De Lola Padrón se ha destacado desde que tomó posesión como Diputada del Común que es la primera mujer en ocupar este cargo tras seis hombres. Defiende que en este mandato plasmará precisamente su mirada feminista, que es la única forma que entiende de hacer las cosas. “Romper un techo de cristal y seguir con la misma estructura, genera que cuando tú quieres cambiar las cosas la resistencia al cambio es real”, explica. La gestión en materia de migración ha sido uno de los temas con el que se ha encontrado estos meses. Recientemente, visitó junto al Defensor del Pueblo dos centros de menores migrantes. De uno de ellos, afirma que salió “impactada” por el gran número de niños y niñas en un espacio para menor capacidad. “Necesitamos cambios urgentes para garantizar los derechos humanos a los menores migrantes”, afirma.
La Diputada del Común explica que es una persona que se ilusiona mucho con el trabajo y que entre los objetivos que se ha marcado está el de crear una escuela de ciudadanía, para lo que se va a ir nutriendo de ideas con los actores sociales. “La Diputada del común es el último recurso que el ciudadano tiene porque le ha fallado la administración, entonces lo que sí se detecta es un cansancio de la ciudadanía frente a la administración y no sé si tiene mucho que ver la brecha digital, la cita previa, las pantallas que se pusieron en su momento y que hay que empezar a romperlas y quitarlas”, asegura.
Recientemente, visitó algunos de los centros de menores migrantes. El Defensor del Pueblo dijo estar “conmocionado”. ¿Cómo valoró usted el estado de esos centros?
Visitamos dos centros y vivimos dos realidades. Aunque ninguna es completamente satisfactoria, en uno de ellos se ve cuál puede ser el proceso de integración de los niños en la sociedad canaria: había unos equipos absolutamente entregados con los pequeños, con unos perfiles totalmente distintos a los del centro más masificado. Hablamos del de Santa Cruz y del edificio de la Colombófila.
Hay centros de menores migrantes de los que sales impactada
Pero además, inicié una una acción de oficio con el centro de Lanzarote. Uno de los asesores se trasladó ese mismo día a la isla y, dio buena cuenta de lo que pasaba en ese centro. Tuvimos contacto a través del asesor con el Cabildo, con la Dirección General, y hoy, pues, ese centro está cerrado.
Creo que hay otros centros como es el de la Colombófila, que no es un centro.
Yo estoy conmocionada porque de allí sales impactada, porque evidentemente en un recinto que es para cincuenta niños y hay doscientos, no se puede llevar ni un proceso educativo ni un proceso de integración. Por lo tanto, el esfuerzo que se está haciendo es magnífico; los profesionales que lo llevan ponen todo de su parte, pero el número de personas que hay no permite que se siga un proceso de integración con estos pequeños.
¿Hace falta otra mirada y otras políticas como la reforma de la Ley de Extranjería de la que tanto se está hablando?
Algo hay que cambiar, es evidente. No solo la mirada porque hay que mirar el problema de frente, no hay que estar rozándolo y bordeando como si no fuera con nosotros. Hay personas que utilizan las islas, algunos como plataforma y otros para quedarse, y a estos que se quieren quedar debemos garantizarles un hogar, una salida digna para que aporte dentro de la sociedad canaria, pero en este momento sí que estamos en una situación que precisa de cambios urgentes para poder garantizar que estos niños tengan los derechos humanos, que además es obligatorio, primero moralmente y segundo porque están tutelados por la comunidad autónoma canaria desde que llegan.
Y para eso es necesario que otros territorios (comunidades autónomas) asuman una responsabilidad con estos menores, aquellos que quieren salir y que quieren las islas como un territorio de paso, no como un territorio para quedarse. Y esto también facilitará la labor de integración de aquellos que se quieran quedar. Mientras tanto, se habla de escuelas sin niños, de baja natalidad, de España vaciada… Es un discurso cuanto menos hipócrita, por no decir bastante cínico.
Al final la emigración ha existido desde el inicio de los tiempos y Canarias es un lugar donde también hemos emigrado,
Todos tenemos un familiar que ha emigrado, yo tengo familia que ha ido a Venezuela y ha venido y a Cuba… Además, los fundadores de determinadas ciudades en Sudamérica son de Canarias. Entonces, los lazos que nos unen a otros países no es porque nos hayamos quedado estancados en una isla, sino porque el espíritu isleño es un espíritu abierto, o sea, el isleño, como decía Domingo Pérez Minik, tiene esa sensación de querer ir a la isla, pero luego necesita salir, porque si no, la isla se convierte en una cárcel.
