Asuntos particulares que nada tienen que ver con la función pública que no ejerce, costeados por el patrimonio del Estado. El exministro Soria sigue utilizando la escolta policial, a la que no tiene derecho, más de un año después de su cese al descubrirse que tenía una sociedad opaca en el paraíso fiscal de Jersey. Y entre las tareas de los policías asignados a su servicio está llevar al expresidente del PP canario a despachos de empresas de sus clientes para sus negocios privados.
Soria terminó de cobrar en enero la cesantía correspondiente por su salida del Gobierno de España y acto seguido puso en circulación una firma especializada en la internacionalización de empresas, Sorben Partners, con la que pretende operar gracias a sus contactos en el resto del mundo.
Su cartera, empresarios de confianza, y entre ellos sobresale Domingo Alonso SA, concesionario en Canarias de marcas de automóviles como Audi, Volkswagen, Skoda, Honda o Citroen. Su propietario, Sergio Alonso, es íntimo del exministro de Industria, hasta el punto de prodigarse este en actos sociales y de promoción del grupo empresarial de la familia Alonso.
Es por ello que la sede social de Domingo Alonso SA, en Gran Canaria, es uno de los destinos habituales de los escoltas policiales de Soria, cuando ejercen de chófer del exmiembro del gabinete de Mariano Rajoy.
Fuentes policiales indican a Canarias Ahora que la ruta más transitada del coche camuflado (K, según la terminología policial) en el que se desplaza Soria cuando está en la isla lleva hasta las instalaciones del concesionario, que sin ser fabricante gozó del privilegio de formar parte de la comitiva de grandes empresarios españoles que viajó a Irán, de la mano de varios ministros, en septiembre de 2015. O a Cuba, en julio de ese mismo año, con grandes firmas del Ibex 35, donde también apareció este concesionario canario con intereses en Latinoamérica.
La relación entre Sergio Alonso y José Manuel Soria es tan estrecha –su hijo, Óliver Alonso Rohner, encargado de la expansión del grupo familiar en América, llegó a publicar una encendida loa al exministro justo tras su dimisión – que resulta obvio que se encuentren en el mundo de los negocios y la diversificación e internacionalización de los mismos, ahora que ambos están del lado de la iniciativa privada. Pero para llegar hasta ahí, el exministro sigue utilizando lo público como un servicio particular.
La agenda de Soria no se ciñe a marcar en el gps del coche K la dirección de Domingo Alonso SA. También se desplaza a Tenerife, provocando desbarajustes en el servicio de protección de la Brigada de Seguridad Ciudadana de esa provincia. Y según explican las mismas fuentes policiales, en Tenerife el destino más asiduo es también otro concesionario de coches, en este caso de BMW, la firma Canaauto, a cuyo frente está el empresario Antonio José Armas.
Es en Tenerife donde los policías asignados a Soria se encuentran con mayores incomodidades que sus compañeros de Gran Canaria. Fuentes del Cuerpo Nacional de Policía han explicado que cuando vuela a esa isla, le acompaña un escolta de Las Palmas, que regresa solo a su isla de origen. En Tenerife tiene asignado un coche con chófer y escolta, que le acompaña de regreso en el vuelo a Gran Canaria y vuelve de inmediato a la otra isla.
Los problemas surgen al no tener Soria informados a los funcionarios de Tenerife, sobre su agenda del día, destinos y tiempos, hasta el punto de que en determinados actos, y sin previo aviso, decide él mismo retirar la escolta. “Es como una escolta a la carta”, afirman las fuentes, molestas también por lo que consideran poca colaboración de Soria con los protocolos de seguridad para autoridades, como por ejemplo, saltarse la norma de ir en el asiento trasero y hacerlo en el del copiloto.
“No existe previa planificación sobre el itinerario de la persona a proteger”, indican desde la Policía Nacional, lo que provoca tensiones y descoordinación.
Pero no sólo a concesionarios de vehículos se desplaza Soria con coche oficial del Ministerio del Interior. También lo hace para atender sus asuntos personales en los juzgados, como acudir a prestar declaración como investigado en la querella por delito electoral que le impuso la jueza y exdiputada de Podemos Victoria Rosell. Así lo hizo, acompañado de sus dos escoltas, en febrero. Más asuntos privados utilizando recursos públicos.
Necesidades y apreturas delante de su mansión
Necesidades y apreturas delante de su mansiónLas vicisitudes de los escoltas asignados al exministro Soria darían para escribir un libro de más de 150 páginas…y algunos capítulos habría que enmarcarlos en el género más berlanguiano al puro estilo de La escopeta nacional, si no fuera porque se trata de funcionarios del Estado prestando un servicio innecesario y a veces sin la más mínima garantía de salubridad pública y dignidad laboral.
Es el caso de los dos escoltas estáticos que en tres turnos de ocho diarias vigilan desde la calle la mansión de los Soria Benítez en Tafira Alta. El barrio residencial por excelencia de Las Palmas de Gran Canaria es un núcleo apartado de la ciudad, compuesto exclusivamente por casas solariegas y chalets, sin tiendas, bares ni comercios en los alrededores más cercanos.
Y esa ausencia total de servicios cerca de la casa de Soria provoca que los escoltas deban ir al trabajo con sus necesidades fisiológicas cubiertas, porque no hay donde orinar en metros a la redonda. Los Soria tampoco han habilitado algún acceso de los policías a su propiedad en el caso de que surgieran apreturas e incontinencias, y es por ello que desde hace tiempo no se destinan mujeres policías a ese servicio de ocho horas seguidas, sin relevos ni tener donde evacuar, salvo que la urgencia obligue a ponerse cara a un muro. Ha pasado más de una vez, indican las fuentes.
“Es increíble que se esté prestando un servicio de protección estático durante tanto tiempo, y ni siquiera hayan habilitado un baño químico, de esos que hay en los carnavales, o que en vez de tener inutilizado un vehículo policial todo un año, ahí aparcado delante de la casa, pongan una caseta de vigilancia”, apuntan.
La indignación por lo que dentro de la escala básica y media del Cuerpo Nacional de Policía en Las Palmas empieza a considerarse un despilfarro va a más, y sobre todo cuando afecta a las condiciones en las que se ejerce la tarea de vigilancia, que bien podría considerarse una prestación de seguridad privada. Los Soria Benítez no lo han considerado necesario en todo este tiempo, y sólo a raíz del extraño asalto a la vivienda en Nochebuena, decidieron instalar un sistema de alarmas.
En otros puestos de seguridad, como embajadas en villas alejadas o por protección de personalidades en domicilios apartados, si el servicio se prolonga en el tiempo se instalan casetas de madera haciendo funciones de garita. En la casa de los Soria, no: todavía hoy sigue vigilándose desde un coche y si la cosa aprieta mucho, pues a hacerlo en la calle, ante el desconcierto de los vecinos del exministro.