Un día después de que las negociaciones entre los representantes de los trabajadores y la dirección del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) se atascaran a la hora de buscar las soluciones para evitar que el déficit de la empresa se salde con despidos en la plantilla, el consejero de Industria, Pedro Ortega, ha reiterado en el Parlamento “por enésima vez” que “no tengo intención de cerrar el ITC”, pero “tampoco de presentar un presupuesto que no se ajuste a la realidad”.
Por ello, defendió la “propuesta seria, que se ajusta a la realidad de la empresa” de incrementar un 3 por ciento el sueldo en 2015, un 6 por ciento en 2017 y un 5 por ciento en 2018, consiguiendo así que “en el peor de los casos” los trabajadores del ITC recuperen el 14 por ciento del sueldo que se les rebajó en 2013 para poder afrontar el grave déficit de la empresa sin decretar su cierre.
Pero esta apuesta del consejero por la viabilidad del ITC fue recibida de forma escéptica por los grupos de la oposición e, incluso, por su socio en el Gobierno, pues el socialista Gabriel Corujo llegó a confesar tener una “sensación agridulce” y pidió al titular de Industria “abrir un periodo de reflexión sobre si se está poniendo todo el peso de la viabilidad en una presión innecesaria sobre los trabajadores”.
“El Gobierno de Canarias debería hacer un esfuerzo para cubrir los gastos fijos sin comprometer la masa salarial y el sacrificio de los trabajadores, por eso creemos que debemos seguir avanzando, pero quizás por otro camino”, afirmó Corujo.
“El ITC debe seguir avanzando, pero hay que darle otro camino porque no puede apalancarse este avance en la masa salarial y el sacrificio de los trabajadores”, aseguró el portavoz socialista.
Por su parte, Luis Campos (NC), impulsor de la comparecencia del consejero, lamentó que pese a las palabras Ortega el nuevo Gobierno “mantenga la estrategia de maltrato, acoso y derribo del ITC” iniciada en 2011 por el Ejecutivo que presidió Paulino RIvero, cuyo “objetivo” fue “llevar al ITC a la eliminación”.
Campos ha recordado que en los Presupuestos de 2016 no hay más dinero, que faltan los 800.000 euros necesarios para devolver a los trabajadores el 14 por ciento del sueldo que se recortó, pese a que el anterior gerente, el socialista Antonio Márquez, presentó un plan de actuación inversiones y financiación que lo incluía y que el nuevo gerente, Gabriel Mejías, reelaboró para no incluirlo y que pese a la partida de 550.000 euros, aún existe un déficit que, curiosamente, es igual que el dinero necesario para reequilibrar el salario de los profesionales del ITC.
“El Gobierno es el accionista único del ITC, y por los recortes del Estado y de los ingresos propios de la Comunidad Autónoma, los ingresos del ITC han oscilado entre los 6 y 7 millones de euros por los 8 millones que suponen los gastos, dos tercios de ellos debido al gasto salarial, por lo que existe un desequilibrio presupuestario persistente”, ha insistido Ortega.
Muertos en el camino
Como se recordará, el comité de empresa del ITC suspendió de forma temporal la huelga indefinida para entablar unas negociaciones, hasta el 15 de marzo, para encontrar medidas que reduzcan el déficit y conseguir que la empresa sea viable sin necesidad de reducir ni los salarios ni a la plantilla, que en los últimos años ha visto como se perdían 60 puestos de trabajo.
Ortega quiso “agradecer a los trabajadores el sacrificio” que supuso aceptar la rebaja salarial de 2013, y ha recordado que “toda España ha hecho esfuerzos para sobrevivir desde 2007, y muchos han quedado muertos por el camino, hablando metafóricamente”, por lo que insistió en que “todo lo que estamos haciendo es para darle continuidad al ITC”.
Con todo, el consejero no respondió a la pregunta directa que hizo la diputada de Podemos, Concepción Monzón, sobre si “va a haber despidos en el ITC” o, por el contrario “estamos en la misma situación que con el desmantelado Instituto de Ciencias Marinas”. “Llegar a un acuerdo es cosa de dos”; insistió el consejero.
“Usted pidió confianza pero no puede darse cuando comprobamos que los problemas se van agravando, Nos preocupa el futuro del ITC y la gestión que se está haciendo, sobre todo al comprobar el trato discriminatorio que recibe el ITC respecto a otras empresas públicas”; dijo Monzón.
Cicatero
Un argumento también esgrimido por el portavoz de los conservadores, Jorge Rodríguez, tras lamentar que “se pueda ser tan cicatero con el buque acorazado que tiene Canarias para la I+D+i” y al que el Gobierno niega los medios “para que lleve a cabo su cometido”.
Rodríguez insistió en el “trato absolutamente discriminatorio que se tiene respecto a las pérdidas de otras empresas públicas”, máxime cuando “los proyectos tecnológicos del ITC son muy valorados por quienes han recibido sus servicios y tecnologías y sus técnicos también por su alta cualificación”.
Por ello, y al igual que el resto de portavoces, Rodríguez quiso saber, pero no obtuvo respuesta, si el ITC va a ser reestructurado y si esa remodelación va en la línea de convertirlo en una Entidad Pública Empresarial en vez de en una sociedad, como es actualmente.
Jesús Ramos (ASG), recordó que esta situación “se viene arrastrando desde 2011” y que por “la empresa más importante de I*D+i han pasado 4 gerentes”, lo que a su juicio “demuestra una sensación de inestabilidad o de proyecto no duradero, pues el personal necesita estabilidad”. Por ello, exigió un plan de viabilidad y de modernización, además de .“buscar otras vías de financiación para crear un tejido empresarial potente”.
Por último, la nacionalista Socorro Beato (CC) apoyó al consejero en su “compromiso de apostar por ITC para afrontar el cambio de modelo económico”, y expresó su deseo para “que el presupuesto pueda incrementarse en el futuro”
“Es hora de mirar hacia adelante, potenciando la empresa y sus trabajadores y hacer todo los esfuerzos para ganar en eficiencia y que la empresa pueda ser sostenible”, apostilló Beato.
Con todo, todos los portavoces de la oposición incidieron en que Canarias “está a la cola en inversión en I+D+i”, pues apenas se destina el 0'4 por ciento del PIB, lo que está detrás de la delicada situación que atraviesa el ITC, la .empresa pública de I+D+i aplicada con carácter regional que ha supuesto una punta de lanza en energías renovables, tecnologías del agua, biotecnología, ingeniería biomédica o innovación.