La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

LPGC se olvida de Carmen Llopis

Juan Carlos lleva toda la vida en el mismo barrio. Desde hace seis o siete años vive en el número 8 de la calle General Martínez Anido, en Las Palmas de Gran Canaria. Hace menos de un año que reside en el mismo número de la calle Carmen Llopis. No se ha mudado. Lo que han mudado es el nombre de la vía, y la placa que la identifica. Desde el el 25 de noviembre de 2010 la calle en cuestión cambió oficialmente su denominación para borrar al ministro franquista y cumplir con la Ley de la Memoria Histórica. Pero para el nuevo Ayuntamiento, y hasta el 16 de agosto, el fantasma de Martínez Anido ha regresado.

En los carteles que el Ayuntamiento ha pegado en las fachadas para anunciar el cierre al tráfico por las obras de asfaltado de la carretera reza: “La calle General Martínez Anido permanecerá cerrada”. Carmen Llopis, pintora y defensora de las mujeres maltratadas (como reza la placa), vuelve a olvidarse. “No la conoce nadie”, dice Juan Carlos Cárdenes, abogado. En su tarjeta de visita figura su dirección: “C/ Gnal. Martínez Anido”. “Fue ministro de Franco durante un año”, recuerda, “y durante ese tiempo fue un benefactor, el que implantó la paga extra de navidad”.

Severiano Martínez Anido fue ministro de Orden Público en 1938. Murió ese mismo año, a la edad de 76. También es uno de los nombres que figuran en el listado de imputados por crímenes contra la humanidad en la causa abierta por el juez Baltasar Garzón, que está siendo juzgado por presunta prevaricación en la instrucción del caso.

En 2010, el Ayuntamiento, en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica (que obliga a retirar de todas las infraestructuras y edificios públicos cualquier vestigio franquista), decidió quitar el reconocimiento al general y, de paso, honrar la memoria de Llopis, fundadora de la Asociación de Madres Solteras de Las Palmas.

“Algunos vecinos hemos comentado que no deberían haberla cambiado”, dice Juan Carlos, “es insignificante. Es una calle muy corta, de solo ocho números”. Alfonso, un joven que vive con sus padres en el número 3 de la misma calle, justo enfrente de la plaza de la Concordia, pregunta la razón, pero por diferentes motivos. No tenía “ni idea” de a qué vino el reautizo. “Muy interesante”, dice al enterarse del cumplimiento de la normativa sobre la Memoria Histórica, pero confirma que la gente sigue llamando al sitio por el nombre que recuerda al ministro del Generalísimo.