La acampada en la Plaza de la Candelaria en Santa Cruz de Tenerife, nacida de la convocatoria a una manifestación el pasado domingo por Democracia Real Ya, congregó este martes por la noche a veinticinco personas, que durmieron sobre cartones o en los bancos públicos. Apenas 24 horas después, cerca de 200 personas se reunieron en la misma plaza para reivindicar que están hartos de los políticos, de cómo se gestiona la vida pública, de tanto chorizo.
Adrián Magdalena, uno de los promotores de la manifestación del domingo, quiere dejar claro que lo de la acampada no ha sido iniciativa de ellos. “Ha surgido espontáneamente a raíz de esa manifestación. Les apoyamos, pero no somos sus promotores. Lo que promovemos es que es necesario un cambio social, político y económico ya para tener una verdadera democracia”.
“Somos apartidistas, que cada cual haga lo que quiera y vote lo que quiera el domingo”.
Yolanda, una de las participantes en la acampada, toma el amplificador de voz y arenga a los congregados. “Nosotros no hemos provocado el problema, lo han provocado ellos, así que ellos nos den la solución, pero así no queremos continuar”. “Podríamos ser muchos más, pero la gente tiene que seguir con su vida, tengo compañeros que no pudieron quedarse anoche porque hoy tienen exámenes. Pocos tienen trabajo”.
Otro compañero que no quiere dar su nombre remata el discurso: “Somos ciudadanos fiscalizados. Me molesta que nos tomen por tontos. No es real lo que tenemos y hay que demolerlo pacíficamente”.
Entre la amalgama de personas había jóvenes, pero no eran los únicos. “Mira, yo tengo dos hijos en paro, me he matado por darles estudios, y pa qué”, grita ante mi grabadora una mujer que aparenta ser sexagenaria.
“Se trata de luchar contra el sistema. Yo he pasado por aquí porque me convocaron desde facebook, y sí estoy a favor, pero al final es la misma lucha, la que ha habido a lo largo de la historia contra el sistema, es la misma lucha de siempre de los pobres frente a los poderosos, los que aglutinan el poder y nuestras vidas”, explica un joven de 20 años.
Pasadas las siete de la tarde, varios toman la palabra. Se trata de una asamblea que por sí misma da cuenta de la improvisación. “Tenemos que organizarnos porque estamos desorganizados y esto tiene que seguir creciendo”. En ese comunicado público, el portavoz de los acampados que no quiere dar su nombre clama que “esto es de verdad una asamblea pública. Quien quiera decir algo, que lo diga”.
Los congregados porque están hartos despiertan simpatía. Muchos ciudadanos comulgan con esa premisa, y con los lemas pintados en cartones contra la banca, siempre abusadora, contra las multimillonarias ayudas estatales para mantener lo mismo a costa de los mismos. Con esa premisa comulgan, en efecto, miles de personas.
“La clave es ¿cuáles son las propuestas de cambio, de qué forma se tumba el sistema? Por que yo no sé qué tengo qué hacer, si ir a votar, si votar nulo. Tengo claro a quien no voy a votar, pero nada claro a quién darle el voto”, suelta una mujer de 50 años, licenciada en psicología, recién expulsada de un gabinete que trabajaba para la Consejería de Justicia.
Horas contadas
Los congregados porque están hartos tienen las horas contadas porque la Junta Electoral Central en Santa Cruz de Tenerife ha determinado que a las ocho de la mañana de este jueves deben desalojar la plaza de la Candelaria, según ha informado a este periódico la Subdelegación del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife.
La Junta Electoral Central permite la concentración 12 horas más porque la petición para el asentamiento no cumplió los 10 días de notificación con antelación que marca la Ley.
Unos afirman que se irán de forma pacífica, y otros, sostienen que les echarán. Para este jueves hay convocada una cacerolada de protesta a las siete de la tarde en la misma Plaza de la Candelaria y el viernes, a las 11 de la mañana, habrá protesta frente al Parlamento de Canarias. “Pero el movimiento seguirá en la redes sociales”, afirma,