La reforma del sistema electoral canario supuso un hito largamente perseguido en la historia del Archipiélago para romper con la triple paridad, una de las fórmulas más injustas de Europa, pero los cierto es que si a los resultados de las elecciones del 26M al Parlamento regional se les aplica la fórmula antigua, se observan muy pocas diferencias. El 6 de noviembre de 2018 se aprobó un nuevo sistema para elegir a los diputados al Parlamento de Canarias, aumentando el número de asientos en la Cámara de 60 a 70 con la introducción de la lista regional, otorgando un escaño más a Fuerteventura y reduciendo los topes electorales, del 30% al 15% la barrera insular y del 6% al 4% en la autonómica.
Los mismos partidos que han obtenido representación en el Parlamento después del 26M superan las barreras electorales del sistema antiguo y se distribuirían de la misma manera: el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la fuerza más votada, hubiese tenido 22 escaños; Coalición Canaria (CC), 16; Partido Popular (PP), 10; Nueva Canarias (NC), 4; Podemos, 3; Agrupación Socialista Gomera (ASG), 3, y Ciudadanos, 2.
Los cambios más significativos atañen a CC, que gracias a la reforma del sistema electoral obtiene cuatro de los diez nuevos diputados. Se queda con tres escaños de la lista regional y con el octavo de Fuerteventura. Podemos también gana uno en la plancha autonómica. De haberse aplicado el antiguo sistema, tendría la misma representación que ASG (tres diputados) con cerca de 72.000 votos más. Tanto con la triple paridad como con la reforma electoral, Ciudadanos entra por primera vez al Parlamento con dos.
Pero no solo en la distribución de las fuerzas en el parlamento se aprecia que la reforma del sistema electoral es mínima. A la hora de formar gobierno, existen cuatro posibilidades abiertas tras los resultados del pasado domingo: uno de izquierdas con PSOE-Nueva Canarias-Podemos y sumando a ASG, que suma 37 diputados, uno más que la mayoría absoluta; otro de centro-derecha con CC-PP-C´s y ASG, alcanzando los 36 asientos para conformar un Ejecutivo regional; y otras dos alianzas entre los partidos más votados: PSOE-CC (45) y PSOE-PP (36).
Pues bien, con el antiguo sistema electoral, las mayorías para formar gobierno son exactamente las mismas cuatro posibilidades: PSOE-NC-Podemos más ASG, que superan también por un escaños la mayoría absoluta, fijada en 31 diputados; CC-PP-C´s y ASG: 31; PSOE-CC: 38 y PSOE-PP: 32.
En ambos escenarios, de no darse un pacto entre los partidos que han obtenido más votos, ASG es la llave para formar gobierno, tanto de derechas como de izquierdas. A pesar de que ni siquiera se presentó en la lista regional, el partido que preside Casimiro Curbelo superó con holgura la barrera insular del 15% (también la del 30% si se aplicara el antiguo sistema) con 6.125 votos sobre un total de 11.480 emitidos, es decir, un 54,14%.
Aumentar la lista autonómica para mejorar la representación de los votantes
Si Curbelo continuase en el PSOE, partido en el que ingresó en 1982 y del pidió la baja en 2015, el secretario general de los socialistas canarios, Ángel Víctor Torres, podría ser el próximo presidente de Canarias solo con el apoyo Podemos y NC. “Pero la sobrerrepresentación de La Gomera respecto a poblaciones como la de Tenerife y Gran Canaria seguiría existiendo”, explica Demócratas para el Cambio, que ilustra de esta manera que “las reformas electorales no se hacen para favorecer los resultados de un partido ni para perjudicar a otro. Se hacen para mejorar la representación de los ciudadanos a la hora de votar. Y esto se ha mejorado. Los resultados son otra cosa”.
Vicente Mujica, uno de los portavoces de Demócratas para el Cambio, establece una diferencia clara entre los resultados de unas elecciones y las reglas bajo las que se celebran esos comicios: “Hay partidos que existen ahora que, en el futuro, podrían dejar de existir y llegar otros nuevos”, pero lo que permanece inmutable es “la representación de los votantes” y “ahí es donde hay que incidir para mejorarla”, según Mujica. Para llevarla a cabo, es preciso que, en un periodo de tres años desde que se aprobó el Estatuto de Autonomía, el Parlamento de Canarias acuerde una nueva ley electoral que cuente con una mayoría de tres quintos en la Cámara regional.
La propuesta de Demócratas para el Cambio, defendida antes de que se aprobase la reforma del sistema electoral, fijaba un total de 69 diputados, “48 por las circunscripciones insulares y 21 en la autonómica; y los escaños insulares serían equitativos siguiendo las directrices de la triple paridad: 24 por cada provincia; 12 por Gran Canaria y por Tenerife; y 24 para las islas capitalinas y para no capitalinas”. También remarca la importancia de cambiar la fórmula del reparto de los votos en escaños, “pasar de la Ley D´hont a la de Hare, que es mucho más proporcional”, lo que, a su juicio, “corregiría las sobrerrepresentaciones, pero también a la baja a partidos como CC o PSOE”.
Mujica recuerda que esto ya se pudo llevar a cabo, pues cuando el Parlamento estaba activo, solo precisaba una mayoría de tres quintos, es decir, la suma de los partidos reformistas: PSOE, PP, NC y Podemos. De hecho, tanto PP como PSOE pusieron como condición para llevar a cabo la reforma electoral que el número de diputados por circunscripciones insulares se mantuviera igual.
Durante la campaña electoral, Demócratas para el Cambio se ofreció a hablar con todos los partidos para adelantarse cómo debía acometerse la nueva ley electoral, pero solo recibieron al foro ciudadano Podemos y Nueva Canarias. “Ahora tienen otra oportunidad. En este caso ni siquiera tiene que ser la sociedad civil la que insista porque hay un mandato en el Estatuto que dice se debe acometer la nueva Ley Electoral. Debe haber una voluntad política real”, concluye Mujica.