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Lopesan recalca el carácter público del Palmeral

El grupo hotelero canario Lopesan, a través de su empresa IFA Hotel Faro de Maspalomas SA, ha presentado una amplia batería de alegaciones al expediente de licencia de demolición y construcción del Hotel Oasis Maspalomas, de la cadena mallorquina Riu, que se tramita en el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana.

El escrito de alegaciones de los servicios jurídicos de Lopesan responde a un oficio municipal recibido por la empresa de Eustasio López el 15 de febrero, y apoya sus argumentos en contra del derribo del histórico hotel del Sur grancanario en una amplia gama de leyes y sentencias.

A lo largo de 68 páginas estructuradas en nueve puntos y con nueve documentos más a modo de anexos, Lopesan incide fundamentalmente en el carácter público del Palmeral de Maspalomas, al que considera suelo público que debería estar incorporado al Patrimonio del Estado, por el deslinde de dominio público marítimo-terrestre que debió hacerse de manera correcta.

El grupo hotelero, que mantiene como premisa básica que el silencio administrativo cuando se trata de licencias de obra de nueva planta es negativo, pone de manifiesto en su escrito “el enorme interés del área por sus valores botánicos, faunísticos, paisajísticos y geológicos”, según indica la empresa, que recuerda que estas características, “además de su singularidad, motivó que desde el siglo XVIII naturalistas de todo el mundo se desplazaran a la zona y elogiaran el conjunto del bosque, palmeral, charca y oasis”.

Esta premisa de las alegaciones, la de su valor natural, se acompaña de una serie de imágenes de la década de los 60, antes y durante la construcción del hotel en discordia, en 1961, donde se aprecia la existencia ya del palmeral, “la única edificación del Faro de Maspalomas, con su edificio y embarcadero, y unas cuantas viviendas de madera en la playa. Delante del Hotel se apreciaban dos charcas con vegetación propia de habitats salobres, unidas a la Gran Charca de Maspalomas, cuyas marismas se internaban en el bosque de palmeras y matorrales y era refugio de infinidad de aves migratorias y sedentarias, y el inmenso campo dunar”.

La descripción del palmeral viene, a juicio de Lopesan, a desmentir “la afirmación de quienes sostienen que el palmeral, prácticamente, no existía cuando se construyó el hotel”, y aunque se admite que hay más palmeras en la zona “privatizada ilegalmente con tolerancia municipal desde la terminación de las obras del Hotel Oasis”, estas han provocado la alteración de la identidad genética del palmeral y desecado las pequeñas charcas existentes anteriormente. Es más, la empresa aporta la descripción literaria de las delimitaciones del Área de Sensibilidad Ecológica periférica de la Reserva Natural Especial de las Dunas, que incluye en la misma parcela del hotel.

Considera Lopesan por tanto en sus alegaciones al Ayuntamiento, y a pesar de que en planos figure de distanta manera, que al prevalecer las descripciones literarias a los documentos gráficos de la parcela y quedar incluída en el Área de Sensibilidad Ecológica periférica del palmeral, impide que se otorguen las licencias de demolición y construcción sin la preceptiva evaluación del impacto ecológico.

Incidiendo, además, en otros muchos aspectos técnicos, el escrito de alegaciones del grupo Lopesan cuestiona con dureza las actuaciones de la administración pública en torno a este bosque de palmeras, ya que “nada es casual, ni siquiera el deplorable estado en que se encuentra el Palmeral que todavía es accesible para el público en el entorno del Gran Hotel Residencia. Parece que se quiere transmitir el sutil mensaje de lo mal que estaría el resto del Palmeral si también fuese de uso público, que lo bueno es que esté privatizado como el Hotel Oasis...”