La ordenanza para regular el reparto de prensa gratuita en las calles de Santa Cruz de Tenerife, promovida por el primer teniente de alcalde, Ángel Llanos (PP), no sólo levanta críticas entre los políticos de la oposición al pacto CC-PP -e incluso en el propio PP tinerfeño-, sino que también ha movilizado voces en contra dentro de los medios de comunicación isleños y en los sindicatos del sector.
Las muestras de repulsa a la medida propuesta por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, y de apoyo al único diario gratuito que se reparte en Canarias, Metro, editado por CANARIAS AHORA PRENSA, se han sucedido en los últimos días, con voces que se atreven a salir a la luz pública en defensa de la libertad de expresión.
Francisco Moreno, ex director general del Ente Público Televisión Canaria, asegura que “me sorprende enormemente que estos usos puedan ocurrir a estas alturas del siglo XXI, porque la única ordenanza que podría sucribir un organismo público sería en sentido contrario, para fomentar el uso de la lectura y el desarrollo y el acceso a la información”.
Por eso, Moreno entiende que “es una patada en el estómago para quienes creemos que nos hace más libres cuantos más medios de comunicación existan, y espero que sepamos rebelarnos, los periodistas y los ciudadanos, ante este atropello”.
El máximo responsable de los proyectos audiovisuales de Editorial Prensa Canaria, editora de La Provincia y La Opinión de Tenerife, puso un ejemplo significativo: “¿Qué pasaría si un día me pongo a repartir ejemplares de El Quijote en la puerta del Ayuntamiento de Santa Cruz? ¿Me detendrán? ¿Me multarán por repartir gratuitamente un producto para la lectura?”.
Desde la esfera sindical, la secretaria general de la Unión de Profesionales de la Comunicación de Canarias (UPCC), Luz Belinda Giraldo, adelanta que “el sindicato siempre está contra cualquier iniciativa que signifique coartar la libertad de expresión”. Giraldo confesó que “no conozco el decreto, pero es curiosa la reacción tan rápida ante una actividad que comenzó hace sólo tres semanas, cuando el ayuntamiento no suele ser tan rápido en otras circunstancias”.
Desde la UPCC, su secretaria general que “en defensa de la labor periodística, estaremos vigilantes”, como también desde Comisiones Obreras, cuyo secretario de la Federación de Comunicación y Transportes, Pedro Costeras, indicó que la ordenanza “nos parece una barbaridad auténtica, porque esa decisión implica muchas cosas y dos de ellas muy importantes”.
En primer lugar, apunta Costeras, “supone un desconocimiento de los medios de comunicación total, porque no se puede plantear que los diarios gratuitos puedan mermar la venta de los diarios de pago en los kioskos, porque de ser así, no existirían las ediciones digitales de esos periódicos de pago, que lejos de mermar, incrementan las ventas”.
Por otro lado, el dirigente sindical de CCOO considera “un insulto el curioso razonamiento de que se quiere evitar que se arrojen residuos en las calles, porque jamás he visto un ejemplar de Metro en el piso durante el año y medio que lleva en las calles de Gran Canaria”. Explica Costeras que “la gente lo coge, lo lea y va a comprar otros periódicos a ver qué dicen”.
Para Costeras es preocupante “la intuición de que se quiere amordazar a la prensa, eso es absolutamente impresentable y está relacionado con los concursos del Gobierno de Canarias para adjudicar los canales de TDT en plena precampaña electoral, para ver si los medios de comunicación que optaban a esos concursos se mostraban temerosos”.
Por su parte, el director del diario digital Canarias24Horas, Enrique Hernández, opina sobre el intento de controlar el reparto de prensa en las calles de Santa Cruz de Tenerife que nosotros, los periodistas, vemos siempre mal que el jefe nos eche pa´ atrás un reportaje o una noticia que creemos interesante. Vamos, que lo de que nos censuren no va con nosotros“.
Sobre la propuesta aprobada por Ángel Llanos, a debatir en el pleno el próximo viernes, Hernández apunta que “eso es una cabronada, es anticonstitucional -pienso- va contra los intereses de los ciudadanos, de mi madre, de la suya y hasta de los curas; a esos que Llanos dejó tristes cuando espetó en la campaña electoral que iba a ponerle la parte de arriba del bañador a las señoras en Las Teresitas”.
Enrique Hernández, sin pelos en la lengua, manifiesta además que “el buen cristiano [Ángel Llanos] va a hora a meterle la pata encima a la prensa, bueno a la que no le es afín... porque otro de la prensa (léase Pepe Rodríguez, el de El Día, no el puma) le mandó a parar esa cosa llamada Metro que ”intoxica“ a los tinerfeños”.