Hablaban con “acento rumano” para que no se notara que son sudamericanos
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 15 (EUROPA PRESS)
Nueve miembros de una banda sudamericana acusados de robar en dos viviendas en Lanzarote encapuchados, a punta de pistola, con cuchillos y una pata de cabra, así como amordazar y agredir a sus moradores, incurrieron hoy en contradicciones entre ellos y en relación a sus versiones anteriores e intentaron exculpar a dos de los procesados.
La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas acogió hoy la primera jornada del juicio que se prolongará hasta el jueves contra Reinel P.P., su hermano Yeison Y.P.P., su tío Orlando R.M., conocido como 'Gocho', J. Julián G.C., Bryan A.M.M., Diego F.R.Z., y J. Enrique G.G., conocido como 'Niño Grande', todos ellos colombianos, Yohan D.A., natural de República Dominicana, y J. Alejandro P.C., de Venezuela, acusados de presuntos delitos de detención ilegal, lesiones, robo con violencia y/o intimidación y allanamiento de morada, por los que la Fiscalía pide una suma total de 134 años de cárcel, que oscilan entre 7 años y seis meses y 19 años y medio de prisión.
Por su parte, los letrados de la defensa solicitaron la libre absolución para sus clientes, con edades comprendidas entre los 23 y 39 años, y, en caso contrario, plantearon la atenuante de confesión y colaboración con la Policía por parte de J. Julián G.C. y Reinel P.P..
De los nueve implicados, cinco reconocieron “en parte” los hechos, mientras que otros cuatro los negaron (J. Alejandro P.C., Diego F.R.A., J. Enrique G.G. y Yohan D.A.).
UNO DE ELLOS HABÍA TRABAJADO EN LA CASA
Según el fiscal Ernesto Vieira, Reinel, P.P., J. Julián G.C., J. Enrique G.G., Diego F.R.A. y Yohan D.A., previo acuerdo en la acción, sobre las tres de la madrugada del 5 de junio de 2008 se cubrieron los rostros con capuchas y esgrimiendo dos pistolas, un cuchillo y una pata de cabra irrumpieron en una vivienda en Playa Blanca, en el municipio lanzaroteño de Yaiza, donde había trabajando Diego en 2001. Para ello saltaron un muro de piedra de dos o tres metros que bordeaba su perímetro.
Así, accedieron al dormitorio principal donde se encontraba durmiendo la dueña de la casa en compañía de sus dos hijos menores, de ocho años de edad y, tras despertarles bruscamente, mientras uno de ellos asía fuertemente a su madre por el cuello, le solicitaron el contenido de la caja fuerte y le propinaron varios golpes en el ojo con la culata de la pistola que portaban.
Los procesados amedrentaron a las tres personas con las armas e instrumentos que portaban, obligaron a la mujer y a los dos niños a acompañarles por toda la casa en busca de dinero, joyas y otros objetos de valor, consiguiendo apoderarse de las joyas contenidas en la caja fuerte y regresando nuevamente hasta el dormitorio principal, donde la mujer les entregó 3.000 euros en efectivo y un pequeño joyero.
En ese momento, los acusados, a fin de constreñir la libertad de movimientos de las víctimas, continuar el registro del domicilio y garantizar su huida, les amordazaron, atándoles las manos con bridas y tapándoles la boca con cinta de embalar, haciendo lo mismo con el perro.
“LE ENMARRONÉ HASTA EL FONDO”
Les dejaron encerrados dentro del cuarto de baño mientras se apoderaban de una videoconsola, un reproductor Mp4, unas gafas de sol, varios ordenadores, un teléfono móvil y numerosas joyas, entre las que se encontraban dos relojes y una pulsera de diamantes. Poco después de que los acusados abandonaran el citado domicilio sus moradores consiguieron liberarse de sus ataduras.
El acusado Reinel P.P. quiso exculpar de este atraco a Yohan D.A. porque, según él, “la Policía” le “hizo ver” que él le “había 'chivatiado'”. “Le enmarroné hasta el fondo porque le tenía mucha rabia de tanto tiempo que nos conocíamos y vivíamos juntos”, añadió, al tiempo que explicó que no habían elaborado “previamente un plan y distribuido las tareas” de cada uno.
