Menos moratoria, más lujo y menos empleo

Consenso parcial, que no total, en la Ley de Renovación y Modernización Turística que ha sido aprobada en la Comisión parlamentaria y que será refrendada en el pleno parlamentario que se celebrará la próxima semana. Un texto que, cuando el Gobierno remitió al Parlamento, contaba con el rechazo de cabildos, ayuntamientos y el sector empresarial y que incluso fue copiosamente enmendado, por separado, por socialistas y nacionalistas.

Pese a que en estos meses se han acercado posturas entre las distintas fuerzas parlamentarias para mejorar el anteproyecto del Ejecutivo, un esfuerzo que todos los portavoces han puesto en valor, en el pleno parlamentario quedarán abiertos al debate varios asuntos importantes para los grupos de la oposición (Popular y Mixto).

Tal es el caso de intentar salvar de la moratoria a los hoteles de cuatro estrellas, como defienden los conservadores, o impedir que se construyan más camas turísticas en zonas saturadas, una cuestión muy relevante que ha venido denunciando Román Rodríguez (NC) durante los trabajos de la ponencia.

Y es que Rodríguez tiene la sensación de que las enmiendas introducidas “son camisas a medida” para casos concretos, en vez de un intento de legislar de forma general, “lo que es una mala técnica”.

Según el portavoz del Mixto, tanto nacionalistas como socialistas, con alguna ayuda del PP en varios puntos, se han cargado la filosofía de las Directrices de poner límites cuantitativos al crecimiento, no garantizan la renovación de la planta alojativa y de los espacios públicos obsoletos y únicamente abordan de forma tímida la regularización de las aproximadamente 150.000 camas alegales que hay en el Archipiélago.

Excesiva desregularización

Rodríguez, que también critica la negativa de CC y PSC a permitir que cada Isla fije el crecimiento de sus camas con un tope del 1%, ha incidido en una posibilidad que “supone una desregularización excesiva y peligrosa” que acaba con la Directriz número 12: la creación de más camas en zonas saturadas cuando se deriven de procesos de rehabilitación alojativa.

Lo cierto es que, pese a las divergencias primigenias, el Pacto ha cerrado filas y, una vez salvado el bache de haber presentado enmiendas por separado, han elaborado un texto que insiste en que la vía para los hoteles de cuatro estrellas debe ser exclusivamente la rehabilitación, lo que deja fuera la posibilidad de construirlos desde nuevos cimientos.

No obstante, y aunque si se abre la puerta al segmento de los establecimientos de cinco estrellas gran lujo, el nuevo texto lamina una de las medidas que en el año 2009 usaron los nacionalistas para demostrar la apuesta clara para dar empleo a los residentes canarios. Una apuesta que, sin embargo, se ha desechado precisamente cuando la crisis ha disparado las tasas de paro en el Archipiélago.

Si hasta ahora los hoteles de cinco estrellas de nueva construcción debían contratar durante seis años al 60% de su personal a través de los desempleados registrados en el Servicio Canario de Empleo (SCE), ahora solamente se les obligará a estos establecimientos a que su personal se apunte a cursos de formación continuada.