SANTA CRUZ DE TENERIFE, 9 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Canarias ha querido mostrar su “enorme pesar y tristeza” por el fallecimiento del intelectual canario Juan Marichal (Santa Cruz de Tenerife, 1922) y trasladar su más sentido pésame tanto a su familia como a toda la comunidad cultural por esta significativa pérdida.
Juan Marichal, catedrático emérito de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), Premio Nacional de Historia (1996), Premio Nacional de Ensayo (1995) y Premio Canarias de Literatura (1987), murió este domingo en la ciudad mexicana de Cuernavaca (centro de México), donde el historiador vivía con su hijo.
Exiliado político desde los 19 años, su legado ha sido trascendental en la historiografía española. Marichal es bien conocido por sus trabajos sobre el que fuera presidente de la República durante la Guerra Civil española (1936-1939), Manuel Azaña. Sobre él publicó 'La vocación de Manuel Azaña' (1968) y una edición de las obras completas del político.
Otro de los grandes nombres en su vida fue el de su compatriota el poeta Pedro Salinas, sobre quien publicó el libro 'Tres voces de Pedro Salinas' (1976), que recopilaba sus ensayos sobre el literato, y también una edición de sus obras completas. Marichal se casó también con la hija de Salinas, Solita, con quien tuvo un hijo. Además, trabajó en la reconstrucción de la biografía de su paisano canario Juan Negrín y escribió uno de sus ensayos más conocidos, 'El designio de Unamuno'.
“Las islas siempre tendrán una deuda grande con él. Un canario ilustre conocido en los ámbitos intelectuales y académicos hispanoamericanos y estadounidenses, pero poco conocido fuera de los mismos”, destaca el Ejecutivo canario.
El Gobierno de Canarias ha querido trasladar a los ciudadanos “su reconocimiento a una trayectoria humana y profesional, así como a la enorme huella que ha dejado su impecable vida que, por sí sola, justifica el reconocimiento público a su memoria como un ilustre profesor, investigador e intelectual que sitúo el nombre de Canarias y de España en las aulas, bibliotecas y tribunas de universidades tan prestigiosas como la Harvard”.
“Su compromiso con el tiempo que le tocó vivir es un ejemplo para todos, como un humanista íntegro que enlaza con la mejor tradición intelectual del exilio español en defensa de los valores democráticos, del pensamiento y de la Cultura”, concluye el Ejecutivo.