicha ley recoge, entre otros objetivos, “facilitar la práctica del senderismo mediante la protección y conservación de los recursos naturales y culturales”, así como “recuperar, conservar y fomentar el patrimonio viario tradicional y su entorno”. Sin embargo, critican que, “en este caso y en otros anteriores al ejecutar la señalización, se han producido daños evidentes sobre el patrimonio arqueológico”. Además, remarcan que la ley apunta a la posibilidad de incorporar “otro tipo de información de carácter interpretativo y educativo que contribuya a las finalidades de conservación de la naturaleza, seguridad y conocimiento del espacio natural protegido, aparte de esclarecer la responsabilidad de los ayuntamientos a la hora de velar por el cumplimiento de la legislación en materia de conservación y ejecución de señalizaciones de los senderos que pasen por su municipio, así como de su mantenimiento”.

La marca de pintura, sobre la roca que forma parte de un yacimiento guanche en Adeje.

Por si fueran pocos los incumplimientos, aluden también al anexo de la Ley 11/2005 del 15 de Febrero, “donde se establece que, entre mucha otra documentación necesaria a la hora de homologar un sendero, se necesita una memoria descriptiva del recorrido que especifique la dificultad, distancia, tiempo aproximado, desnivel y puntos de interés cultural (históricos, artísticos, arqueológicos, etnográficos…), natural, paisajístico [...]”. Algo que, a su juicio, también se ha incumplido en este caso, ahondando en la “inacción consciente o inconsciente que favorece la destrucción y deterioro acelerado del legado guanche”. “No olvidemos –advierten- que nuestros senderos acogen en la actualidad un gran número de visitantes, que, al desconocer los valores arqueológicos presentes, los usan de manera indeseada, como puntos de descanso, de ocio y, en muchos casos, para dejar su impronta con marcas, rayones y otras acciones nocivas”, como ese recuerdo a una persona. 

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