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Abandona Ciudadanos su portavoz en la capital grancanaria: “Ante mi dignidad y mi honor no hay color político”

Beatriz Correas, concejala del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

Silvia Álamo

Las Palmas de Gran Canaria —

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“Ante mi dignidad y mi honor no hay color político”. La portavoz de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Beatriz Correas, ha presentado este viernes su dimisión como concejala de la formación política para pasar al grupo de no adscritos de la Corporación. Lo hizo tras defender la postura de su ya expartido en el pleno municipal celebrado en las Casas Consistoriales de la ciudad de forma semipresencial y telemática. “Cuando un partido permite una agresión, ya no es mi partido”, ha dicho antes a este periódico en referencia a la resolución de la denuncia por agresión verbal que presentó contra su excompañero José Antonio Guerra ante los órganos disciplinarios de su partido. Si bien la respuesta fue favorable a la concejala, no se saldó con una sanción al que hasta ahora sigue siendo número dos de la formación naranja en la capital grancanaria.

Los hechos ocurrieron el pasado mes de septiembre, cuando la ya exportavoz de Ciudadanos denunció a Guerra ante su partido por las agresiones verbales sufridas tras una acalorada discusión en dependencias del Ayuntamiento capitalino. Entre las frases que se atribuyen al concejal destacan: “No me toques la polla”, que reiteró en más una ocasión; “tú a mi no me dices lo que tengo que hacer” y “vete a tomar por culo”. Aunque los hechos fueron en presencia del entonces concejal del mismo partido, Javier Amador, y este los confirmó, prefirió no pronunciarse públicamente sobre lo acontecido. No obstante, presentó su dimisión sólo un mes después del suceso por discrepancias con la cúpula del partido.

Ocho meses después de este desencuentro, la que fuera candidata a la Alcaldía de la ciudad y cofundadora de Ciudadanos en Canarias asegura que la situación dentro del grupo municipal es “insostenible”. “Es muy duro trabajar con él, es tener constantemente palos en las ruedas para cada iniciativa”, señala la concejala, que apunta que tampoco se presentan alternativas a su hoja de ruta. “A este señor se le está pagando un sueldo que no se está aprovechando”. Guerra fue en la lista al Ayuntamiento como número dos, es licenciado en Derecho y está en excedencia de su puesto en la Policía Nacional con destino en la oficina de Extranjería del aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez. Se encuentra en situación de concejal liberado ya que esta profesión no es compatible con la actividad política.

Por su parte, Beatriz Correas es doctora en Informática por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria donde además es profesora titular de informática desde 1992, una profesión que compagina con la política, por lo que no percibe nómina del Ayuntamiento. Asegura que en sus más de 30 años de profesión nunca había visto una situación igual. Se mantiene como concejala no adscrita porque le “encanta” la política municipal y cree que puede seguir aportando “mucho” a la ciudad de la que se confiesa “enamorada”. “Tengo muchos proyectos en la cabeza. Mi compromiso social con los ciudadanos lo quiero seguir manteniendo”, manifiesta. Su objetivo es seguir aportando, desde su línea de investigación, la tecnología social, todo lo que pueda ayudar a mejorar la vida de sus vecinos y vecinas. “Aunque solo una persona haya votado a Ciudadanos porque yo iba en la lista, ya me siento comprometida y ese compromiso no lo rompo”, ha declarado a este periódico.

Se dirige a sus posibles votantes para decirles que estén “tranquilos”, que continuará presentando proyectos a las áreas del Ayuntamiento y que podrán seguir contando con ella a través su blog o su perfil de Facebook. “Yo tengo ilusión en Las Palmas de Gran Canaria, amo esta ciudad y haré todo lo que esté de mi parte para conseguir algún proyecto, así me sentiré satisfecha”, expone.

Desconoce qué va a ocurrir con su compañero dentro de Ciudadanos; entre los posibles desenlaces se encuentra pasar su expediente al régimen disciplinario, según lo que dicta la resolución de garantías, pero recuerda que el incidente se dio en septiembre del año pasado. “Cuando un partido permite que se incumplan los estatutos ya no es mi partido, cuando un partido permite que se agreda verbalmente a una persona, tampoco es mi partido, independientemente de que siga creyendo que Ciudadanos es necesario en España”, declara. Se proclama como “una persona de centro” y le gusta “el giro” que está dando Inés Arrimadas -presidenta de la formación-, pero los estatutos “están para cumplirlos”.

Opina que la actual situación se produce porque Ciudadanos no tiene estructura, ni comité autonómico, “nadie que dirija esto”. Por ello hay personas que “se han tomado libertades que no se deben tomar, porque una libertad que vulnera los derechos de otras personas ya no es libertad”. Relata que cuando Guerra presentó alegaciones pensó que iba a pedir disculpas y solicitar un mediador pero, por el contrario, se sintió “más agredida y más difamada”. En su exposición le tachó de “mafiosa, desequilibrada mental y chantajista”, entre otros adjetivos, algo que ella no va a permitir. Afirma que se va “tranquila” porque se ha ganado el “respeto” de sus compañeros.

Sobre las previsiones, cuando acabe el mandato apunta que no tiene intención de seguir, cree que la política tiene que ser “temporal” y cumplirá con su compromiso de estar ocho años. “Por lo mínimo que haya conseguido, me siento orgullosa”.

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