Entrevista

Isa Serra, eurodiputada: ''Canarias tiene un problema con la turistificación y la vivienda, y eso no lo causan los migrantes''

Isabel Serra, diputada de Podemos en el Parlamento Europeo

Natalia G. Vargas

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La ruta canaria se ha convertido en el paso migratorio más letal de acceso a Europa. Miles de personas han desaparecido en el Atlántico en los últimos años intentando llegar a las islas. El rastro de la muerte ha llegado incluso al Caribe, donde han aparecido cayucos con restos mortales a bordo. En lo que va de 2024, las islas se han convertido en un lugar seguro para más de 40.000 personas, rescatadas del océano por Salvamento Marítimo. Desde uno de los puestos de Salvamento en Gran Canaria, la diputada de Podemos en el Parlamento Europeo Isabel Serra (Madrid, 1989) atiende a Canarias Ahora. La eurodiputada se ha desplazado hasta el Archipiélago junto a otros miembros del grupo de La Izquierda con el objetivo de poner los derechos humanos en el centro de las políticas europeas, que no dejan de apostar por ''el control y la vigilancia frente a salvar vidas''. La abolición de Frontex y la creación de vías legales y seguras de movimiento son, para Serra, algunas de las claves para combatir el auge del racismo y la xenofobia en el viejo continente.

¿Cuál es el objetivo de la misión que La Izquierda está realizando estos días en Canarias?

Es una misión muy importante para nosotros porque venimos a conocer de primera mano, y por parte de las personas directamente implicadas, la situación migratoria en Canarias. Sobre todo en un contexto en el que estamos en Europa, en el que se está negociando la próxima Comisión Europea. Una Comisión Europea que tiene un acuerdo desde la socialdemocracia hasta la ultraderecha para dirigir Europa los próximos años y que tiene un proyecto clarísimo a favor de la escalada bélica, a favor de sostener el genocidio en Palestina y a favor de la vulneración de los derechos humanos y del racismo. Europa siempre ha sido una Europa colonial, en la que se vulneran sistemáticamente los derechos de las personas migrantes. Lo que sucede en Canarias no es un efecto casual. Es una consecuencia directa del modelo de una Europa fortaleza, de las políticas de extranjería y de externalización de fronteras. 

¿Qué derechos fundamentales de los menores se pueden estar vulnerando en las Islas?

Precisamente lo que vemos es que Canarias se está convirtiendo en una cárcel a cielo abierto, en un gran centro de detención. A pesar de que es la vía de entrada a la Unión Europea más mortífera, se sigue insistiendo en esa ficción de no entrada por parte de Europa, las instituciones europeas, y también por parte del Gobierno de España, que evidentemente no está poniendo los mecanismos para solventar esto. Eso se convierte en una vulneración sistemática de los derechos humanos, de las personas migrantes, y concretamente, de la infancia migrante. Coincidimos con las organizaciones sociales, de las que estamos aprendiendo mucho, en que esto está suponiendo una criminalización de la infancia migrante. Gracias a discursos racistas que se están potenciando y una vulneración de todos los derechos de la infancia. Hoy es el Día Internacional de los Derechos de la Infancia y lo que dice esa convención es que un niño o niña, en el momento en el que pisa nuestro país, tiene que ser tratado exactamente igual que cualquier niño que haya vivido y nacido aquí y que haya sido criado en la familia con más nivel de renta, más nivel cultural y con mejores condiciones vitales. Eso no se está garantizando. Se está vulnerando entre unos centros absolutamente saturados y un sistema de protección de la infancia en unas condiciones que no están garantizando sus derechos, como el derecho a la educación.

¿Cómo se explica que el Gobierno de Canarias reduzca en un 62% su presupuesto para menores migrantes mientras pide fondos al Estado y a Europa?