Cuando en el centro me decían los niños: “nosotros somos de Mali”... solo pensar la situación en la que se encuentra ese país... A mí no me gusta tratar los temas de manera lastimera, pero esto es una cuestión de derechos y en Mali, hay una guerra. Aquí hay unos menores que son menores tutelados por la comunidad y necesitan ser atendidos como tal. Y para eso es necesario la ayuda y es evidente que yo no sé cómo se debe cambiar la ley, pero que hacen falta cambios, hacen falta cambios.
Estos días se ha reunido con organizaciones por los derechos humanos como CEAR ¿Qué le han transmitido?
Me reuní después de ver el tema de Lanzarote y empezar a ver que había muchos centros que no que reunían las condiciones. Lo primero que he hecho es hablar con la directora general y la consejera, porque ellas están con las mismas ganas de resolver el problema. Cuando yo hablo de mediar, hablo de sentarnos en una mesa, de ver cómo podemos avanzar en un tema que se vuelve cada día más complicado, porque hay que ser responsable. El mensaje que nosotros traslademos a la ciudadanía tiene que ser responsable, porque puedes transmitir algo que vaya en contra de lo que pretendemos y que algunas personas utilizan como arma arrojadiza y en eso hay que tener mucho cuidado.
El mensaje que traslademos a la ciudadanía tiene que ser responsable, porque algunas personas lo utilizan como arma arrojadiza y en eso hay que tener mucho cuidado
Creo que en este tema son necesarias todas las voces, acuerdos, ideas y la capacidad de ayuda y apoyo que tengamos. Y en ese sentido, también se ha hecho la denuncia, se ha hecho la investigación, pero se ha hablado con las responsables. Ellas estuvieron en la visita a los centros con nosotras y, por lo tanto, se trata de actuar conjuntamente, también con CEAR, porque de CEAR se aprende, de ACNUR se aprende, de todas las entidades del tercer sector es de las que debemos aprender y a ellos les trasladé la preocupación por la falta de protocolos que existen a la hora de adjudicar la gestión de los centros de menores a uno u otro.
En servicios sociales la colaboración tiene que ser con el tercer sector, que es un sector sin ánimo de lucro. Tú no puedes plantear colaboraciones, que no digo que se esté haciendo (es una reflexión), con empresas con ánimo de lucro. Con el tercer sector se tienen que plantear los protocolos necesarios para saber qué asociaciones son las más idóneas para para gestionar este y cualquier otro tipo de centros de menores.
Hemos visto que los menores migrantes ayudan a reactivar pueblos que han perdido población como es el caso de Artenara…
Yo lo dije en mi toma de posesión, y no solo en Artenara, había otra iniciativa de ese tipo. Es que cuando se habla de escuelas unitarias, escuelas rurales, que se cierran escuelas porque no hay profesores... Tenemos profesorado en listas, gente con ganas de trabajar y los profesionales que trabajan en los centros de menores no pueden hacer el trabajo de integración si no tienen una red ubicada en lo comunitario. El menor tiene que estar integrado en lo comunitario jugando en el equipo de baloncesto o integrado en un centro educativo y que vaya a merendar con sus amigos a casa del vecino...
La vivienda está siendo uno de los problemas más graves que tiene Canarias porque está generando pobreza
Su antecesor, Rafael Yanes, dijo que dejaba su cargo con la “frustración” ante el abandono institucional de las políticas sociales. En estos primeros meses al frente de su cargo ¿ha podido revisar los informes de los años anteriores? ¿Hay algún área en que le llame la atención el número de quejas de la ciudadanía?
Una de las mejores cosas que han dejado es el informe de vivienda, pues la vivienda es uno de los problemas más gordos que tiene la ciudadanía canaria. La falta de vivienda incide en que no puedas tener una vida digna aunque tengas un trabajo medianamente bien remunerado, porque al final si tú estás cobrando 1.500 euros y el precio medio de la vivienda está en 1.200, se está generando pobreza, incluso en trabajadores.
En materia de vivienda, hay cincuenta quejas individuales, pero luego tenemos quejas colectivas. Dentro de la queja colectiva hay 2.000 personas están en viviendas del Gobierno en las que se les cobra el IBI, entonces son personas vulnerables que no lo pueden pagar y aparte hay una sentencia del Constitucional. Esto lo están mirando los trabajadores con toda la documentación que se ha presentado, porque se les cobra y hay quien no puede pagarlo y te pongo un caso: una pensión no contributiva que esté en esa vivienda, pues evidentemente no puede pagar un IBI ni debe, pero es que si no lo paga se lo computan como deuda y entonces hay familias que tienen deudas de 20.000 euros, de 30.000 mil euros: ahí se está generando una nueva vulnerabilidad por parte de la administración, eso es muy grave. Entonces, en ese tema estamos implicados y estamos poniendo el 100% para que desde la administración resuelva.
