El Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana ha asumido su error al no exigir mayor precisión sobre las actividades complementarias al I Congreso de Administración Local y Funcionarios con Habilitación de Carácter Nacional. El acto, celebrado del 16 al 19 de noviembre en Maspalomas, costó 500.000 euros y fue financiado por este Consistorio, con 100.000 euros, y San Bartolomé de Tirajana, que puso el resto. Contó con la participación de 60 funcionarios nacionales.
Ambas administraciones contrataron, a través de la entidad pública denominada Consorcio Sur de Gran Canaria Para la Televisión Digital Terrestre Local, a una empresa para llevar a cabo el congreso mediante un procedimiento negociado sin publicidad de tramitación urgente, que salió a licitación el 28 de octubre y 17 días después, el 14 de noviembre, acababa el plazo de presentación de ofertas.
En un comunicado, el Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana explica que ha apoyado la celebración de este congreso porque considera necesaria la formación del personal público para mejorar el funcionamiento de la administración, que permitan una mejor adaptación a los cambios legislativos que afectan al trabajo diario de los funcionarios y a los servicios a la ciudadanía. “En este sentido valoramos la celebración de un congreso con unos ponentes de alto nivel”, añade.
Pero el Consistorio ha mostrado sus discrepancias por “algunos gastos”, como “una actuación musical de artistas de alto caché o la programación de fuegos artificiales con cargo al presupuesto del congreso”, lo que suponen “dispendios a costa del erario público”.
El Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana defiende que no tenía conocimiento de la contratación de “esas actividades lúdicas” y achaca la responsabilidad a “la organización”. Aunque añade que la celebración del Congreso “ha seguido un procedimiento reglado”, sí reconoce “el error de no haber exigido mayor precisión sobre las actividades complementarias”.
De esta manera, el Consistorio sale al paso de las denuncias vertidas por el concejal de Coalición Canaria en San Bartolomé de Tirajana, Alejandro Marichal, quien aseguró que, de forma paralela al Congreso, se celebró una fiesta para agasajar a los asistentes en la que hubo “actuaciones de Café Quijano y Dani Martin”, champán “Moët & Chandon”, alojamientos en “suites de lujo” o fuegos artificiales.
El pasado 21 de noviembre, Marichal también aseguraba que de los 95 funcionarios habilitados nacionales en Canarias, “sólo asistieron cinco a este Congreso”. Por ello, ha demandado a la alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, Conchi Narváez, que acredite cuantos asistentes acudieron y que justifique el coste detallado de cada una de la partidas para acreditar en qué se gastaron los 500.000 euros. “No se entiende el despilfarro realizado para agasajar a los asistentes”, añadió.
Un día después, el Partido Popular de Gran Canaria se sumaba y exigía explicaciones y responsabilidades políticas. “Es un escándalo que se gasten medio millón de euros en un congreso que, siendo importante, no tiene una relevancia especialmente significativa a la hora de promocionar la isla, por lo que vamos a pedir toda la información necesaria sobre este evento para exigir responsabilidades”, expresó Michel Jorge, presidente de la formación en la Isla.
Además, el PP recordó en la nota que el Consorcio Sur de Gran Canaria Para la Televisión Digital Terrestre Local, órgano adjudicador del contrato, está conformado por, además de los dos municipios implicados en el congreso, los ayuntamientos de Agüimes, Ingenio, Telde y Valsequillo. Por ello, anunció que registraría un escrito en los diferentes consistorios que conforman la entidad pública para recabar toda la información sobre esta licitación. Tanto San Bartolomé de Tirajana como Santa Lucía celebran este jueves sesiones plenarias.
El pliego detallaba las fiestas
En las prescripciones técnicas del contrato, se especifica que la entidad adjudicataria, que fue R.S. Sonocom, debía garantizar la atención y el traslado de todos los ponentes desde su llegada a Gran Canaria hasta su regreso a los respectivos lugares de origen, incluyendo reservas de hotel y sus desplazamientos tanto a su llegada a la Islas como a su salida.
También se recoge que el acto debe incluir a un director artístico que planifique y ejecute “tres fiestas temáticas como actividades paralelas al congreso”. A su vez, esta tiene que coordinarse con un responsable técnico de las actividades no académicas del evento.
“Se propone una actuación de Cristina Ramos para el día del coctel de Bienvenida, la actuación de Salvapantalla o similar para la Cena de Gala, al igual que La Oreja de Van Gogh o similar, y en la fiesta La Vida es un Carnaval una orquesta y actuaciones en directo”, cita el texto, que especifica y detalla cada actividad lúdica.
En concreto, la Bienvenida, en la que esperaba la asistencia de 150 personas, tendría lugar en el hotel RIU Palace Maspalomas “con música ambiental adecuada”. Para La Vida es un Carnaval, en el Mirador de las Dunas, se pretendía “una puesta en escena de la Fiestas con mayor arraigo y tradición”, con catering y barra libre hasta las 12 de la noche y actuaciones de Drag Queen, orquesta o comparsa. Y la Cena de Gala, en el Faro de Maspalomas, debía incluir “una propuesta de dinamización musical”, con “actuaciones en directo de alta calidad”.
Todo ello para la celebración de un congreso que tenía como objetivo una mayor capacitación formativa del personal de los ayuntamientos de San Bartolomé y Santa Lucía de Tirajana, en materias de interés público para el correcto desarrollo de las competencias municipales.
En este sentido, ahonda en la importancia de la formación de estas instituciones para adaptarse mejor a las necesidades cambiantes de la ciudadanía y sus expectativas. “La formación constituye un mecanismo compensatorio para facilitar la adaptación, la flexibilidad y la actualización de los recursos humanos que toda organización requiere”, remarca.
En la memoria justificativa, también se especifica que la urgencia en la tramitación del acto obedecía a la necesidad de celebrarlo antes de finalizar el año y de los periodos de alta ocupación en las islas, pues resultaba “no sólo lo más ventajoso, sino la prácticamente la única posibilidad de la que se dispone”.