Lo que hacen es recortar los recursos públicos que, si estuvieran bien dotados, pueden garantizar vidas dignas y un desarrollo de esos chicos y chicas que entran en el territorio. Lo que hacen es recortar, generar un problema, generar racismo a raíz de ese problema y entender que señalando a las personas migrantes como chivo expiatorio generan el crecimiento de sus ideas más reaccionarias, más racistas, y por tanto que van a conseguir votos. Por mucho que digan que quieren solventar la situación en Canarias, si lo que hacen es recortar hasta un 62% del sistema de protección a la infancia, lo que estás generando es que los niños y niñas no estén atendidos en condiciones y que muchos de ellos incluso  desaparezcan sin que haya una actuación por parte del Estado, que tiene la obligación de garantizar sus derechos. Que muchos niños y niñas acaben en una situación de calle o en redes de trata porque no hay ninguna garantía. Lo que vemos aquí es que hay un Partido Popular que dice que el problema es el Gobierno de España que no da los fondos, y un Partido Socialista en España que dice que el problema es la ultraderecha, pero luego compra sus discursos.  

Estamos en una crisis de orden internacional que consiste en señalar a las personas migrantes como chivos expiatorios para que la gente piense que su malestar viene de la realidad de las personas migrantes, cuando aquí en Canarias hay un problema con la turistificación brutal y con el precio de la vivienda. Eso no son las personas migrantes las que lo causan, lo causan los fondos buitre y los políticos que no quieren legislar para garantizar el derecho a la vivienda. Se trata de quitarle la responsabilidad a los grandes poderes, a las grandes empresas, y señalar a las personas más vulnerables. Lo hace la ultraderecha, pero por desgracia estamos viendo que lo están aceptando también el Partido Popular y el Partido Socialista.

¿Qué mecanismos pueden activarse en Europa para blindar los derechos de las personas migrantes ante el auge de la extrema derecha? 

En primer lugar, yo creo que frente a los discursos racistas y las políticas de Extranjería hay que defender el derecho de todo ser humano a migrar. Eso es un elemento central en la disputa ideológica. Toda persona tiene derecho a migrar igual que nuestros abuelos han podido migrar, igual que cualquier persona europea puede tener movilidad. ¿Por qué no lo puede tener una persona que venga de Senegal? Ese derecho hay que garantizarlo. En segundo lugar, es una realidad que no va a dejar de pasar porque pongamos más muros y más concertinas en la frontera europea. Lo que sí que conseguirán es que mueran más personas tratando de llegar a tierra. Frente a eso lo que hay que hacer es garantizar vías legales y seguras. No apostar más por Frontex, que sin ningún tipo de transparencia se financia gracias a los impuestos europeos y es una vergüenza. Hay que abolir Frontex directamente. Luego yo creo que hay que hablar de solidaridad en lo que tiene que ver con la acogida. Las comunidades autónomas tienen que acoger de forma solidaria. Es evidente que no puede generarse en Canarias un centro de detención y un embudo.  Esas personas tienen que poder pasar a otras comunidades en nuestro país y a Europa y hacer su tránsito.

¿Cómo influye el expolio europeo de los recursos africanos en las decisiones de las personas migrantes para viajar hacia el continente?

Europa es un continente colonialista que se dedica a expoliar al sur global. Esto, que viene de toda la historia europea en estos años, se está potenciando cada vez más. Vemos cómo Europa está dedicando cada vez más presupuesto a desviar fondos de ayuda al desarrollo de cooperación y ayuda humanitaria a la militarización de fronteras. Está dando fondos de cooperación para infraestructuras a través de grandes empresas que lo que quieren es expoliar a esos países. También para controlar las fronteras. Este mecanismo que está desarrollando Europa, este colonialismo extractivista, está arrasando a los países africanos, también latinoamericanos, y eso genera una situación en los países de origen de pobreza, de hambre y de guerras. Yo creo que hay que acabar con el expolio y el colonialismo global, pero también hay que garantizar y defender con firmeza el derecho a migrar de todas las personas. 

¿Cuáles son las principales lagunas del Pacto Europeo de Migración y Asilo?

