El único acuerdo alcanzado es que se va a intentar llegar a un acuerdo. Las cinco horas que duró el pleno sobre el Estado del Municipio sólo sirvieron para escuchar un kilométrico discurso del alcalde, José Manuel Bermúdez, que ocupó más de dos horas y que parecía inspirado en el más puro estilo castrista. Si la intención era vencer por aburrimiento Bermúdez logró su objetivo porque a partir de aquí la oposición apenas pudo resumir al mínimo posible sus propuestas y valoraciones en los escasos minutos que les dejaban intervenir.
De hecho, el asunto principal que fue objeto de discusión era precisamente la desmesurada intervención de Bermúdez. Al final se decidió crear una comisión para evaluar las 117 propuestas, casi todas de carácter social presentadas, llevarlas a un pleno que probablemente se celebrará en julio e intentar aprobarlas por unanimidad. Pero mucho antes el escaso público tuvo que escuchar al alcalde leer un discurso que se extendía a lo largo de 33 páginas escritas por ambas caras en las que hacía un repaso a veces amable, a veces más crudo y a veces bienintencionado de los casi dos años que lleva en el poder.
Lógicamente en ese tiempo pudo abordar todas las cuestiones, pero cada una desde su particular punto de vista. La principal conclusión es que Bermúdez apuesta por crear un pacto social por Santa Cruz en el que se involucren todas las fuerzas políticas. Una especie de propuesta parecida a la que lanzó su antecesor, Miguel Zerolo para poner en marcha un gobierno de concentración. Pero en este caso no se prometen cargos ni sueldos, sino tan sólo apoyo moral, aportaciones y propuestas.
El alcalde osciló entre la visión catastrofista de una ciudad sacudida por la crisis, a los datos positivos como que Santa Cruz sea en estos momentos el municipio que registra mayor número de empleos de la isla. Gran parte del discurso estaba sacado del Plan Estratégico, reunía datos estadísticos que llegaban al mínimo detalle como contabilizar el número de árboles que hay en la ciudad y abundar en lugares comunes al estilo de defender una administración eficiente, austera, rápida y eficaz.
Como soluciones para que Santa Cruz mantenga su capacidad de convertirse en motor económico de la isla, apenas se apuesta por el turismo de cruceros y la promoción de los Carnavales. Pocas salidas más parecen quedar. El alcalde hizo un repaso a la lucha que emprendió contra los bancos para evitar el desahucio, pasó de puntillas por el intento de aprobar el Plan General de Ordenación (PGO) y no hizo ninguna mención a los contenciosos judiciales. Únicamente se refirió de pasada a la sentencia de Emmasa pero para señalar que iba a exigir a la empresa que cumpliera con el contrato firmado.
Entre sus iniciativas está la apuesta dentro del Plan Especial del Puerto por eliminar las barreras que separan la ciudad del mar, la rehabilitación de la playa de Valleseco, la construcción de un dique semisumergido frente a la costa de San Andrés y la modificación “puntual” del Plan Especial del Parque Marítimo para permitir su reactivación y uso por parte de los ciudadanos. Sorprendió, eso sí, la contundencia con la que se refirió a la necesidad de que la Refinería salga de la ciudad lo antes posible por los impactos sociales y ambientales de carácter negativo de difícil resolución que origina.
Incluso habló del asunto que ha sido actualidad en las últimas fechas: el fraude del padrón municipal con el descubrimiento de 15.000 habitantes virtuales y las consecuencias económicas que se derivan en el descenso del reparto de fondos. Un hecho que calificó de injusto en cuanto, según dijo, es el Instituto Nacional de Estadística (INE) el organismo responsable de verificar cada año los datos.
Acabada su intervención el primero en hablar fue el concejal de Izquierda Unida-XTF, José Manuel Corrales para calificar el discurso de “auténtico ladrillo, tocho y tostón”. Eso en cuanto a la forma, porque con respecto al fondo dijo que la mayoría de gobierno parece vivir “en una burbuja” alejados de la realidad. Con respecto a Asuntos Sociales criticó el cierre del Centro de Atención a la Víctimas de Delitos con el intento de despido de tres trabajadores que finalmente fue paralizado a última hora tras las presiones del personal del Instituto Municipal de Atención Socio sanitaria (IMAS). Sin embargo, parte de esta plantilla se manifestó con carteles en varios momentos de la sesión plenaria.
El concejal de Sí se puede, Pedro Arcila, acusó al alcalde de haber dado instrucciones para que no se dejase entrar a personal de este organismo autónomo en el salón de plenos porque llevaban una camisa reivindicativa. Criticó sobre todo la labor del grupo de gobierno en los barrios y pidió que “de una vez por todas quítense de encima ese rejo que les queda de la ATI más marrullera”. Aunque se alegró de que “por primera vez” el alcalde se hubiese posicionado políticamente, lamentó que en realidad se limitara a “leer un discurso escrito no se sabe muy bien por quien que lo aleja de la ciudadanía y es un simple ejercicio de autocomplacencia”.
El portavoz socialista, José Ángel Martín Bethencourt, dijo estar en contra de que se prohíba la entrada a nadie en el pleno con camisas reivindicativas y advirtió que quizás la confusión se deba al reglamento de funcionamiento de las sesiones. Defendió la labor de las concejalías que dirigen los socialistas como son Urbanismo donde se ha realizado un catálogo de viviendas fuera de ordenación o en Asuntos Sociales cuyo asunto candente aquel día era el intento de despido de las tres trabajadoras.
El portavoz de Coalición Canaria (CC), Alberto Bernabé se limitó a señalar que en sesiones de este tipo, “lo que toca es lanzar palabras huecas”. La portavoz del Partido Popular (PP), Cristina Tavío, dijo que la única intención de Bermúdez durante este tiempo ha sido la de “aguantar y repetir” y calificó de “pacto de perdedores” a la actual mayoría ya que ella fue la candidata más votada.
Acusó consecutivamente al alcalde de “debilidad política, falta de credibilidad y de liderazgo”. Bernabé le pidió más respeto para los votantes de CC y dijo que en vez de hilvanar un discurso sobre la ciudad, “usted ha venido aquí a hablar de su libro”. Bermúdez fue más allá y acusó a Tavío de haber acudido al pleno cargada de “frases hechas” para salir en los medios de comunicación. Curiosamente, el concejal de Ciudadanos, Guillermo Guigou, que durante años exigió la convocatoria de este pleno, sin ningún éxito, no pudo estar presente.