La Consejería de Seguridad del Gobierno de Canarias se saltó tres puestos en el escalafón de la policía autonómica para nombrar a su actual jefe, Antonio Almenara, al que también ascendió a dedo de subcomisario a comisario pese a la existencia de un informe jurídico que advertía de que esas designaciones debían hacerse a través de una convocatoria pública. Almenara dirige el cuerpo desde octubre de 2023 en sustitución de Luis Santos Jara, relegado tras un conflicto con la consejera Nieves Lady Barreto (Coalición Canaria).
Santos Jara ocupaba la jefatura de la Policía Canaria desde 2012. Es quien ostenta el mayor puesto en la escala de mandos, el de comisario principal. El origen de su enfrentamiento con la consejera data de agosto de 2023, apenas un mes después de que CC recuperara el poder en las Islas tras pactar con el Partido Popular (PP) y sumar el apoyo de la Agrupación Herreña Independiente (AHI) y la Agrupación Socialista Gomera (ASG).
Barreto abrió a Santos Jara un expediente de información reservada después de que circulase el rumor de que había cuestionado la capacidad del actual Ejecutivo en la gestión del incendio forestal que asoló Tenerife en el verano del año pasado. De ese rumor informó a la consejera el director general de Seguridad, David del Pino, que antes de acceder a este cargo político ejercía como subcomisario en la Policía Canaria y era, por tanto, subordinado de Santos Jara. El conflicto ha derivado en un procedimiento judicial en el que el comisario principal acusa a la consejera de varios delitos, entre ellos el de acoso laboral.
Debido a esa pugna, Nieves Lady Barreto acabó por abstenerse en cualquier procedimiento vinculado con Santos Jara. De hecho, no es ella la que firma la última orden (de abril) que sustituye al comisario principal por Almenara en la jefatura, sino el consejero de Obras Públicas, Vivienda y Movilidad, Pablo Rodríguez. Sin embargo, la consejera sí había dictado meses antes tres órdenes a las que ha tenido acceso este periódico y que forman parte del expediente administrativo solicitado por el magistrado del Juzgado de Instrucción 5 de Santa Cruz de Tenerife para investigar la denuncia presentada por Santos Jara.
Esas órdenes de Barreto muestran un cambio de criterio en las suplencias acordadas en la jefatura. En apenas 40 días, los que transcurrieron entre el 10 de septiembre y el 20 de octubre del año pasado, cuatro personas asumieron esa responsabilidad.
La primera orden está fechada el 10 de septiembre. Con Santos Jara de vacaciones, Barreto nombra en su sustitución al subcomisario Jesús González, que ocupa el tercer puesto en el escalafón pero que en aquel momento era el de mayor rango, ya que el número dos, el comisario José Luis de los Reyes, estaba de baja. Este último se reincorporó a su puesto apenas cuatro días después y la consejera revocó de inmediato la primera designación para situarlo al frente de la Policía Canaria. Esa segunda orden, datada el 15 de septiembre, fue tramitada por los servicios jurídicos de la Dirección General de Seguridad, según otro escrito al que ha tenido acceso este periódico.
Hasta ese momento, por tanto, el criterio que se seguía en las órdenes de suplencia de jefatura era el puesto en la escala de mandos. Barreto se basaba para ello en el artículo 23.3 de la ley de creación del cuerpo de la Policía Canaria, que estipula que, en caso de “vacante, ausencia o enfermedad” del jefe del cuerpo, corresponde a la persona titular de la Consejería de Seguridad la designación de un sustituto de “entre los comisarios principales o, en su defecto, entre los mandos del empleo inmediatamente inferior”.
Sin embargo, en la última orden de sustitución firmada por la consejera, el 20 de octubre de 2023, el criterio seguido no fue el puesto en el escalafón. En aquel momento, Santos Jara había causado baja después de su reincorporación de las vacaciones. También estaba de baja el número dos, el comisario De los Reyes. Según la lógica de las actuaciones precedentes, la jefatura correspondía, por tanto, al tercero, Jesús González. Sin embargo, no fue este subcomisario el elegido, sino Antonio Almenara, también subcomisario, pero con menor puntuación en el escalafón. Con respecto al contenido de las anteriores órdenes, esta incorporaba una novedad, ya que precisaba que la propuesta había partido “de la persona titular de la Dirección General de Seguridad”. Es decir, de David del Pino.