“En su momento dije cosas a lo loco, mentí para 'encochinar' a Yohan y hundirle. Esta vez voy a decir la verdad de lo que pasó”, subrayó. Incidió en que sólo se utilizó una pistola de fogueo que llevaba Diego, quien “golpeó a la señora porque se resistió e intentó quitarle la capucha”.
Reinel P.P. manifestó que Diego “empezó a hablar raro para que ella no le reconociera” y les dijo en un momento dado que hablaran con “acento rumano para que no se notara el acento sudamericano”, apuntó J. Julián G.C..
UN MES MÁS TARDE
Un mes más tarde, y según mantiene el Ministerio Fiscal en función de las primeras declaraciones policiales y judiciales de los procesados, sobre las 03.30 horas de la madrugada del 13 de julio de 2008, los hermanos Reinel P.P. y Yeison Y.P.P., J. Julián G.C., Bryan A.M.M., J. Alejandro P.C., J. Enrique G.G. y Yohan D.A. entraron en una casa en Los Valles, en la localidad de Teguise, presuntamente siguiendo indicaciones de J. Orlando R.M. acerca de que en ésta había “dinero y hachís”.
De este modo, los jóvenes consumieron cocaína proporcionada por J. Orlando y, posteriormente, accedieron al inmueble armados igualmente con pistolas --una de balines, según uno de ellos--, cuchillos y patas de cabra y enmascarados con capuchas.
Una pareja se encontraba durmiendo, cuando les despertaron apuntándoles con una pistola y comenzaron a maniatarles, atándoles las manos y los pies con las bridas que J. Orlando les había facilitado, al igual que les taparon la boca con cinta de embalar e hicieron lo mismo con los perros.
Seguidamente uno de ellos golpeó al hombre con la pata de cabra en la cara, en la parte posterior de la cabeza, en la espalda y en los brazos, según la Fiscalía, mientras que el joven acusado de portar dicho instrumento dijo que le golpeó en los pies.
A pesar de que la víctima presenta tres puñaladas en el estómago y en ambas piernas, quien portaba el cuchillo, Reinel P.P. sostiene que no le quiso “lesionar”, sino que “fue él quien se hirió durante el forcejeo”.
Tras conseguir que la mujer les entregara 500 euros y mientras los dueños de la casa seguían amordazados, los acusados inspeccionaron la vivienda en busca de dinero u otros objetos de valor, dejando encerrados dentro de su dormitorio a los moradores, que poco después consiguieron liberarse de sus ataduras.
Por su parte, Reinel P.P. señaló que participó en este asalto porque tenía una deuda de 500 euros, su novia estaba embarazada y se vio “obligado a robar”.
“EMPEZAR UNA NUEVA VIDA”
Igualmente, respecto a esta ocasión, también quiso exculpar a Yohan, pese a que en sus anteriores declaraciones le había inculpado. “No voy a cargar con un 'karma' para toda la vida, quiero estar limpio, empezar una nueva vida y pagar por lo que hice”, apostilló. Del mismo modo, manifestó que J. Enrique G.G. “no tiene nada que ver”, ya que “sólo condujo el coche hasta la casa”, “no sabía nada” y pensaba que iban a buscar droga.
Agregó que el 17 de marzo de 2009 envió una carta al juzgado exculpando a Yohan, Alejandro y a Diego, aunque en relación a éste último lo hizo por “presuntas amenazas” a su familia.
Por su parte, J. Julián G.C. también descargó a Yohan de culpa y argumentó que le involucró en un principio por “presiones” de la Policía.
Por todo ello, la Fiscalía pide para Reinel P.P., J. Julián G.C., Yohan D.A. y J. Enrique G.G. imponer la pena de 19 años y medio de cárcel y dos meses de multa con una cuota diaria de 10 euros; además de 12 años y medio de prisión para Yeison Y.P.P.; 12 años de cárcel para Bryan A.M.M., J. Alejandro P.C. y J. Orlando R.M.; y 7 años y seis meses de cárcel para Diego F.R.A..
Según el Ministerio Fiscal, concurre en los acusados la circunstancia de empleo de disfraz y de abuso de superioridad y también en Yeison Y.P.P. la circunstancia de reincidencia por el supuesto delito de lesiones. Además, reclama indemnizaciones para las víctimas por los daños y efectos sustraídos.