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Un escaño vacío, un partido liderado por Alberto Rodríguez y nuevas fuerzas sacuden el tablero de la izquierda canaria

Jennifer Jiménez

24 de octubre de 2022 22:46 h

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Cuando el exdiputado de Podemos Alberto Rodríguez se vio forzado a abandonar su escaño en el Congreso (hace justo un año), parte de la izquierda canaria y de los colectivos sociales le instaban a que no abandonara la esfera política. Se dio de baja de la formación ahora liderada por Ione Belarra después de que se le comunicara la pérdida de su condición de diputado, una causa por la que sigue peleando y que se encuentra a la espera de lo que decida el Tribunal Constitucional. Su escaño, de momento, sigue vacío y la dirección de Podemos Canarias manifestó entonces encontrarse en una etapa de “duelo” ante la pérdida de un militante respetado en la formación y en el activismo. Este mismo sábado, su antiguo partido en las Islas compartía en sus redes un pequeño texto en el que recordaba esta “injusticia que vulneró los derechos de 64.000 canarios”. Rodríguez, por su parte, volvía este lunes a la escena política pero anunciando el proyecto Drago, la herramienta de “obediencia canaria” con la que aspira a concurrir en las próximas elecciones

No se pronunció específicamente sobre Podemos durante el acto de presentación, pero sí insistió en que Drago nace “sin sectarismos, intentando no fijarnos en el pasado con cosas que han ocurrido e intentando sumar lo máximo posible”. Tampoco confirmó si se unirá a Sumar, la plataforma de la ministra Yolanda Díaz, que pretende construir un proyecto progresista de cara a los comicios. Sí dijo que no está cerrado a dialogar siempre que se respete esa “obediencia canaria”, es decir, que las cuestiones que atañen a esta comunidad se decidan en el Archipiélago. Y añadió un apunte: “Hay muchas experiencias vividas en el pasado de que cuando los asuntos afectan a Canarias y los espacios de toma de decisión están a miles de kilómetros de aquí, pues esos asuntos digamos que no adquieren la misma prioridad”. 

En el último año, Rodríguez ha afeado a su antigua formación que “podría haber hecho más” tras su marcha forzada de la Cámara y ha reprochado que si él hubiera sido un diputado de Madrid o tuviera un apellido compuesto probablemente estaría en el Congreso. La dirección nacional de Podemos, aunque también calificó de injusta su expulsión de la Cámara, sí abogó después por sustituirle. No obstante, la pelota ha estado en el tejado de las componentes de la lista electoral, que se han debatido entre la lealtad al exdiputado y la expectación de que pueda conseguir de nuevo su escaño. La número dos en la lista en la que concurrió a las generales de 2019, Fátima González (de IUC), anunció que no ocuparía el escaño, mientras que en el caso de la número tres, Patricia Mesa, ha mostrado su apoyo al compañero de filas y no ha ocupado el escaño. 

No es la primera vez que Rodríguez reconoce su intención de presentarse a las próximas elecciones. En verano anunció que se encontraba inmerso en ese espacio de carácter canarista y durante el último año, con su regreso a Tenerife, ha vuelto a conectar con los movimientos sociales, siendo muy crítico con el modelo económico y participando en movilizaciones por la defensa del territorio. Este mismo fin de semana se sumó a la manifestación convocada en Las Palmas de Gran Canaria por la plataforma Salvar Chira-Soria Barranco de Arguineguín en contra de esta futura central hidroeléctrica. 

Junto a él, este lunes llamó la atención la presencia de Héctor Morán, asesor del Ministerio de Trabajo, por tanto, próximo a la vicepresidenta y que ha sido militante de Podemos. En la presentación se confirmó que otras personalidades conocidas podrían formar parte de este proyecto y se hizo hincapié en que se anima a la ciudadanía a participar. 

Otro escaño “perdido” y un nuevo partido

Pero el proyecto Drago no es el único con carácter progresista y de “obediencia canaria” que se registra este año en el Archipiélago y cuyos integrantes tuvieron vinculación con Podemos. La otra diputada de la formación en el Congreso, pero por la provincia de Las Palmas, Meri Pita, abandonaba en marzo de este año su grupo parlamentario y denunciaba en una carta que ratificaron otros miembros de la formación lo que consideraba la deriva de la formación. Pita aseguró en una rueda de prensa haberse sentido ninguneada por su partido y que “la gota que colmó el vaso” fue que recientemente una diputada por Asturias interviniera en una cuestión de Canarias. La misiva con su abandono fue ratificada por 12 personas entre las que destacan Javier Doreste, teniente de alcalde de Las Palmas de Gran Canaria o Conchi Monzón, consejera del Cabildo de Gran Canaria. Podemos Canarias quedó entonces sin representación en el Congreso.

En febrero de este mismo año, una exdiputada de Podemos por Las Palmas cercana a Meri Pita, Carmen Valido, inscribió un nuevo partido de carácter municipalista, Reunir, que después se ampliaría a carácter regional. Recientemente, fue presentado por la activista Emma Colao también como partido de “obediencia canaria” que ha crecido de “los movimientos sociales” y de “abajo a arriba”. En su acto de presentación, los líderes de esta fuerza estuvieron arropados por Pita entre el público y recibieron un mensaje de apoyo del diputado Gabriel Rufián (ERC). 

