Los rumores, las especulaciones, las cábalas y, sobre todo, la confusión rodearon este sábado el traslado de una serie de valiosas obras de arte desde la sede central de CajaCanarias hasta el Museo del Prado. El gran despliegue policial en el entorno del edificio de la plaza del Patriotismo de la capital tinerfeña provocó no sólo la curiosidad todo el que pasaba por allí, sino el falso convencimiento de que la sede de la entidad financiera estaba siendo objeto de un registro policial.
Según ha podido saber este periódico, las obras poseen un gran valor artístico, por lo que la presencia de un buen número de agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana del Cuerpo Nacional de Policía estaba más que justificada.
Sin embargo, esta presencia policial provocó en buena parte de la sociedad santacrucera todo un vendaval de especulaciones en relación a un posible registro de la sede central de Cajacanarias por orden de algún juez.