El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria se ha propuesto como uno de sus objetivos para esta legislatura terminar con los núcleos de chabolas, así lo ha asegurado la concejal de Ordenación del Territorio, Urbanismo, Vivienda y Agua, María del Carmen Hernández Bento, durante la supervisión este lunes de las obras de demolación de unas chabolas en la zona del Barranquillo de Don Zoilo en la capital grancanaria.
En este sentido, apuntó que “no se trata de una tarea sencilla” porque tienen que dar respuesta a la situación social de las personas que habitan en este tipo de infravivienda. “Se trata de una realidad en nuestra ciudad y por lo tanto tenemos que sentarnos con estas personas y darles alternativas”.
Precisamente este lunes, el Ayuntamiento ha iniciado la demolición de un enclave de chabolas situado al final de la calle Eustasio Quevedo en la zona del Barranquillo, después de llegar a un acuerdo con sus habitantes. De esta manera, el Consistorio se hará cargo del 75% aproximadamente del alquiler de una nueva vivienda para el matrimonio y la hija que vivían en dicha chabola. El requisito es que la familia debe presentar un contrato de alquiler.
Bento explicó que se están realizando “radiografías” en cada distrito para localizar los puntos de infravivienda en los que se considera más urgente actuar. De esta manera, el concejal del Distrito de Ciudad Alta, Óscar Mata, explicó que en esta misma zona del Barranquillo existe otro asentamiento en el que están en conversaciones con sus habitantes para llegar a la misma solución.
En situación distinta se encuentran las chabolas situadas cerca de la Iglesia Coreana de Altavista, “ya que están en un terreno privado y compete al propietario iniciar el proceso de denuncia y de esta manera comenzar los trámites para retirar el asentamiento”, explicó Mata.
Los vecinos de la calle Eustasio Quevedo se mostraban conformes con la actuación del Ayuntamiento y la demolición hoy de las chabolas pero, solidarizados con la situación de la familia que habitaba en dicha vivienda, aseguran que “son gente del barrio que atraviesan un mal momento y no molestaban a nadie, todo lo contrario”.
La familia, desalojada en agosto, se ha ido a vivir a casa de un familiar a la espera de conseguir un contrato de alquiler para presentárselo al Ayuntamiento. Por su parte, los operarios retiraban hoy los enseres y escombros que quedan en la zona. En este espacio se continuará un paseo peatonal que ya se inició con un proyecto del Plan Zapatero, proyecto que no incluyó la segunda parte de este acceso que unirá el Barranquillo con la calle Eustasio Quevedo.
Bento explicó que ya están redactando el proyecto, a falta de determinar la financiación de la obra que se contemplará en los Presupuestos del próximo año. La concejal de Ordenación del Territorio cifró el coste de la obra en torno a los 100.000 euros y apuntó que, una vez se inicien los trabajos, las obras durarán un año.