Claro, es un problema que está afectando a toda la sociedad, desde jóvenes que no pueden emanciparse a personas no tan jóvenes…
Está afectando a los jóvenes y a los no tan jóvenes, porque hay familias de mayores con pensiones que al subir el alquiler también se quedan en la calle. Debemos tener consciencia de que las personas deben vivir una vida digna, pero es que hay una falta de expectativa en los jóvenes y la falta de expectativa genera una frustración muy peligrosa porque dejan de creer en la administración, en el sistema, y tienen que buscar un culpable. ¿Y quién es el culpable casi siempre? Pues lo dejo ahí.
¿Cree entonces que se pueden generar ligado a ello discursos de odio…?
Son discursos muy peligrosos y caldo de cultivo para aquellos que van al discurso fácil y que tienen mensajes que no van en la línea de la justicia social, la igualdad, el compromiso, la convivencia, la tolerancia, la democracia... La vivienda está siendo para mí uno de los problemas más graves que en este momento tiene Canarias porque está generando pobreza.
La Dependencia y Discapacidad sigue siendo una de las asignaturas pendientes de Canarias, con elevadas listas de espera … ¿qué cree que hace falta para revertir esta situación?
Eso genera vulnerabilidad y la administración no puede permitirse por inacción, por retraso o por políticas equivocadas generar vulnerabilidad en los colectivos. Esto es una cuestión de Gobierno y de implicarse transversalmente todo el mundo. Si a una persona con una discapacidad o con una dependencia, no le generas su certificado, pierde el acceso a determinados empleos. Entonces, le estás quitando un derecho y esto es muy grave. El retraso en la administración es una de las constantes que se ve en las quejas de la Diputación del Común y lo vemos también en nosotros mismos, por eso me planteo que 3.000 quejas no pueden generar 24.000 procesos administrativos.
Yo planteo la mediación, una manera distinta de actuar desde los asesores, un cambio diferente
Yo planteo la mediación, una manera distinta de actuar desde los asesores, un cambio. Ya he estado en una mesa de negociación ahora mismo con los sindicatos planteándoles que hay que evolucionar, que mis antecesores han hecho un trabajo magnífico, pero desde cuarenta años no se cambia nada. Hay que evaluar, porque lo que está bien no se va a cambiar y hay mucho bien, pero sí hay que adaptar la institución a los nuevos tiempos. Hay que negociar y hablar más, hablar más entre las partes, levantar más teléfono, y hacer de la mediación un instrumento, y luego, evidentemente, si no se puede mediar, hay que actuar.
En el modelo que se ha propuesto para estos cinco años está el tema de la mediación pero también hablaba de una escuela de ciudadanía. ¿Cuáles son los retos que tiene?
La Diputación del Común empezó con una persona, Luis Cobiella, en La Palma, que hacía la tarea en su casa con una máquina de escribir. Lo primero es rescatar toda esa historia, ese espíritu. La escuela de ciudadanía nos lo planteamos porque la gente no sabe, primero, cómo activar las quejas. Segundo, porque hay temas con los que actuar. Las quejas nos deben servir para conocer que hay problemas en los que hay que lanzar mensajes de manera colaborativa. Por ejemplo, en el tema de las migraciones, que lo hemos tocado. Pues si hay una escuela de ciudadanía, junto con el tercer sector y la administración, hay que empezar a caminar cambiando la mirada y desde los actores sociales nos deben marcar la pauta.
Estará físicamente en La Palma, hemos aprovechado que hay un local, que va a ser un multiusos, porque también se puede cambiar la mirada y educar con una exposición, con la presentación de un libro, porque un libro dice mucho, actuando de manera transversal también en los mensajes. No se trata de crear una escuela más, se trata de generar un espacio donde podamos avanzar con la mirada de todos.
¿Le hace falta personal a la Diputación del Común?
