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La expulsión de Podemos del vicepresidente del Cabildo no afectará al pacto con Nueva Canarias y PSOE

El gobierno tripartito de Gran Canaria no corre peligro a pesar de la expulsión de su vicepresidente segundo, Juan Manuel Brito, del partido por el que ganó su acta de consejero, Podemos. Nueva Canarias y PSOE suman 14 de los 29 consejeros de la Corporación, a uno solo de la mayoría absoluta, y Podemos aporta otros cuatro, junto con Brito, que no solo muestran perfecta sintonía con el grupo de gobierno de Antonio Morales (NC), sino que están enfrentados a la dirección de su partido. 

Juanma Brito seguirá siendo a todos los efectos cargo electo morado hasta que la resolución de su expulsión sea firme. Aún cuenta con dos semanas para recurrir en alzada ante el Comité de Garantías, y será solo con el cierre del expediente cuando Podemos podrá registrar en el Cabildo la baja de su grupo del líder de los críticos y promotor en Gran Canaria de Sí Se Puede, y su pase automático como no adscrito. 

Eso si antes Brito no entrega el acta a la formación por la que fue elegido consejero, decisión personal que en la organización morada ni la esperan, y más aún cuando el vicepresidente y su grupo procedente de Acción En Red actúa como un partido dentro del partido desde su entrada en Podemos en 2014, ya abiertamente como Sí Se Puede Gran Canaria, frente a los oficialistas de Canarias por La Izquierda

Aún así, el panorama orgánico del grupo de Podemos en el Cabildo y el futuro de su cabeza de lista no alterará la hoja de ruta marcada por el tripartito con NC y PSOE. Es más, no hay normativa que impida a un consejero no adscrito ser miembro del gobierno, incluso vicepresidente. Ya lo fue en el anterior mandato el tránsfuga Juan Domínguez, vicepresidente en el gobierno de José Miguel Bravo de Laguna (ex PP y líder de Unidos por Gran Canaria) a pesar de romper con su grupo y su partido. 

Domínguez se presentó a las elecciones en una candidatura formada por el que entonces era su partido, Centro Canario Nacionalista (CCN), y Coalición Canaria (CC). La alianza electoral obtuvo tres consejeros, pero de inmediato Domínguez pactó con Bravo una vicepresidencia a cambio de dar estabilidad al gobierno, en contra de la postura del cabeza de lista de su grupo, Fernando Bañolas (CC). 

La coalición se disolvió nada más empezar el mandato en 2011, pero Domínguez dio otra vuelta de tuerca más al ser expulsado de su propio partido, CCN, en 2012, y aún así permanecer en el gobierno de Bravo como vicepresidente y consejero no adscrito. Al final acabó en el PP de José Manuel Soria, sin recibir el ansiado premio de un puesto de salida en las elecciones locales de 2015

El caso de Brito no es lo mismo pero es igual. Ganó el acta como cabeza de lista de Podemos pero prácticamente no atiende a las directrices de su partido en las Islas, profundamente dividido en dos sectores irreconciliables. Es más, este viernes, 24 horas después de declinar hacer declaraciones sobre su expulsión, se manifestaba en Ser Las Palmas contra Podemos y su secretario de Organización estatal, Pablo Echenique, y dejaba claro sus lealtades: “Mi compromiso con el proyecto de Sí Se Puede y con el gobierno del Cabildo de Gran Canaria es absoluto”, dijo. 

En reciprocidad, también es absoluto el compromiso de los socios de gobierno de Brito, Nueva Canarias y PSOE. A nadie se le esconde que el presidente del Cabildo, Antonio Morales, se siente mucho más cómodo y cercano a Brito que a la dirección autonómica encabezada por Meri Pita. Y aunque chirríe gobernar con un expulsado del partido con el que cerró un pacto tripartito, razones habrá para sostenerlo. 

La expulsión del vicepresidente segundo tampoco va a afectar al grupo político de Podemos en el Corporación. El mínimo para formar grupo –con todos los recursos humanos y económicos que eso conlleva- es de tres consejeros. Su compañera de viaje en Acción En Red y Sí Se Puede María Nebot, además de los ahora adversarios de la secretaria general, Miguel Montero e Ylenia Pulido, seguirían ostentando la representación política del grupo de Podemos en el Cabildo de Gran Canaria. 

Es más, en el hipotético caso de que un grupo político se quedara con menos de tres consejeros, mantendría su condición de tal aunque fuera solo con un miembro, según han explicado a Canarias Ahora fuentes de la Casa Palacio. Este lunes, en su reunión semanal, los consejeros morados tienen previsto analizar la situación. 

No se dará el caso, pero a partir de ahora se abre un nuevo panorama de aparente inestabilidad en el Cabildo por la presencia de un vicepresidente sin partido en su grupo de gobierno, y de un partido que obtuvo cuatro consejeros sin control sobre su grupo político en la Corporación, con la guerra abierta en Podemos, tanto en las Islas como en el resto del Estado como telón de fondo en su congreso de febrero.