Mañana de gloria para Ani y Pedro
Muchos compañeros periodistas de la Península siguen escribiendo Coalición Canarias o Nueva Canaria,(¡sí, así en sigular!), cuando se refieren a ellos, pero este martes Ani Oramas y Pedro Quevedo volvieron a tener sus pequeños momentos de gloria en la Villa y Corte. Y no solo por el honor de repetir en el plazo de pocos meses un encuentro en Zarzuela con Felipe VI, sino por haber vuelto a captar la atención de lo más granado de la fauna periodística del Congreso en el inicio del desfile que de aquí al jueves tiene lugar en aquella sala de prensa.
Y no porque sus votos tengan tanta relevancia, sino por su condición de teloneros de lujo, que no es lo mismo salir a la palestra un martes por la tarde entre representantes de las mareas podemitas, y cuando el personal ya va más que quemado, que figurar entre los que abren plaza. Y porque qué quieren que les diga, si se comparan ambos dos con lo que este martes pudieron ofrecer las marcas blancas del PP en Asturias y Navarra (lo de Garzón es otra cosa), la una con sus ademanes y mohínes de chica simpática y guay que siempre queda bien, y el otro con su cada vez más acendrado empaque de cardenal veneciano y ese aire tan patricio y corteinglés que últimamente se gasta, no dan nada mal.
Y aunque tanto en uno como en otro caso todo se envuelva en cierta retórica similitruqui algo cantinflesca. Porque todo hay que decirlo.
Y es que tiene razón Ani en quejarse por la actitud dontancredista de Rajoy con el resto de fuerzas políticas, esperando la abstención del PSOE sin apenas ofrecer nada a cambio. Pero no la tiene tanto, y de ahí el similitruqui, en su queja del poco caso que desde el PP se ha hecho a Coalición desde la entrevista con Clavijo y Barragán de hace ya casi un mes, y de que, pese a acordarse entonces la creación de una comisión negociadora entre ambos partidos, ésta nunca se haya reunido. Porque lo que no contó ayer Ani, aunque en CC sí te lo cuentan, es que aquello fue un pequeño paripé consentido por Coalición en aras de la buena relación que debe haber entre ambas administraciones, por aquello de la geografía, y por aquello de animar al PSOE y a Cs a llegar a acuerdos con Rajoy. Y que, desde entonces hasta ahora, CC solo ha estado a verlas venir, esperando, según decían, a que hubiera acuerdo entre el PSOE y el PP, para entonces “sentarse a hablar en serio”. Y que solo se han despertado un poco de ese letargo ante la posibilidad algo remota, pero escenificada en la elección de los miembros de la Mesa, de que le coman la tostada los nacionalistas moderados de CDC y el PNV.
Y ahora viene lo de Pedro Quevedo: el hombre sigue empeñado, aunque lo diga con cierto humor, en que hay una conspiración (sic) contra él cuando alguien plantea ciertas sumas (PP+Cs+PNV+CC=175; 175+NC=176) en la que su abstención sería decisiva. Y es natural que le incomoden esos números, y que sienta cierta presión, pero lo cierto es que quien los plantea solo hace uso de las matemáticas. Y de seguir el PSOE plantado en el voto negativo en las próximas semanas (lo que “a día de hoy” está por ver) y continuar sin articularse tampoco una mayoría de izquierdas alternativa, podría ser la única vía para que no se repitan las elecciones. Lo curioso, ademas, en que en esa circunstancia extrema, no solo la abstención de NC sería decisiva, sino el voto de CC. Y la clave estaría en las elecciones vascas que se prevén para fin de octubre y en el apoyo que el PNV puede necesitar en Euskadi del PP para seguir gobernando, aunque también dependería de que a Ciudadanos no le importe coincidir en su apoyo a Rajoy con los nacionalistas vascos.
¿Pero va a aguantar Rajoy varias semanas para que el reloj corra más tarde y se pueda meter en el juego la variable vasca? En fin, como también ha dicho Quevedo en algún sitio, una “especulación especulativa” muy complicada. Pero posible. Y si se trata de una conspiración, al menos debería especificar quién está detrás de ella: ¿El Ibex 35 que encumbró a Ciudadanos? ¿La oligarquía de Neguri que tan buenos lazos tiene con el PNV y el PP? ¿O solo es una broma para entretenernos mientras se resuelve el sudoku? Lo cierto, guste o no, es que la pelota está en el tejado de Rajoy y Sánchez desde hace tiempo y quizá el jueves comencemos a tener repuestas.