Con el personal sí que quiero decir que, aunque no lo parezca, entro en una institución con bastante conflictividad laboral. Yo entro con cinco denuncias del personal sobre la mesa y no es porque se haya hecho ni mal ni bien, aquí no venimos a juzgar a nadie. La estructura no se ha cambiado desde hace cuarenta años, entonces, es evidente que las funciones van variando. Creo que con el tema del personal, se verá si hay personal suficiente o no en la medida en que vayamos avanzando. Ahora mismo tenemos a los asesores que han denunciado, porque realmente yo pienso que algunos no hacen función de asesoramiento. Hay tramitadores que no son asesores. Por ejemplo, el informático estaba como asesor, y tenemos que resolver el tema para que realmente un informático sea un informático. El tema del personal es más complicado en este momento en la delegación, pero intentaré tener mano derecha e izquierda y resolver dialogando.
Romper un techo de cristal y seguir con la misma estructura y estar tú, genera que cuando tú quieres cambiar las cosas la resistencia al cambio es real
Hay un claro cambio de liderazgo, y te repiten mucho en las entrevistas que eres la primera mujer Diputada del Común, pero mirando la composición de los consejos de administración incluso de las empresas públicas siguen siendo ellas minorías…
Y con lo que conlleva, porque tenemos una manera distinta de hacer las cosas.
¿Te genera presión el hecho de que te insistan tanto de que eres la primera mujer en el cargo?
A mí presión no me supone ninguna, pero romper un techo de cristal y seguir con la misma estructura y estar tú, genera que cuando tú quieres cambiar las cosas la resistencia al cambio es real.
El feminismo nunca es segregador: ni segrega, ni aísla, ni enfrenta ni confronta. O sea el feminismo es integrador
Siguiendo en materia de igualdad, los cuidados y problemas para conciliar siguen lastrando las carreras profesionales de las mujeres mayoritariamente y generando una sobrecarga. ¿Es uno de los temas que debe abordar la Adjuntía de Igualdad de la Diputación del común y también desde la escuela de ciudadanía? ¿Va a contar esa iniciativa con esa mirada feminista?
Los problemas de cuidados y de conciliar los debemos tener todos y genera conflicto porque tu familia tampoco lo entiende. Te aseguro que la escuela de ciudadanía lo tratará y no conozco otra mirada que no sea la feminista. Yo no entiendo un proyecto de escuela si no es feminista, es que ni me lo planteo, eso me sale solo. Nuestra adjunta de igualdad ha tenido responsabilidades en este tema y no hay ni que explicárselo. Trabajas en la igualdad desde que te das cuenta de que eres feminista y eres feminista porque no entiendes lo que está pasando. Cuando eres adolescente y empiezas a ver comportamientos desde tu misma familia y empiezas a cambiar y evolucionar. Clara Campoamor decía que tras alguien que quiere cambiar las cosas hay una feminista y para mí el feminismo más práctico es aquel que no se conforma y que quiere cambiar y es un feminismo integrador. El feminismo nunca es segregador: ni segrega, ni aísla, ni enfrenta ni confronta. O sea el feminismo es integrador.
En los informes de la Diputación del Común hay una parte siempre de igualdad que tiene un peso importante...
No había adjuntía desde la Diputación del Común inicial, fue una enmienda que presentamos Flora Marrero y yo para que se recogiera esta figura dentro de la Diputación del Común; esas cosas no son fáciles porque se tardó. Ahora es una parte importante que no se puede quedar en un cajón estanco, sino que tiene que ser un área transversal. Por lo tanto, y eso también tiene que reflejarse en la estructura del personal.
En el informe del año pasado se reflejaban carencias en atención a la violencia de género como la falta de vivienda para las víctimas...
Efectivamente, esa carencia existe, pues, cuando se va a archivar esa queja desde la parte de vivienda hay que decirle: no, usted tiene que hablar Igualdad. Hay que insistir, ver por dónde caminamos y por eso hay que cambiarlo dentro de la estructura. Nosotros no somos poder Ejecutivo, pero tenemos que decirle al Ejecutivo: “está fallando usted aquí, esto hay que arreglarlo”. Yo no soy diputada ni soy parlamentaria, soy la voz de la de los ciudadanos y de las quejas.
Como voz de los ciudadanos y de las quejas, ¿cómo ve las movilizaciones en Canarias que reclaman un nuevo modelo y que se han intensificado desde abril?
Las movilizaciones y medidas como la moratoria vienen desde hace mucho tiempo como la ley de las Islas Verdes, las directrices de política territorial y medio ambiente… Venimos dándole vueltas en Canarias a qué modelo de desarrollo y que hay que diversificar la economía… Esto es producto de un problema no resuelto. Es que esto no es un problema de hoy, es un problema del modelo que se viene trabajando en Canarias desde muchos años, y eso se viene diciendo y ahora, pues, evidentemente, es como el problema de los menores migrantes, que, si al final no se le das la respuesta, colapsamos.