La Isla de Gran Canaria ha registrado en lo que va de año un total de cuatro incendios forestales y 41 conatos, que han calcinado un total de 83,01 hectáreas de superficie arbolada, monte bajo, matorral y pastos, según los datos del Coordinador de Incendios del Cabildo de Gran Canaria.
El mes que más conatos se han registrado fue julio, con 16 fuegos que pudieron ser atajados por los servicios de extinción y las unidades de Medio Ambiente del Cabildo antes de extenderse. En todos estos casos se les da la consideración de conatos, al afectar a una superficie inferior a una hectárea.
Tras julio, el segundo mes con más alertas por conatos de incendio fue junio (9), seguido de agosto (7), febrero (4), mayo (3), abril (3) y enero (3). Marzo ha sido el único mes en lo que va de 2010 en el que el Centro Coordinador de la Operativa Insular contra incendios (Cecopin) no ha recibido alertas por fuego en el monte.
Gáldar encabeza la lista de municipios en los que mayor actividad se ha registrado. El pasado 12 de agosto un incendio forestal en la zona de Chirino calcinó un total de 46 hectáreas, 20 de las cuales se corresponden con pastos ?o superficie herbácea, según la terminología del Cabildo de Gran Canaria- y 26 de superficie desarbolada.
Este municipio destaca asimismo por ser uno de los puntos donde más alertas se han producido, con cinco conatos, tan sólo superado por Teror, con siete. En la Vega de San Mateo se han registrado dos conatos y un incendio, en la zona de Cueva Grande-Majanos, que el 30 de mayo calcinó 1,5 hectáreas.
Los otros dos incendios forestales tuvieron lugar el 20 de julio en la Hoya de la Perra, en Cazadores (Telde), con una zona total afectada de 25,10 hectáreas y el 1 de agosto en el Cortijo de los Blanco (Moya), que destruyó 6,20 hectáreas. Este fuego ha sido el único que ha destruido zona calificada por Medio Ambiente como arbolada, ya que del total de superficie la mitad se correspondía con zona de bosque.
En este sentido cabe destacar que, de la suma total destruida por las llamas, la mayoría -42,85 hectáreas- fue superficie desarbolada, 37,16 hectáreas afectadas fueron pastos o superficie herbácea mientras que sólo tres hectáreas, correspondientes al incendio de Moya, eran propiamente zona de bosque.