Ana María Hernández, gomera de 79 años, es una de las dos mujeres canarias que ha sido galardonada con la Medalla al Mérito en el Trabajo en su categoría de oro, que otorga el Ministerio de Trabajo e Inmigración, “por toda una vida dedicada a trabajar por los demás”.
Esta mujer, pionera en la Isla Colombina por varios motivos, entre los que destacan ser la primera mujer concejal de un ayuntamiento, en este caso del de Hermigua, su municipio natal, fue además la primera mujer miembro del partido socialista y la primera en vestir pantalones, prenda que sigue usando a sus 79 años, y que probablemente vista cuando le hagan entrega del galardón en los próximos días.
Y precisamente en vaqueros es como me recibe esta cuasi octogenaria, luciendo además un moderno peinado corto que deja vislumbrar parte de su carácter; y es que la vanguardia es la tónica que, sin saberlo, ha llevado consigo esta mujer durante toda su vida; virtud acompañada de sacrificio, compromiso, humildad y mucho trabajo; esto último principal objeto del premio nacional del que es acreedora “y por ser buena persona” apostilla.
La excelentísima Ana Hernández , así es como hay que llamarla desde el pasado 4 de diciembre fecha en que el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto de su nombramiento, me lleva al salón de su casa; una estancia rodeada de recuerdos y fotos familiares, entre las que destacan las de un elegante señor con bigote. Ana me hace saber que es Eligio Herrera su marido, quien la dejó viuda en 1981.
Anita, como la conocen en su pueblo, explica además que él fue miembro importante del Partido Socialista Obrero Español, consejero en la oposición de la entonces Junta de Canarias, Gobierno de Canarias actual, además de consejero del Cabildo de La Gomera. El fallecido Eligio tenía 49 años cuando se casó con ella que rondaba por aquel entonces los 44.
“La verdad es que me pude haber casado con él 20 años antes? pero no fue así” me explica mientras yo supongo que a través de mi cara de sorpresa había leído mis pensamientos? (no es muy habitual casarse en primeras nupcias a esa edad, y menos una mujer de aquella época.) Le repito que era una adelantada a su tiempo, y vuelve a negarlo?Lo cierto es que durante esos 20 años de distancia ambos desarrollaron una vida política intensa; él en Tenerife y ella, de una manera más discreta, en Hermigua
De entre lo recuerdos que adornan su cálido salón luce una placa del Ayuntamiento de Hermigua que también la premió el pasado año por sus más de 60 años de trabajo ejemplar. Fue a finales de los difíciles años 40, cuando a la edad de 18 comenzó a trabajar en la venta de su padre, negocio al que aún continúa acudiendo por las tardes a “echar una mano a sus hermanos”.
La primera afiliada
Así, abriendo los paquetes de mercancía que llegaban desde el exterior para desembarcar en el pescante de Hermigua, desempaquetó también la doctrina socialista convirtiéndose así en la primera mujer gomera afiliada a un partido político. Luego ejerció como concejal de su ayuntamiento mientras seguía trabajando en su tienda “en esa época los concejales no cobraban” aclara antes de recordar cómo ayudaba a las mujeres de servicio doméstico a intentar pedir un día libre a la semana? y cómo sus primas de Alajeró le decían que no pasara por allí para evitar el escándalo que producían sus pantalones.
Fue también revisora de cuentas del PSOE, partido del que además pertenecía al comité insular en una época en la que la localidad norteña de Hermigua tenía 7.000 habitantes mientras que, a día de hoy, son poco más de 2.000 empadronados, y bastante menos habitantes de hecho.
Llega la pregunta estrella, por qué cree que ha sido ella la escogida para recibir el premio al trabajo: “La verdad es que no lo sé”, me responde con la carta anunciadora del premio en la mano, “no lo he recibido aún -prosigue- me dijeron que fuera a Madrid a, recogerlo pero no quiero ir, preferiría que me lo dieran aquí y que me lo entregara alguien conocido y cercano”