Reunir tampoco descarta llegar a acuerdos con fuerzas políticas progresistas. Emma Colao anunció que se han mantenido conversaciones con Alberto Rodríguez y que tampoco se descarta dialogar con Sumar pero siempre desde esa “obediencia canaria”. María del Carmen Martín, que también fue militante destacada en Podemos y secretaria del Círculo de Santa Brígida acompañó la presentación de dicha fuerza. Pita, aunque asegura que no formará parte de listas electorales sí que apoyó públicamente su constitución.

Las primarias de Podemos y el camino de otras fuerzas

El tablero de la izquierda canaria queda sacudido por nuevas fuerzas, llamadas a la negociación de cara a las elecciones de 2023. Podemos se ha mantenido favorable en las Islas en esa llamada al diálogo, en especial con sus socios actuales como Izquierda Unida o Sí se Puede (partido de obediencia canaria con fuerte arraigo en Tenerife). No obstante, la formación que en Canarias lidera Laura Fuentes se encuentra inmersa en su proyecto de primarias y ya ha anunciado sus posibles candidaturas de cara esos comicios.

En Las Palmas de Gran Canaria se ha escenificado el desacuerdo entre esta formación con Izquierda Unida tras la expulsión de Javier Doreste, teniente de alcalde y concejal de Urbanismo y de la concejala Mercedes Sanz de Podemos. Ante la negativa de ambos de entregar su acta, Podemos pretendía que pasaran al grupo de los concejales no adscritos, pero Izquierda Unida consideró que el acta pertenece a la coalición Unidas Podemos y según confirmó la coordinadora general de la formación, Luisa Tamayo, no tenía previsto reclamarla ya que lo que se produjo era una “cuestión interna” de Podemos. Dichos ediles siguen actualmente en el consistorio en el mismo grupo, que ahora se encuentra dividido.

Otra fuerza que irrumpe este año en el panorama progresista es Más Canarias, vinculada a Más País, de Íñigo Errejón. Se trata de una formación que ya ha alcanzado un acuerdo de colaboración con Verdes Equo Canarias para conformar un “espacio ecologista, de progreso y transformador”. La formación que en Canarias coordina Javier Navarro lleva más de un año en construcción y ya ha celebrado un congreso e incluso denunció en la Fiscalía en Madrid presuntas irregularidades sobre la gestión de la crisis por el volcán de La Palma. 

La obediencia canaria y el espacio canarista

Sobre “obediencia canaria” se han venido pronunciando en los últimos años expertos que estudian y repiensan los nacionalismos y el canarismo. Así, desde la asociación Canarismo y Democracia, definieron hace unos meses en este periódico qué es la “canariedad”, qué es el “canarismo” y qué significa la “obediencia canaria”. Ayoze Corujo, José Miguel Martín o Enrique Bethencourt recordaron entonces que la “canariedad” no es patrimonio de nadie, de ningún partido político, pues hace referencia a “la identidad cultural de los canarios” que no debería depender de ninguna ideología. 

Cuando hablamos de partidos de obediencia canaria, se habla de que el centro de su toma de decisión se produzca en este territorio y ahí se pueden definir desde proyecto Drago a Sí se puede o Reunir, pero también Coalición Canaria, Nueva Canarias, el Partido Nacionalista Canario e incluso otros de carácter más municipalista. No obstante, el término que ha cobrado fuerza en los últimos años y que ha llevado a Nueva Canarias a redefinirse es el de “canarismo”, que esta formación lo considera como un nacionalismo del siglo XXI. Además, se define en ese espectro progresista.

Este último es un concepto con el que José Miguel Martín ya bautizó su libro ‘El Canarismo’ y en el que explica que lo integrarían partidos que además de tomar sus decisiones en Canarias, componen un espacio bastante “plural, heterogéneo y diverso” y que se aleja de extremismos. En sus redes sociales, Martín apuntaba este lunes que el partido de Rodríguez es una iniciativa enmarcada en el ámbito de la izquierda y, por lo tanto, “ya nos podemos imaginar cuál será su tope”.

Por otro lado, asumir el canarismo no implica para los expertos una renuncia al nacionalismo, aunque sí creen que en estos años los partidos que se definen como tal en las Islas no han luchado por la construcción de un proyecto de nacionalidad como tal. 

Auge de movimientos sociales

Al igual que ocurrió con el “no al petróleo” o la oposición a otros grandes proyectos, la ciudadanía de Canarias se encuentra inmersa en estos últimos meses en la reactivación de movimientos sociales. Este mismo fin de semana se han producido diversas movilizaciones en en el Archipiélago por la defensa del territorio y en contra de los megaproyectos. El surgimiento de nuevos partidos viene a su vez ligado a nuevas plataformas ecologistas y de movilización. Ejemplo de ese malestar por el modelo económico actual y la destrucción del territorio es la acampada de Cuna del Alma, que escenifica la resistencia contra un proyecto que ha dañado patrimonio arqueológico y por el que ha sido multada la compañía que lo promueve.

Desde los diferentes partidos situados a la izquierda se han posicionado a favor de muchas de estas protestas sociales. En la movilización de este fin de semana estuvo Rodríguez, miembros de Más Canarias y de Podemos, entre otros. A este último partido, su participación en la movilización de Gran Canaria provocó reproches por parte del presidente de esa isla, impulsor del proyecto Salto de Chira y con quien Podemos gobierna.