Este pacto se ha hecho desde los socialistas hacia el Partido Popular, pero al servicio de las ideas de la ultraderecha. Yo creo que el problema de la derecha hoy en día no es que esté en los gobiernos, sino que manda sin estar en los gobiernos. Lo que hace es enterrar el derecho a asilo en Europa. No es un pacto para salvar, no es un pacto para garantizar el derecho al asilo y cumplir con el derecho internacional. Es un pacto para que las personas no puedan entrar, sino que sean expulsadas. Que no lleguen a tierra y que, si llegan, inmediatamente puedan ser expulsadas. Lo que fomenta es la devolución en caliente, la criminalización de la infancia migrante para que sean detenidos en centros de detención y deportación, vulnerando todos los derechos de la infancia. Justifica que se consideren situaciones de crisis momentos como los chantajes por parte de Marruecos al Gobierno de España, cuando abre la frontera y de repente deja que pasen miles de niños y niñas no acompañados. Eso se considera una crisis que, a partir de este pacto, se podrá resolver devolviendo a esos niños y niñas de forma contraria a lo que son todos los derechos humanos.

¿De qué manera la Unión Europea sigue apostando por el control y la vigilancia de las fronteras? 

El pacto supone el aumento bestial de recursos a Frontex para que haya personas que se dedican a disparar y que, además, sean impunes. Lo que se está discutiendo también ahora en Europa son acuerdos de Frontex en función de los países, como por ejemplo Serbia. El elemento central es armar al personal de Frontex para que no solo sean las policías de los países las que pueden actuar con armas. El personal de Frontex se considera impune. Es decir, si disparan a un migrante, no serán juzgados en el país donde cometen la vulneración de derechos. Es tremendo porque lo que están diciendo es que el personal de Frontex que esté en Serbia no puede ser juzgado en Serbia porque en esos países se vulneran los derechos humanos. Entonces, si se vulneran los derechos humanos para los trabajadores de Frontex, ¿no se vulneran los derechos para que se gestione algo tan importante como es la migración? Otros países son los que hacen el trabajo sucio a Europa, generando mucha violencia contra las personas por ser negras, porque con las personas ucranianas para nada se dio esa respuesta por parte de Europa y de España. 

Mencionó antes la desaparición de algunos menores de los recursos de acogida. ¿Qué riesgos específicos tiene la saturación de los recursos y las políticas migratorias para las mujeres y las niñas migrantes? 

Esto es algo dramático porque además estamos hablando de niños y niñas que entran en el sistema de protección de la infancia, que han sido tuteladas por parte de la Administración y que, sin embargo, la tutoría legal que tiene que garantizar sus derechos lo que está haciendo es dejándolas para que sean interceptadas y sustraídas por redes de trata. Esto no solamente pasa en Canarias, pero es evidente que la situación de presión que hay en Canarias en este momento y la precariedad del sistema que hay actualmente genera mucho más riesgo. Es un drama, y por tanto lo que hay que hacer es poner muchos más recursos, poner muchas más formación por parte de los profesionales, hacer mucho más acompañamiento y garantizar que siempre impere el interés superior de cualquier niño o niña en situación de desamparo. Hay que dedicar más recursos públicos a lo que realmente importa, que son los servicios públicos para garantizar la vida sobre todas las personas más vulnerables. Es realmente dramático que, en vez de eso, lo que estemos viendo es cómo la ultraderecha señala y criminaliza a las personas inmigrantes más vulnerables.

¿Qué líneas de actuación se pueden seguir para defender los derechos de las personas migrantes?

La ciudadanía que sí queremos una sociedad que garantice los derechos humanos, desde las asociaciones que trabajan con la sociedad civil y desde La Izquierda, debemos dar voz y permitir que sean protagonistas. Ojalá no la tengamos que dar, sino que tomen la voz, que sean protagonistas y que se conviertan en sujeto político las personas migrantes, que ya obviamente se movilizan. Sobre todo la infancia migrante. Aquí lo que pasa es que tratan a los niños y a las niñas como objetos, no como sujetos de derechos. Se instrumentalizan discursos también economicistas, como si los derechos dependieran de la situación económica de un país. Lo más prioritario es que lo que garanticemos que tienen voz, que son sujeto político y que, en tanto que son ese sujeto político, defienden sus derechos y participan de la vida pública. Así se cometerán menos vulneraciones de los derechos humanos.

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