''Es falso que vayamos a dejar de ser Patrimonio de la Humanidad''

El alcalde de San Cristóbal de La Laguna, Fernando Clavijo, ha negado rotundamente que esta ciudad vaya a perder su condición de Patrimonio Histórico de la Humanidad por la arquitectura ultramodernista del nuevo edificio para juzgados, que se levanta poco a poco en la Plaza del Adelantado, en pleno casco histórico.

Clavijo (CC), quiso zanjar rápido la polémica sobre si ese edificio “ultramodernista” podría hacer desmerecer tanto a la ciudad como para ser excluida de la lista de la Unesco. “Es rotundamente falso que eso vaya a ocurrir. La Laguna es patrimonio histórico por que su trazado, pionero, fue el que se exportó a Hispanoamérica para diseñar nuevos núcleos poblacionales y por ser la primera ciudad no amurallada”.

La polémica fue desatada por un comentario de Miguel Ángel Matrán, director del Cicop (Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio) a La Opinión de Tenerife, quien consideraba que el nuevo palacio de Justicia genera un “desequilibrio”, tanto por diseño como por volumetría, en el conjunto arquitectónico de la Plaza, histórica puerta de entrada, por lo que podría dejar de ser Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad, distintivo que luce desde hace doce años.

“La de Matrán es una opinión personal, pero en el Ayuntamiento no hemos recibido ninguna amonestación. Es cierto que el edificio tiene mucha volumetría, pero es que se trata de un palacio de justicia que tiene que atender a las necesidades a ese respecto, cumple con todos los parámetros del Plan Especial para la Conservación del Patrimonio. La ficha de su parcela fue aprobada con todos sus parámetros urbanísticos”.

El edificio, diseñado por Ángel García Palmas de AMA Arquitectura y Medio Ambiente, tendrá 30.000 cuadrados y su coste supera los 21 millones de euros. Se encuentra en un entorno que alberga edificaciones de los siglos XVI, XVII y XVIII.

Para gustos, los colores

Fernando Clavijo insistió en que degrada más “un falso histórico”, como era el edificio que existía en lugar del que ahora se construye, “que no tenía antigüedad, sino que es de los años 70. Muchos arquitectos creen que los nuevos edificios deben reflejar la arquitectura del momento en que se vive. Si gusta más o menos, bueno para eso, los colores”, recalcó, al tiempo que vaticinó que la polémica está servida con el nuevo edificio para el mercado municipal, que se construirá enfrente, al otro extremo de la plaza.

Juan Miguel Mena, concejal de Alternativa Sí Se Puede en el ayuntamiento lagunero, coincide con el alcalde en que si esta localidad es una joya a conservar se debe a su peculiar trazado, pero considera el nuevo edificio como “una caja, un mamotreto más, un monstruo al lado de la Iglesia de San Miguel”.

El edil ya anunció que ha solicitado todos los informes municipales acerca de esta construcción, pese a ser una obra que depende directamente de la Consejería de Presidencia y Justicia, aprobada en la etapa de José Miguel Ruano a su frente. También admite que servirá de poco, dado que lo construido no se va a demoler.

“Nos dijeron que iba a ser un edificio singular que respetase el entorno. Cuando hemos visto cómo se iba cerrando, nos hemos llevado las manos a la cabeza”, añade.