El alcalde de Mogán, Francisco González (PP), se ha desahogado. En una entrevista bajo palio en la televisión pública local, asegura de sus dos bestias negras en cada pleno municipal, Onalia Bueno (Ciuca) e Isabel Santiago (NC), que su “odio visceral” hacia el regidor se traslada del Consistorio a la calle, donde a diferencia de otros grupos opositores (PSC-PSOE y CC), “cuando pasan al lado mío, no me miran a la cara” o “me sacan la lengua y me pican los ojos para provocarme”.
González González dedicó buena parte de la hora y media de entrevista a criticar la pinza que sufre por parte de dos exconcejales de su propio partido, de cuya alianza y “cariño” actual recela, al haber sido Isabel Santiago una de las denunciantes del caso de corrupción denominado Góndola en el mandato 2003-2007, siendo concejal del PP, y que acabó “con los huesos de Onalia y los huesos míos en los calabozos durante tres noches”, como principales imputados del caso todavía bajo instrucción.
Los dardos de Paco González contra los dos grupos díscolos de la oposición se dirigieron, sobre todo, hacia su ex mano derecha durante el mandato de presunta corrupción en el grupo de gobierno del PP, Onalia Bueno. De la ahora líder de Ciuca aseguró el alcalde que posee “habilidades” para convencer “como en una secta”, en la que, a su juicio, ha caído el portavoz de Ciuca, Mencey Navarro, al que “le ha comido el cerebro” y en la que también se vieron atrapadas las concejales del PSOE y CC, aunque estas “se han dado cuenta”.
De Isabel Santiago (NC), sin embargo, González mantiene que no ha sido abducida por las “habilidades” de Onalia Bueno, sino que su objetivo mayor por acabar con la carrera política del alcalde les hace dejar en un segundo plano el “odio” que todavía las dos concejales se profesan. Es más, el alcalde asegura que Bueno utiliza a Santiago y vaticina que “seis meses antes de las elecciones” de 2015 “la va a dejar tirada” para erigirse la líder de Ciuca como la única alternativa al PP local qu él mismo preside.
Francisco González, además, se plantea prohibir las grabaciones en vídeo de los plenos, ya que a “la mala imagen” que ofrecen esas grabaciones realizadas por los grupos de la oposición se une ahora “la manipulación” por parte de NC y Ciuca y su publicación en redes sociales y en este periódico.