Soria anuncia nuevas mentiras en forma de memorias

Carlos Sosa

Las Palmas de Gran Canaria —

El exministro de Industria José Manuel Soria ha dado una nueva vuelta de tuerca a sus amenazas al Gobierno de Mariano Rajoy y al que durante más de veinte años fuera su partido, el PP, anunciando la publicación sin fecha de unas memorias que contendrían escandalosas revelaciones. Si el domingo El Mundo anticipaba que Soria tiene en su poder un correo electrónico que comprometería al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, por las relaciones de la compañía Abengoa con el despacho Equipo Económico que fundó, este lunes ha utilizado al mismo periódico -aunque desde un fingido anonimato- para amenazar con la publicación de sus memorias, supuestamente ya escritas a lo largo de 150 páginas que prometen ser muy suculentas.

El adelanto que hizo este lunes el periodista Carlos Segovia confirma los peores presagios: estos quince meses de retiro de la vida política no le han cambiado. Soria sigue instalado en la postverdad.

Lejos de reconocer que renunció a su cargo de ministro, a su acta de diputado y a la presidencia del Partido Popular de Canarias para que no afloraran todas sus actividades privadas en paraísos fiscales, Soria arremete contra algunos de sus compañeros de Gobierno, particularmente Cristóbal Montoro y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, a los que acusa de no tener piedad ni siquiera de su señora madre.

Según El Mundo, Mariano Rajoy lo llamó la víspera de su renuncia para contarle que Cristóbal Montoro le había informado de dos irregularidades muy graves: la primera, una transferencia recibida por su esposa desde Islandia, y la segunda, una cuenta en Suiza a nombre de su madre, fallecida en 2010.

De la primera sospecha se sacudió con una fórmula que ya había empleado con éxito en otras ocasiones, particularmente cuando la Policía le preguntó -en el marco del caso Salmón- cómo era posible que portara tanto efectivo encima (hasta 4.000 euros) para pagar facturas de vacaciones en complejos de lujo a los que le invitaban, teniendo como tenía tarjetas de crédito vinculadas a cuentas corrientes bancarias. Tanto entonces como ahora se amparó en la actividad profesional de su esposa, la procuradora de tribunales María del Carmen Benítez, que ora recibe pagos en metálico de sus clientes, ora recibe transferencias bancarias desde Islandia, donde su esposo asegura que tiene clientes.

De la información sobre la cuenta en Suiza de su fallecida madre, Pilar López, Soria se escabulló ante Rajoy (siempre según la versión ofrecida por El Mundo) tirando de sentimientos filiales. No quería someterla al escarnio público de una comparecencia ante el Congreso de los Diputados, programada para el lunes 18 de abril de 2016, en la que tenía previsto ofrecer al mundo su quinta versión sobre el hallazgo de sus cuentas y sus actividades offshore.

Es cierto que la aparición de su nombre en los papeles de Panamá no solo supuso para él una dura sacudida en su carrera política. También fue un cataclismo familiar: sus hermanas le telefonearon al ver el nombre de su padre, Manuel Soria Segovia, en toda la prensa nacional relacionado con las empresas UK Lines y Oceanic Lines que, efectivamente, había fundado en su día el progenitor para la exportación de hortalizas desde Gran Canaria. Que al nombre del padre se uniera el de la madre podría convertirse en un disgusto que sus hermanas no le iban a perdonar.

Sin embargo, Soria oculta de momento que el Gobierno del que formaba parte ya disponía entonces de más información sobre sus andanzas en el exterior y él mismo se ocupó de insinuarlo ocho meses después, en diciembre de 2016, cuando comentó con su familia más allegada que sospechaba del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y de la vicepresidenta del Gobierno del robo perpetrado en su casa la tarde-noche de la última Nochebuena. De ese robo no se tiene la menor noticia. La Policía ni siquiera ha dado traslado del expediente al juzgado que aquel día estaba de guardia en Las Palmas de Gran Canaria.

De la cuenta en Suiza de su difunta madre Soria dice haber informado al fiscal de la Audiencia Nacional Javier Zaragoza después de su renuncia, una boutade propia del personaje. El Ministerio Fiscal no actúa en España ante un delito fiscal más que por una denuncia o una petición de la Agencia Tributaria, lo que no se daría en el caso que expone el exministro. Y mucho menos ante un no-delito que se estaría no-infligiendo el obligado tributario. Un no-delito que, en el peor de los casos, hasta podría estar prescrito.

Soria acostumbra a utilizar a la Fiscalía y al Poder Judicial españoles para sus propios enjuagues de imagen. Durante el proceloso proceso de explicaciones que desembocaron en su renuncia en abril de 2016 llegó a hacer un anuncio muy pintoresco: “He dado órdenes a mi abogado para que solicite una comisión rogatoria a Panamá…” Para aquella gestión también aseguró que utilizaría a la Audiencia Nacional, un trampantojo como el que ahora proyecta de nuevo.

Ya metido en su frenética huida hacia delante, el exministro de Industria también le entra a la reciente sentencia que le condenó a pagar las costas del proceso judicial que él mismo promovió con motivo de sus vacaciones a cuerpo de rey, invitado por un empresario canario, durante el verano de 2015 en Punta Cana. Por primera vez desde que se conoció aquella parranda, Soria ha reconocido que en la gestación de aquel viaje estuvo el matrimonio formado por el también exministro José Ignacio Wert, hoy embajador de España ante la OCDE, y Monserrat Gomendio, exsecretaria de Estado de Educación también con destino en París.

Soria recurrió la sentencia en la que quedaba fijado que vacacionó a costa del empresario Enrique Martinón (Grupo Martinón) pagando exclusivamente los gastos extras (el Spa) en el hotel Breathless Punta Cana Spa & Resort, como adelantó Canarias Ahora, el periódico de Canarias asociado a eldiario.es, ambos demandados por el exministro.

Gracias a estas últimas revelaciones ahora parece que las dos noches (en el hotel aseguran que fueron cuatro) que el matrimonio Soria Benítez pernoctó en tan lujoso establecimiento respondieron a un contratiempo surgido en la agenda del otro matrimonio ministerial.

José Manuel Soria vive momentos personales convulsos. La repentina pérdida del poder que ostentó durante 21 años le ha conducido a una posición personal y empresarial delicada. En su círculo reconocen que está decaído, que le escuece especialmente que nadie se le ponga al teléfono, que los grandes empresarios que hasta hace poco se disputaban su compañía, no le concierten las citas que pide. Apenas sale de su casa, custodiada 24 horas por la Policía en una operación de protección que ya no está autorizada por la Secretaría de Estado de Seguridad. Y los éxitos en los negocios que se prometía cuando en febrero pasado creó la consultora de asesoramiento internacional de empresas Sorben Partners no parecen haber llegado todavía.

Lo mejor, a su entender, es amenazar con unas escandalosas memorias.