A las siete y media de la tarde del miércoles 18 de julio, un centenar de fieles de Guía de Isora, en Tenerife, volvieron a sacar, 103 años después, la imagen de la Virgen de la Luz a la plaza de la iglesia. Sus antepasados habían hecho lo mismo en 1909, ante el temor de que las lavas del volcán Chinyero destruyeran el pueblo, pero esta vez ni ella pudo interceder para que las llamas no calcinasen parte de los pinares del municipio.
Cerca de 5.200 hectáreas en 42 kilómetros de perímetro resultaron afectadas entre los municipios de Guía, Adeje y Vilaflor. Se han perdido más de 500 hectáreas de bosque, cerca del 1'5 por ciento que hay en la isla, y desde diversos ámbitos ya reclaman más medios aéreos para la extinción de incendios forestales en Canarias.
Las redes sociales fueron las primeras en recoger las quejas, pero el debate se mantuvo de manera más o menos discreta ante la gravedad de las llamas. Una de las primeras voces cualificadas en poner de manifiesto el problema fue Pedro Martín, alcalde de Guía de Isora, que vio cómo ardían sus pinares mientras se daba prioridad al municipio de Vilafor, ya que su casco urbano corría peligro. Finalmente, el presidente Paulino Rivero se lanzó al ruedo reclamando al Estado hidroaviones de manera permanente, en base a su mayor capacidad de cargar agua, sobre 5.500 litros, frente a los 4.500 del helicóptero kamov, uno de los que actuó en Tenerife.
El Archipiélago cuenta con seis helicópteros para extinción de incendios, dos por cada una de las islas de Tenerife, Gran Canaria y La Palma, más los de uso polivalente del Grupo de Emergencias y Salvamento de Canarias (GES). Las dos aeronaves de Tenerife pertenecen una al Estado y otra al Cabildo. En La Palma, ambas son estatales. Gran Canaria es de momento la única de las tres que no cuenta con medios estatales fijos, pues sus dos helicópteros son del Cabildo, uno de los cuales actuó en el incendio de Tenerife. De hidroaviones, por el momento, nada.
Muchas veces ni siquiera los expertos en la materia se ponen de acuerdo en foros en internet, donde es posible encontrar argumentos a favor y en contra del empleo de helicópteros e hidroaviones en Canarias contra los incendios forestales: versatilidad y maniobrabilidad de los primeros frente a la capacidad de carga de los segundos.
“El hidroavión en Canarias es antieconómico para los cuatro días al año que actúa”, explica Javier Blanco, experto en incendios forestales que asesoró al Gobierno de Canarias durante los grandes fuegos de 2007. Estos días ha estado tratando de deshacer bulos que han ido circulando por las redes sociales, como que Guía de Isora pedía alimentos, que había una nube tóxica o que el incendio pasaba a nivel 3 (ámbito estatal).
En cuestión de aviones, Blanco recomienda el Air Tractor 802 (AT), más pequeño que los hidroaviones Canadair CL 215 y CL 415 del Ejército que vinieron de la Península. “Los AT cargan en los aeropuertos y tiran 3.500 litros, con diferentes tipologías de descargas y con sales retardantes de color rojo, que cuando se adhieren a la vegetación dificultan la combustión”, comenta. Igual que los helicópteros que se contratan para actuaciones concretas, los AT que hay en España son de propiedad privada.
Sergio Armas, gerente de la Fundación Foresta, tiene una opinión parecida con las aeronaves. “En 2007, cuando se produjeron los grandes incendios, fuimos muy críticos con la falta de medios técnicos, y el Cabildo de Gran Canaria compró un helicóptero. Sigue sin haber aviones, pero eso no es un problema porque en unas horas se ponen aquí desde la Península”, comenta.
“El helicóptero en Canarias es mucho más eficaz que el hidroavión”, asegura Wladimiro Rodríguez, ex consejero de medio ambiente del Cabildo tinerfeño. “Yo he estado debajo de un hidroavión cuando tira el agua, lo hace desde muy alto y no moja mucho. En el último incendio de Valencia hubo 40 medios aéreos, y se quemaron 50.000 hectáreas. En California usaron hasta un avión DC-10”, comenta Rodríguez, explicando que en última instancia, las aeronaves son solo un complemento de mucha utilidad.
“Los medios aéreos nunca apagan un incendio. Pueden hacerlo disminuir, pero quienes lo apagan son los que están en tierra”, confirma el experto Javier Blanco. Así sucedió también en este caso, donde la Unidad Militar de Emergencias se sumó en Tenerife las cerca de 300 personas de la campaña contra incendios de verano.