Esta vez sí: arranca la campaña electoral más reñida en los 36 años de historia de la Autonomía canaria que puede acabar con la hegemonía de Coalición Canaria. ¿O suena a tópico? Horas antes del pistoletazo de salida de este viernes hacia las cinco urnas del 26 de mayo, el sondeo del CIS apunta una victoria del PSOE en Canarias. Como la que lideró en 2007 Juan Fernando López Aguilar sin llegar a gobernar por el pacto de CC y PP; o las que encabezó Jerónimo Saavedra en los años 80 y 90 sin mayor continuidad por la irrupción de Coalición Canaria.
Son solo tendencias del CIS pero que también se palpan en el ambiente político. El previsible triunfo del PSOE, subido a la ola de Pedro Sánchez y las Generales del 28 de abril, daría un vuelco histórico a una Comunidad dominada desde 1993 por Coalición Canaria, que no se cree este último sondeo oficial. Pero más allá de cómo quede la foto finish al final de la carrera el día 26, lo que se discute en Canarias es si se repite la misma fórmula de siempre o se exploran nuevos pactos.
Porque el tripartidismo imperfecto que viene gobernando la Comunidad entre CC, PP y PSOE hace 30 años vuelve a ponerse en juego. Coalición Canaria ha ocupado desde 1993 la Presidencia del Gobierno de manera ininterrumpida. Como en el juego de las sillas, en el que tres dan vueltas para ocupar dos asientos, CC se ha apoyado siempre en el PP o el PSOE para no perder. Pero desde hace años, con la ruptura nacionalista por la izquierda de Nueva Canarias, Coalición Canaria se ha ido dejando apoyos por el camino, sobre todo en Gran Canaria.
Por eso, esta campaña que empieza se da en clave de tumbar a CC de la Presidencia y del Gobierno. Nadie quiere (o dice no querer) gobernar con el de siempre. Desde el PP a Ciudadanos, incluidas obviamente las fuerzas de la izquierda. Y además, en un momento en el que un nuevo sistema electoral corrige un poco el desequilibrio entre islas. Precisamente ese sistema que ha permitido que CC, siendo la tercera fuerza en votos, obtuviera más escaños (18 de 60) y retuviera el poder en minoría en las últimas elecciones autonómicas.
Pero ese tripartidismo imperfecto heredado de la Transición llega a su fin. Ya en 2015 entró Podemos en el Parlamento. Ahora lo hará también Ciudadanos, que en la última cita se quedó fuera con 55.000 votos por no superar la barrera del 6% regional. Esta vez los topes se han rebajado al 4% regional y del 30 al 15% en cada isla. Hasta Vox tendría cabida en la Cámara con un PSOE que parte como favorito para ganar y desbancar de una vez a CC…si no vuelven al juego de las sillas.
Esos nuevos actores que entran liza, sobre todo Ciudadanos, y el hecho de que la Cámara pase de 60 a 70 diputados, deja todo abierto para conformar una nueva Cámara menos tripartidista que nunca. Hasta ocho grupos pueden obtener representación y eso obligará a consensos incluso de cuatro partidos. En el centro del tablero estaría el PSOE por primera vez en décadas, con capacidad para apoyarse a diestra y siniestra. O decidirse a romper el reinado de CC en las islas.
Todo se verá al final de una campaña que empieza marcada por la maquinaria del partido en el gobierno prometiendo ayudas públicas a costa del superávit. Y volcándose especialmente en una isla como Gran Canaria, en la que ha buscado aliados de la derecha tradicional para combatir el peso de Nueva Canarias. Será también ese tirón el que pueda marcar la suerte de otras urnas en juego, como la de los cabildos y ayuntamientos, aparte de la del Parlamento Europeo.
En islas como Gran Canaria o El Hierro la pugna se presenta más apasionante. En la primera por la hegemonía de Nueva Canarias y la decidida apuesta de Coalición por romperla uniéndose a escindidos del PP como Unidos por Gran Canaria, Ciuca o Compromiso. Ahí también se verá cómo resiste NC, cuánto sube el PSOE, o si hay una alternativa fiable de derechas, al igual que en el ayuntamiento de la capital. El Hierro también puede ser decisivo para la gobernabilidad de Canarias, si persiste la ruptura de los nacionalistas de AHI y el PSOE se impone en la isla.
Otros municipios como La Laguna, feudo histórico de CC, o Santa Cruz de Tenerife se juegan lo suyo. En especial la ciudad universitaria, marcada por el mandato del actual presidente canario, Fernando Clavijo, y el caso Grúas por el que se le investiga.