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Las mujeres jóvenes fumadoras tienen ocho veces más posibilidades de perder sus dientes

Sólo el 10% de fumadores que intentan dejarlo sin ayuda lo consiguen

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 28 (EUROPA PRESS)

Las mujeres jóvenes fumadoras tienen ocho veces más posibilidades de perder sus dientes que una fémina no fumadora.

Así lo afirmó hoy en rueda de prensa en la capital grancanaria el presidente del Colegio de Dentistas de Las Palmas, Héctor Rodríguez, acompañado por el neumólogo Miguel Ángel Ponce, y el presidente del Colegio de Farmacéuticos de la provincia, Carlos Muñoz, con motivo de la celebración del Día Mundial Sin Tabaco el próximo 31 de mayo, bajo el lema 'Género y tabaco: la promoción del tabaco dirigida a las mujeres“.

En este sentido, incidieron en los efectos nocivos del tabaco en las mujeres y las niñas, sector que representa el 20 por ciento de los fumadores a nivel mundial y sigue en aumento. Entre los 16 y 24 años las mujeres fuman más que los hombres.

“Cualquier fumador en grandes cantidades tiene un ocho por ciento más de posibilidades de perder sus dientes, pero son más las mujeres jóvenes las que están empezando a fumar y son muchas veces más las mujeres las que se ocupan de la estética”, subrayó Rodríguez, que reiteró que éstas, “en cuanto tengan patógenos periodontales, inmediatamente tendrán un proceso de pérdida de hueso multiplicado por ocho”.

CÁNCERES “A VELOCIDADES EXAGERADAS”

Así, hizo hincapié en que “una mujer joven y fumadora va a perder mucho más rápido los dientes que una mujer no fumadora”. Igualmente, recordó que el tabaco “tiene que ver con el cáncer oral y también su uso en grandes cantidades (un paquete al día) conlleva una mala higiene bucal, lo que es una combinación que acaba creando neoplasias o cánceres en la boca y la garganta a velocidades exageradas”.

El dentista advirtió de que el tabaco es “una de las mayores causas de aparición de cáncer oral, que es bastante agresivo cuando aparece y en muchos casos hay que cortar mandíbulas porque se desarrolla muy rápidamente”.

Apuntó que en los tratamientos, a nivel estético, “se tarda entre un mes y seis semanas más la cicatrización en una persona fumadora por la cantidad de nicotina”. Así, “una gran cantidad de tratamientos” de los dentistas, tales como regenerar hueso y colocar implantes, “si el paciente es fumador de grandes cantidades de tabaco, no funcionan”.

DISMINUYE 16 AÑOS LA ESPERANZA DE VIDA

Por su parte, el neumólogo y experto en deshabituación tabáquica, Miguel Ángel Ponce, destacó que el tabaquismo es “un problema sociosanitario de primer orden y es la primera causa evitable de muerte”. Estima que existe “una auténtica pandemia”.

No en vano, aproximadamente 55.000 personas mueren en España por enfermedades relacionadas con este hábito y “una de cada tres personas en Canarias mayor de 16 años fuma, un dato espeluznante, por lo que se deduce que el número de muertes es muy elevado”, añadió.

Según la última Encuesta Nacional de Salud “aún el 27 por ciento de la población en España mayor de 16 años fuma y el tabaco disminuye 16 años la esperanza de vida”.

Ponce añadió que una encuesta del Instituto de Estadística en Canarias de 2006 refleja que aproximadamente en las islas fuma el 29 por ciento de la población y en cuanto a sexos se mantienen los mismos porcentajes que a nivel nacional.

En la población joven, entre 16 y 24 años, se sitúa en un 27 por ciento las mujeres fumadoras y un 24 por ciento los hombres. Por encima de esa edad son los hombres los que más fuman. Las dos islas donde más se fuma son Fuerteventura y Gran Canaria.

EL AUMENTO DEL PESO “NO ES UNA LEYENDA URBANA”

El doctor considera que los factores sociales y las campañas publicitarias son claves para que las mujeres empiecen a fumar, al considerarse el cigarro una “sustancia amiga y sociable”. Además de que “el miedo al aumento del peso puede influir en que las mujeres no se decidan a dejar el tabaco”.

