Son dos proyectos políticos tan diferentes, recelosos el uno del otro, que una exigencia como la de mantener una unidad de voto inédita en el Congreso de los Diputados se ha convertido en el escollo insalvable para cerrar una coalición electoral. Nueva Canarias y Coalición Canaria agotan sin acuerdo el plazo para concurrir juntas a las elecciones del 23 de julio, aunque aún queda la posibilidad de que lo hagan como alianza de partidos.
El primer intento de reeditar la coalición CC-NC en la provincia de Las Palmas como en 2019, con Unidos por Gran Canaria como tercera pata esta vez, ha embarrancado en la pretensión de CC de supeditar los posicionamientos de NC a un criterio unificado del que, según explican fuentes de la negociación, ninguno de los dos ha podido convencer al otro de cómo “desempatar” cuando hubiera discrepancias en el voto. Desde la más probable investidura del líder del PP, Núñez Feijóo, hasta la última de las mociones.
Ha sido entrar en un laberinto sin salida por esa exigencia, al igual que la secundaria de apoyar Nueva Canarias a Fernando Clavijo (CC) en la Cámara regional sin contrapartida alguna en un gobierno ya cerrado con el PP, los gomeros de ASG y los herreños de AHI. Si NC opina lo contrario que CC sobre una cuestión a debatir y votar en el Congreso de los Diputados, ¿qué criterio se impondría para esa unidad de voto, el de CC o el de NC? El bloqueo ha sido tal que no ha habido manera de superarlo, entre otras cuestiones porque CC se ha mostrado esta vez mucho más exigente con NC que en 2019.
Así, ambos partidos llegaron a entenderse en que esta vez el diputado que se obtuviera por la provincia de Las Palmas sería al 50% de tiempo compartido, dos años para cada uno, y no dos años y medio y año y medio como sucedió en la legislatura ahora cerrada con Pedro Quevedo (NC) primero y María Fernández (CC) después. Pero más allá del fifty-fifty, el acuerdo en el que hubiesen entrado otros partidos como el PNC o locales como Más por Telde (este de la mano de Unidos por Gran Canaria) ha sido imposible.
Esas mismas fuentes de la negociación, que remiten a las decisiones que tomen cada uno de los partidos implicados la semana próxima, dejan abierta la posibilidad a que el partido que han jugado NC y CC tenga una prórroga hasta el lunes 19 de junio, último día para presentar las listas electorales. Sería la fórmula de una alianza de partidos, y no una coalición electoral, que permitiría el apoyo a una candidatura, señalando en la lista el partido de los que no son de esa formación, o su carácter independiente.
Esa lista sería bajo el nombre de uno de los partidos, o de todos ellos. Es decir, en la papeleta podría figurar una retahíla de siglas o nombres tipo NC-CC-UxGC-PNC…o lo que ahora mismo pide el cuerpo a las partes en conflicto: concurrir en solitario. Es ese escenario, sin embargo, el más perjudicial para todos los implicados, tanto por la más que segura improbabilidad de alcanzar un escaño como por el alto coste que supone una segunda campaña electoral a los 50 días de haber terminado la de las del 28M.
No en vano, otras fuerzas regionalistas españolas que han obtenido representación en el Congreso en 2019, como Foro Asturias o Partido Regionalista de Cantabria (PRC), han decidido esta vez quedarse en casa y ver los toros desde la barrera.