Destitución y ascenso
Almenara asumió por primera vez el mando de la Policía Canaria en octubre de 2023. Medio año después, en abril, se reincorpora tras su baja Santos Jara. Y es ahí cuando se produce la destitución del comisario principal y el segundo nombramiento del actual jefe del cuerpo autonómico. Esta nueva orden ya no está firmada por la consejera Barreto, que se había abstenido, sino por su compañero en el Gobierno regional Pablo Rodríguez. Y justifica el cambio en la necesidad de separar la jefatura del empleo de comisario principal y desarrollar “un sistema de gestión con una clara orientación hacia la modernización”.
Esa misma orden explica que Almenara había tomado posesión “con carácter provisional” del puesto denominado “comisario URO (Unidad de Recursos Operativos)” el 1 de noviembre de 2023. Es decir, tan sólo diez días después de haber sido designado por primera vez jefe del cuerpo. Este ascenso se produjo a través del artículo 49 de la ley de la Policía Canaria, que autoriza “el destino de carácter temporal de funcionarios en puestos de superior empleo”, pero sin convocatoria pública, pese a que así lo exige la norma, según la interpretación de los propios servicios jurídicos de la Dirección General de Seguridad.
Ese ascenso a dedo, aunque fuese “con carácter temporal”, lo situaba con el rango de comisario, al nivel de José Luis de los Reyes y por encima del subcomisario Jesús González. Antes, era el cuarto en el escalafón.
Cuando se hizo pública la denuncia por acoso del comisario principal, Luis Santos Jara, contra la consejera de Seguridad, Nieves Lady Barreto, el Gobierno de Canarias difundió un comunicado en el que defendía que la jefatura del cuerpo es un puesto de libre designación. Su figura está recogida en el artículo 23 de la Ley 2/2008. En su primer punto señala que este nombramiento está sujeto a un requisito, el de convocatoria pública, y a los principios de “objetividad, mérito y capacidad”, aunque el jefe puede ser “removido libremente”.
En su denuncia, Santos Jara alude a esa presunta irregularidad en el nombramiento de Almenara como jefe del cuerpo, “sin convocatoria ni informe previo” y “saltándose la jerarquía establecida”, y atribuye su cese a “un castigo” por haber emprendido acciones legales contra la consejera. En una ampliación firmada el pasado 13 de junio, el comisario principal sostiene que estuvo casi un mes sin que le fueran asignadas funciones policiales.
Dos comisarios
La Policía Canaria tiene en la actualidad dos comisarios URO (Unidad de Recursos Operativos). Uno es el propio Almenara, que como ya se ha mencionado fue ascendido a dedo y con carácter provisional. El otro es José Luis de los Reyes y, a diferencia del actual jefe del cuerpo autonómico, accedió a finales de 2017 a través de una convocatoria pública.
La designación de José Luis de los Reyes como comisario adscrito a la Policía Canaria también tiene una particularidad. Para acceder a ese empleo se exigía que los candidatos fueran comandantes de la Guardia Civil, comisarios de la Policía Nacional o comisarios de la escala superior en los cuerpos de la Policía Local. Y De Los Reyes cumplía este último requisito, ya que en el año 2013 había ascendido a comisario de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria por el procedimiento de promoción interna.
Sin embargo, en marzo de 2022, una sentencia del Tribunal Supremo anuló el procedimiento selectivo por el que De Los Reyes y otros dos candidatos obtuvieron el puesto de comisario en la policía de la capital grancanaria, puesto que esas plazas no habían sido incluidas en una oferta de empleo público. A finales del año pasado, el denunciante, Isidro Armas, jefe de la Policía Local de San Bartolomé de Tirajana, solicitó la ejecución de esa sentencia, lo que implicaría que los comisarios vuelvan a tener el rango de subcomisario y, en consecuencia, podría alterar también la escala de mandos en la Policía Canaria, ya que los actos posteriores serían también nulos.