“Cuando uno deja de fumar se puede aumentar de peso, no es una leyenda urbana y está relacionada en que cuando la persona abandona el hábito tabáquico tiende a comer y a beber más”, justificó, al tiempo que alegó que “en las consultas antitabaco se recomiendan dietas personalizadas y ejercicio físico”.

Según el profesional sanitario “la nicotina tiene un cierto efecto anorexígeno, pero eso es muy fácilmente controlable”, algo en lo que coincidió el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Las Palmas, Carlos Muñoz, que comentó medicamentos para “reducir los efectos de excitación y de querer comer”.

LA ÚNICA ENFERMEDAD CRÓNICA REVERSIBLE“

Ante esta situación Ponce destacó el aumento del cáncer de pulmón, de cuello de útero y de mama entre las mujeres, así como el “mayor número de abortos y de recién nacidos con bajo peso como consecuencia de la mujer fumadora durante el embarazo”.

Por su parte, Muñoz planetó que el tabaquismo es “la única enfermedad crónica reversible y para eso uno tiene que dejar de fumar y puede necesitar ayudas psicológicas, farmacológicas y de los sanitarios”.

Recordó que en las oficinas de farmacia hay, como “arsenal terapéutico”, tres tipos de productos: aquellos sustitutivos de la nicotina, como chicles, parches y pastillas que quitan el síndrome de abstinencia. Al finalizar el tratamiento entre el 20 y 25 por ciento de las personas dejan de fumar y, al año quedan sin fumar un 12 por ciento.

Otras fármacos son los que emulan los efectos placenteros de los sistemas de recompensa, como el Sintabac, que recordó que “tiene que ser manejado por un médico”. En tercer lugar, se refirió a los medicamentos que “reducen los efectos psicológicos de la nicotina mediante un antagonismo parcial”. El 40 por ciento de las personas que utilizan estas sustancias al final del tratamiento dejan de fumar, pero después de un año sólo el 20 por ciento continúa sin fumar.

“EL MITO DEL TABACO QUE QUITA EL ESTRÉS, FALSO”

Ponce añadió que sólo el 10 por ciento de los dos millones de españoles que cada año se proponen dejar de fumar sin ayuda lo consigue de forma definitiva. “El nivel de éxito se puede elevar a un 50 y 60 por ciento si se recurre a una consulta médica de tabaquismo y con el apoyo farmacológico y psicológicos”, precisó este experto.

Además, incidió en que “el mito del tabaco que quita el estrés no es cierto, sino que lo único que hace es controlar la ansiedad fruto de que no está fumando”.

Por otro lado, cuestionados sobre la financiación por parte de las instituciones para los tratamientos vinculados al tabaco, el neumólogo abogó porque ello se facilite en pacientes con enfermedades asociadas, es decir, que “han sufrido cardiopatías, intervenidos en cáncer de pulmón, o diagnosticados con una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)”.

En los mismos términos se expresó Muñoz, que explicó que este tipo de medicamentos son dirigidos a “una franja determinada de la población” y se mostró a favor de que se financien en las personas de “más de 25 años y con una morvilidad asociada”.

MÁS ADICTIVO QUE LA COCAÍNA Y LA HEROÍNA

Asimismo, los expertos negaron que el hecho de que las personas tengan menos poder adquisitivo conlleve una reducción en el consumo del tabaco. Ponce argumentó la “adicción a la nicotina, que es más adictiva que la cocaína y la heroína”. En todo caso, detalló que el consumo de tabaco ha disminuido un 3 por ciento tras la Ley Antitabaco.

“La gente busca la fórmula en sus economías para que el tabaco siga siendo un producto de primera necesidad como comprar leche o pan”, aseveró.

Los expertos apostaron por poner mensajes positivos en los paquetes de cigarros para exponer los beneficios de dejar de fumar, tales como recuperación del olfato, desaparición de la tos, que el riesgo de infarto agudo de miocardio disminuye en un 50 por ciento al año de dejarlo y el riesgo de cáncer de pulmón puede igualarse al de una persona que no ha fumado nunca a partir de los 10 años de abandonar el hábito.