El Centro Nacional de Inteligencia pagó a propietarios de cayucos para que dejaran de transportar inmigrantes a Canarias en el año 2006. Según publica este sábado El País, fuentes del Gobierno de Zapatero han admitido que “la situación era insostenible” y se usaron fondos reservados para frenar la inmigración.
Otras fuentes solo reconocen que se puso en marcha una operación para dejar de suministrar repuestos a estas redes, especialmente los motores de fabricación japonesa que equipaban estas embarcaciones para que los derivaran a otro uso.
Esas mismas fuentes, señalan a El País que temporalmente se consiguió romper la cadena de repuestos y frenar la salida de cayucos, pero pronto las redes de tráfico de personas buscaron otros canales de distribución, por lo que la operación resultó “escasamente rentable”.
Según datos de la agencia Efe, en 2006 llegaron 31.678 personas a Canarias en 515 pateras o cayucos, unas cifras nunca vistas en un Archipiélago de dos millones de habitantes: eran siete veces las llegadas de 2005 (4.715) y multiplicaban por cuatro los inmigrantes que durante ese año cruzaron el estrecho de Gibraltar (unos 7.500).
El Ejecutivo central convocó un gabinete de crisis en el año 2006, cuando llegaron a las costas canarias este número de pateras y cayucos, la mayoría procedentes de Mauritania y de otros países como Malí, Burkina Faso, Chad y Níger. Sin embargo, 2008 se produjo un descenso siginificativo de la llegada de cayucos al Arhipiélago.
De casi 32.000 inmigrantes llegados a las islas en 2006 (la mitad de ellos, senegaleses) se pasó a 12.478 en 2007, a 9.181 en 2008, a 2.246 en 2009 y a 196 en 2010, según datos de Frontex.
Además, el Gobierno de Zapatero dio también ayudas económicas a los países desde cuyas costas partían los cayucos rumbo a Canarias y a las costas andaluzas. Hasta la zona se desplazaron varios buques de la Armada en 2007 para interceptar los cayucos antes de que estos llegasen a su destino.