“La valerosa gente canaria mostró el gallardo brío de su pecho haciendo ultraje y burla de una armada que en todo el mar océano dio cuidado y, queriendo estrenarse con Canaria, se arrepintieron de ello”. Bartolomé Cairasco de Figueroa, canónigo de la catedral de Santa Ana y padre de las letras canarias (1538-1610), relataba así en la obra Templo militante un episodio que pudo cambiar el curso de la historia de Las Palmas de Gran Canaria. El 6 de octubre de 1595, el almirante británico Francis Drake desembarcó con su armada en la bahía capitalina con la intención de invadir la ciudad, pero los isleños resistieron, detuvieron el ataque y le obligaron a retirarse.
En aquel acontecimiento desempeñó un papel crucial el Castillo de La Luz, la primera fortaleza que se construyó en la ciudad (1480), apenas unos años después de la fundación de la misma. Ahora, esta estructura que sirvió de defensa a la isla de Gran Canaria contra los ataques de los piratas en el siglo XVI se convertirá a partir de 2014, tras años de abandono intercalados con algunos de uso cultural, en la sede de la Fundación Martín Chirino, que albergará trabajos del llamado escultor del hierro.
Como la espiral que caracteriza la obra de Chirino, el debate sobre su uso resurge de forma cíclica y el destino de este emblema de la ciudad parece irse alejando de su origen, de su propia historia. Para evitarlo, la formación política Nueva Canarias defenderá en el pleno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria que se celebrará este miércoles una moción para que el Castillo de La Luz o la fortaleza de Las Isletas se convierta en un museo de la historia de la ciudad o, más en concreto, de su historia naval.
Pedro Quevedo, portavoz del partido nacionalista, ha recordado este martes que en octubre de 2011 su grupo ya formuló una moción que fue aprobada por el pleno para recuperar el patrimonio histórico de Las Palmas de Gran Canaria y crear un circuito cultural. “Es lamentable que tengamos que volver a llevar a pleno este asunto. Es necesario que la gente de aquí conozca su historia, pero también que los visitantes sepan que esta tierra es algo más que sol y playa. Han pasado dos años y está estructura sigue cerrada con una valla lamentable que sigue alejando a la gente de este patrimonio esencial de la ciudad”, ha manifestado.
Para NC, la idea de ubicar en el Castillo de La Luz la sede de la Fundación Martín Chirino no sólo daña el patrimonio histórico de Las Palmas de Gran Canaria, sino también la figura del propio escultor, al exponerlo “sin que él lo haya buscado” y situarlo en el centro del debate sobre el uso del castillo. Quevedo considera que Chirino, uno de los fundadores del grupo El Paso, un artista con numerosos reconocimientos internacionales a su espalda y “elemento esencial de vanguardia del Estado español después de la Guerra Civil”, merece “como muchos otros artistas canarios”, un homenaje y un lugar estable para exponer su obra.
Sin embargo, el concejal no ve apropiado que se utilice un espacio reservado a la recuperación del patrimonio histórico para albergar una instalación artística. '“No tienen nada que ver salvo que se sumen, que no es el caso”, sostiene Quevedo, quien también ha advertido que la obra del escultor grancanario no es la más adecuada para una estructura como la del Castillo de La Luz.
“Las personas que en el mundo artístico han tenido relevancia especial en esta tierra deben tener el lugar que les corresponde, hay que recuperar una serie de edificios públicos importantes donde perfectamente cabría la obra de Chirino y la de otros”, ha señalado el nacionalista, que se ha referido expresamente a las antiguas dependencias militares de Manuel Lois.
NC planteará en la moción que el baluarte de Mata, el Castillo de San Francisco y la torre de San Cristóbal constituyan un circuito cultural cualificado junto al Castillo de La Luz o la fortaleza de Las Isletas, una estructura que, en su opinión, “tiene una gesta de armas que cualquier país del mundo con un mínimo respeto por sí mismo ya estaría contando”.