Los bomberos de Las Palmas de Gran Canaria protagonizaron una nueva protesta en bicicleta en la inauguración del puente que une los barrios de Almatriche y Siete Palmas, y que pone fin al aislamiento en el que había quedado el primero tras la apertura de la circunvalación.
Así lo afirmó el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Manuel Soria, quien, junto a la alcaldesa de la ciudad, Josefa Luzardo, inauguró el puente, cuya construcción ha sido financiada por la corporación insular y ha precisado de una inversión de 2,1 millones de euros.
La alcaldesa lamentó la protesta de los bomberos en un acto del Cabildo, y que se conviertan ellos en noticia en lugar del puente, y aseguró que sus reivindicaciones son “inadmisibles”.
Luzardo señaló que los bomberos pueden continuar con su medida de seguirla a los distintos actos que concurre, pero advirtió que, “por mucho que me canten”, sus reivindicaciones no van a prosperar.
El portavoz de los bomberos, Martín García, informó de que el colectivo al que representa exige el pago de distintos pluses que se abonan a otros funcionarios y que a ellos también les corresponden, formación continua, el funcionamiento por especialidades y aspectos relativos a la prejubilación.
Así mismo, piden que la plantilla, que asciende a 124 bomberos, incluidos los mandos, se incremente a 365 para poder cumplir con la recomendación europea de que exista un bombero por cada mil habitantes, indicó.
El nuevo puente, construido sobre la circunvalación de la capital grancanaria, de 105,70 metros de longitud, tiene un ancho de 25 metros, dos viales, cada uno de dos carriles de circulación por sentido, un arcén exterior de 0,5 metros, y aceras de cuatro metros de ancho, por lo que no sólo servirá para la circulación viaria, sino también para los viandantes.