En su intervención en respuesta al discurso de investidura de Paulino Rivero, de Coalición Canaria, como presidente del Gobierno de Canarias, López Aguilar dio “un mensaje de esperanza” a los ciudadanos que han preferido el cambio al situar al PSOE como primera fuerza política parlamentaria.
“Asistimos a una investidura en la que el candidato es el representante de la formación política con menos votos populares en las elecciones del 27 de mayo”, recordó López Aguilar.
“Es un gobierno acomplejado por su historial de pleitismo y clientelar”, dijo el representante socialista.
Garantizó que el PSOE, como primera fuerza política, se va a mantener como “altavoz de la gente” y como alternativa para que no haya “conformismo ni inercia” y para conseguir “una Canarias de hombres y mujeres, no sólo de coches oficiales”.
Dijo que el pacto de CC y PP se basa en “una retórica nacionalista cobijada bajo el ala de la derecha más corrosiva y desnortada de Europa”.
Coalición Canaria sólo obtuvo el 5% de los votos en Gran Canaria y el 9% en todas las islas orientales, frente a la cohesión que representan los socialistas por su respaldo en todas las islas, de manera que el PSOE se va a mantener como la fuerza del cambio y de la esperanza, dijo.
López Aguilar subrayó que “el consenso no cae del cielo, se construye, hay que trabajarlo, y no puede ser complicidad con los incumplimientos y la incompetencia del gobierno”.
Para el representante socialista, los antecedentes del gobierno no son alentadores en cuando a la lucha contra la corrupción ni al buen gobierno.
El buen gobierno es renunciar a pensar en los cargos como “un botín que se reparte con criterios de clientelismo y enchufismo, a contemplar la administración como una prebenda o como acomodo de los desahuciados de derrotas electorales”, dijo.
También es renunciar a la manipulación de los medios de comunicación públicos y a hacer de la Televisión Canaria “un escaparate de propagandismo y manipulación al servicio de los gobernantes”.
López Aguilar reiteró que la reforma del Estatuto de Autonomía requiere un cambio en el sistema electoral que evite que 150.000 votos queden sin representación, y otras anomalías como que tengan escaño en algunas circunscripciones las fuerzas políticas con menos votos, mientras otras con más respaldo quedan fuera de la cámara.
“Eso debe ser corregido, y el PSOE será firme a este respecto”, dijo López Aguilar, quien defendió reducir a la mitad las barreras electorales y crear una circunscripción regional junto a las insulares.
El intento de poner un dique en el mar
Para el representante socialista, el pacto de gobierno de CC y PP es un intento de poner un dique en el mar a la ola de cambio que representa el socialismo.
Frente al mensaje “disolvente” que pretenden enviar los dos partidos perdedores en el sentido de que votar no merece la pena, López Aguilar dijo que la medicina frente al “más de lo mismo” es “más democracia, votar más”.
El gobierno de CC y PP es el mismo de las cuatro últimas legislaturas y es “más de lo mismo, pero peor”, porque el pacto “se basa en la desconfianza mutua entre los dos partidos” y su única lógica es “sostenerse mutuamente para no caerse”.
Paulino Rivero, opinó López Aguilar, “es heredero de un historial de fracasos” en los servicios públicos, en la política social y en el empleo.
“No hay credibilidad” cuando anuncian que van a luchar contra el pleito insular y la corrupción los que “han dado siempre un recital en la dirección contraria”, subrayó.
El pacto de gobierno representa una yuxtaposición de una retórica nacionalista imitadora por parte de CC y una retórica uniformadora por parte del PP, el partido “más refractario a la diversidad”.
Acusó a los dos partidos de haber cambiado sus principios para conseguir el pacto, que recoge “propuestas ya escuchadas e incumplidas” en discursos de investidura anteriores, formuladas “en términos vagos, con tópicos y lugares comunes” en lo relativo al fracaso escolar, a las listas de espera o a la rehabilitación turística.
Acusó al candidato de eludir los retos que tiene que afrontar la comunidad en colaboración con otras administraciones, como la inmigración, que fue vinculada en el discurso de Rivero a la inseguridad, al terrorismo, al desempleo y a las carencias en la sanidad.