El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, ha puesto este jueves como ejemplo de “persecución a un inocente” a su ministro de Industria, Comercio y Turismo, José Manuel Soria, por haber “sufrido una cacería en 2009”, cuando fue investigado siendo vicepresidente del Gobierno de Canarias por un delito de cohecho al haber aceptado un viaje a Noruega con un empresario turístico que tenía intereses directos sobre la gestión pública de Soria.
Se trata del caso salmón, abierto en octubre de 2008, tres años y tres meses después del viaje a Austria y Noruega en el avión privado del promotor turístico ya fallecido Björn Lyng, que fue archivado en mayo de 2009 por la Sala de lo Civil y Penal canaria. El archivo fue recurrido por la asociación Justicia y Sociedad, y en su informe ante este recurso, el fiscal dejó claro que a su juicio no estaba limpio de polvo y paja el ahora ministro del Gobierno de España.
En su escrito de confirmación del archivo del caso, el fiscal Anticorrupción Luis Del Río apreció que Soria cometió cohecho al aceptar el viaje pero dio por prescrito el delito en aplicación de la doctrina de los Albertos, que fija el momento de la prescripción la admisión a trámite de la denuncia, en octubre, y no la interposición de la misma, en agosto al cumplirse los tres años de los hechos. La denuncia fue interpuesta por el director de CANARIAS AHORA, Carlos Sosa.
Recoge el escrito del fiscal que existió un enriquecimiento por parte de José Manuel Soria, “lo que ahorra en los referidos viajes”, y por ello “sí podría constituir una dádiva [...] teniendo en cuenta que posteriormente el imputado vota a favor de tal petición del Grupo Anfi en el Parlamento”. Se refiere el fiscal al grupo canario-noruego de multipropiedad o timesharing Anfi, que había solicitado al Cabildo de Gran Canaria que en agosto de 2005, fecha de los viajes a Salzburgo y Trondheim, presidía José Manuel Soria, la declaración de interés general de su proyecto de Anfi Tauro para salvar la moratoria turística vigente en Canarias.
Soria viajó ese mes con su esposa y un hijo suyo, en el jet privado de Lyng, primero al festival de música de Salzburgo, y tras un regreso a Gran Canaria para aprovisionarse de la vestimenta adecuada, de nuevo a Trondheim, tierra natal de Lyng, para disfrutar de la pesca del salmón. El ahora ministro disfrutó también de una rebaja sustancial en sus estancias vacacionales en las instalaciones de lujo de Anfi del Mar, pero el fiscal no aprecia que ello fuera constitutivo de un delito continuado de cohecho entre 2003 y 2008, periodo de la rebaja por hospedaje.
En todo caso, el delito que cometió Soria se produjo únicamente el 23 de agosto de 2005, día de los viajes a Austria y Noruega, previa vuelta intermedia a Gran Canaria. La denuncia fue presentada el 11 de agosto de 2008, antes de cumplirse los tres años, pero prevalece, según esa doctrina denominado caso de los Albertos, la admisión a trámite de la misma, que se produjo en octubre, y por tanto la comisión del delito ya había prescrito.
La magistrada que instruyó el caso, Margarita Varona, concluyó en mayo de 2009 que el viaje, las vacaciones pagadas eran una “conducta socialmente aceptadas”, afirmación que el fiscal no compartió, ya que “una cosa es que la conducta esté socialmente admitida y otra muy distinta que esté prescrita” y no explicarlo así -en el auto de archivo- “podría ser contrario a la finalidad preventiva del Derecho Penal. En efecto, una de las finalidades de un Derecho penal democrático es prevenir conductas nocivas para la sociedad (razón por la que se tipifican), tanto para el sujeto que ha delinquido -prevención especial- como para el resto de los miembros de la sociedad -prevención general-”.
Soria votó a favor en el Parlamento de Canarias de la declaración de interés general para la urbanización turística del Grupo Anfi, ahora envuelto a polémicas entre su socio canario y los herederos noruegos de Lyng, la misma declaración que había interesado, como paso previo a llegar al Parlamento, el Cabildo de Gran Canaria que también presidía el líder del PP canario. De ese caso salmón se supo, también, que el ministro de Industria pagaba sus gastos en las instalaciones de Anfi del Mar en metálico, llevando incluso 4.000 euros a mano.