Las Palmas de Gran Canaria, 31 mar (EFE).- El 30,3 por ciento de los jóvenes de la capital grancanaria sufre disforia, cambios en el estado de ánimo, cuando no recibe mensajes en sus teléfonos móviles, según un estudio sobre el uso de las nuevas tecnologías elaborado por la ONG Atención a la Ludopatía y la Exclusión Social (Aluesa).
La consejera de Bienestar Social del Gobierno Canarios, Inés Rojas, y la directora general de Juventud, Laura Díaz, informaron hoy del estudio y anunciaron un programa para combatir el mal uso y los graves problemas que puede generar la tecnofilia, es decir, la excesiva atracción por los teléfonos móviles, el uso de internet o los videojuegos.
El programa, una experiencia piloto, comienza hoy en Gran Canaria y consistirá inicialmente en un curso de formación de formadores juveniles para que sepan cómo orientar a los niños y jóvenes sobre un uso debido de las tecnologías.
El curso se desarrollará en todas las islas del archipiélago y, posteriormente, a partir de septiembre, se implicará también a padres y madres, explicó Díaz, quien señaló que esta iniciativa de la Consejería se lleva a cabo en colaboración con Aluesa ante el “alto riesgo de adicción” al que están expuestos tanto niños como jóvenes.
Díaz explicó que un mal uso de estas tecnologías propicia el aislamiento y la no socialización de niños y jóvenes, y en los adictos, además de generar estados de ansiedad, puede provocar múltiples problemas como puede ser el consumo de alcohol y de medicamentos.
Según el estudio de Aluesa, elaborado entre 961 jóvenes de entre 12 y 19 años de la capital grancanaria, el 91,1 por ciento de los entrevistados usa internet para navegar; el 71,5 por ciento para “chatear”; el 65 por ciento para los estudios; el 63 por ciento tiene correo electrónico; y el 32,9 por ciento juega “on line”.
Del estudio se desprende también que el 13,4 por ciento de los jóvenes emplea internet para actividades sexuales y el 1,7 por ciento para apuestas y juegos en casinos.
En relación a los videojuegos, el 92 por ciento ha jugado alguna vez, y de éstos, el 58 por ciento usa juegos violentos, además de que el 49 por ciento juega solo y el 8 por ciento tiene problemas con esta adicción.
En cuanto al uso de los teléfonos móviles, Díaz destacó que cada vez se tienen a edades más tempranas, pues ya es común entre niños de 11 y 12 años, y subrayó que el 85 por ciento de los jóvenes entrevistados afirmó poseerlo y el 32,4 por ciento reconoció padecer una excesiva dependencia.
Con este curso se pretende prevenir la aparición de la adicción en el colectivo juvenil, dar a los formadores formación suficiente para la resolución de conflictos con las adicciones y dotarles de conocimientos, habilidades y recursos pedagógicos para que puedan abordar la prevención con los jóvenes con los que trabajan.