La alianza CC-NC no convence y pierde más de 50.000 votos, aunque el nacionalismo mantiene dos escaños
La controvertida alianza con la que Coalición Canaria (CC) y Nueva Canarias (NC) decidieron concurrir a estas elecciones generales del 10 de noviembre no ha convencido y, aunque el nacionalismo mantiene dos diputados en el Congreso, los partidos han perdido más de 50.000 votos respecto a los comicios del 28 de abril. La coalición ha conseguido sumar en Las Palmas, pero ha fracasado en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Tras la “decepción” que vivió el partido de Román Rodríguez en los comicios del 28 de abril, quedando fuera del Congreso de los Diputados, Pedro Quevedo recupera su escaño y se convierte en el único diputado que la coalición nacionalista ha alcanzado en la provincia de Las Palmas. De acuerdo con lo pactado entre ambos partidos, el escaño obtenido en las islas orientales se dividirá en dos años y medio para NC y 18 meses para CC, liderada en la provincia por María Fernández.
En la provincia occidental, la más perjudicada por este pacto ha sido Guadalupe González Taño, número dos por Santa Cruz de Tenerife, que pierde su escaño apenas siete meses después de conseguirlo. Por su parte, Ana Oramas conserva el asiento que mantiene en la Cámara desde 2007. De este modo, los nacionalistas se han hecho con dos de los 15 diputados que corresponden a Canarias, sumando el 13,12% de los votos (123.696) con un 99,72% escrutado. El 28 de abril, NC obtuvo un total de 36.225 votos y CC, 137.664. En total, 173.889, 50.193 más que este 10 de noviembre.
El PSOE sigue siendo la fuerza más votada en el Archipiélago, manteniendo el mismo número de diputados (5). En segundo lugar, el PP sustituye a Unidas Podemos con un escaño más que en abril (4) al sumar uno por Santa Cruz de Tenerife. La formación morada (2) pasa al tercer puesto con un 14,63% de los votos. Le sigue CC-NC con el mismo número de asientos en el Congreso (13,17% de los votos) y por último el partido de extrema derecha, Vox, que irrumpe en la Cámara con dos diputados y el 12,54% de los votos.
Este 10 de noviembre permitirá que se repita la estampa de 2011, cuando el acuerdo entre las formaciones nacionalistas canarias hizo diputados a Quevedo y a Oramas. Además, para María Fernández, número dos por Las Palmas, los “maravillosos resultados despejan las dudas de todos aquellos que las tenían”. “Vamos a poder llevar las demandas de esta provincia a lo más alto de Madrid”, apunta. El diputado electo, Pedro Quevedo, reconoce que “no ha sido fácil, pero no nos hemos equivocado”. “Hemos cumplido con nuestra obligación hacia nuestra tierra. Nos hemos partido los lomos en un entorno difícil, pero lo hemos hecho con convicción”. Además, Quevedo recomienda a los votantes la lectura del programa electoral, porque es “el contrato y el compromiso con la ciudadanía y que identifica las necesidades de un Archipiélago maltratado cuando no tiene voz en Madrid”.
El secretario general de Coalición Canaria, José Miguel Barragán, celebra que las Islas tengan un representante de cada provincia en Madrid. Sin embargo, reconoce que el escenario es difícil porque estos comicios no arrojan claridad ni desbloqueo. “No tenemos claro si estos resultados van a ayudar a que haya un gobierno en España. Eso nos preocupa”, declara. Además, lamenta que estas nuevas elecciones hayan permitido un crecimiento de la ultraderecha “que no facilitará el acuerdo en el futuro”.
El vicepresidente del Gobierno de Canarias y presidente de NC, Román Rodríguez, apunta que Canarias “siempre es olvidada” si no está representada por una formación autónoma o independiente, “sin obediencias estatales, sino subordinadas a los intereses de esta tierra”. Además, reivindica un sistema público de pensiones, sanidad y educación públicas y, en caso de una reforma constitucional, la presencia del Archipiélago.
La diputada electa de Coalición Canaria, Ana Oramas, considera que los partidos nacionalistas canarios serán “vitales” para lograr el desbloqueo en España y que estas elecciones “nunca debieron celebrarse”, ya que la gobernabilidad es ahora más complicada que en abril.