Salió el 27 de abril de New Jersey (EEUU) y fue avistado el 14 de noviembre en aguas españolas
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 15 (EUROPA PRESS)
Un pequeño submarino científico de navegación automática no tripulada, bautizado como 'Slocum Glider' o 'Piolín', por ser amarillo y 'volar' por el océano, ha realizado el primer viaje transoceánico en la historia de la oceanografía, tras 221 días en el mar y recorrer aproximadamente 7.410 kilómetros desde New Jersey (Estados Unidos) hasta la costa de Baiona, al sur de Galicia, en España, consumiendo el equivalente a medio litro de gasolina. El 'robot submarino' será recibido “con honores” en la Casa Blanca por el presidente Barack Obama.
Así lo anunciaron hoy el investigador del Departamento de Biología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Antonio González, y del Departamento de Informática y Sistemas de la ULPGC, Jorge Cabrera, en rueda de prensa en la capital grancanaria, acompañados por el rector de la institución universitaria, José Regidor, en tanto que participaron en este proyecto de la Universidad de Rutgers (EEUU).
El pequeño submarino, que pesa 60 kilogramos y mide 2,40 metros, fue lanzado el 27 de abril de 2009 en New Jersey y ha sido bautizado como 'Slocum Glider' o 'RU-27', aunque los alumnos de la Facultad de Ciencias del Mar de la ULPGC lo bautizaron como 'Piolín'.
EXPUESTO EN EL CAPITOLIO
La semana pasada estos investigadores se desplazaron a Baiona para recibir al submarino, que ha supuesto una inversión de 100.000 euros por parte de una fundación americana privada. Tras la celebración en Galicia, será trasladado a EEUU para ser recibido por Obama y pasará a formar parte de los fondos del Museo del Capitolio, al lado de la cápsula del Apolo XI, mientras que una réplica quedará en el Museo de Baiona que abrirá en 2010.
No en vano, Antonio González incidió en el interés del Ayuntamiento gallego y la Xunta de Galicia para que la sonda desembarcara en ese pueblo, que fue el primero español que recibió la noticia del descubrimiento de América el 1 de marzo de 1493.
De hecho, se estableció una placa conmemorativa de la experiencia del submarino junto a la placa en homenaje a la tripulación de La Pinta, con la que Martín Alonso Pinzón arribó a las costas de Baiona tras su viaje a América convirtiendo a esta villa en la primera de Europa que supo la noticia del descubrimiento del Nuevo Mundo.
INFORMACIÓN DE SATÉLITE EN TIEMPO REAL
La tarea fundamental del equipo de la ULPGC consistió en el suministro de información de satélite en tiempo real al centro de mando en Jersey. Esta información es traducida a predicciones meteooceánicas y convertidos en mapas/rutas, que definen las referencias para la navegación del droide, aprovechando los remolinos ciclónicos y anticiclónicos que deriven corrientes hacia el este.
En este proyecto también han colaborado la NASA, la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) y el Laboratorio de Investigación Naval. El segmento español, además de los científicos de la ULPGC, ha contado con la colaboración del Laboratorio de Puertos del Estado, la Dirección General de la Marina Mercante y la empresa española Qualita Instruments.
UN SISTEMA DE TRANSPORTE REVOLUCIONARIO
Se trata de “un sistema de transporte completamente revolucionario porque utiliza la propia energía del agua y mediante el sistema de planeamiento consume una mínima energía”, destacó González, que explicó que el pasado 14 de noviembre, a las ocho de la mañana, se notificó la entrada de la sonda en aguas españolas y entró en el kilómetro 7.274. Finalmente, el 4 de diciembre, a las 09.05 horas, estaba el submarino en la superficie “lleno de percebes”, que ha sido el “dolor de cabeza” de los investigadores durante toda la travesía.
El científico subrayó que “los últimos 300 kilómetros en aguas españolas fueron los más difíciles de toda la navegación” y el aparato estuvo “cuatro días varado porque la corriente era muy intensa”. No obstante, tras siete meses de viaje, entró en la bahía de Vigo (Pontevedra).
Asimismo, añadió que “en aguas españolas la sonda estaba muy lastrada posiblemente por el peso de los percebes adosados al submarino, que reducían la velocidad hasta un octavo de su velocidad potencial”. “'Slocum' estaba dejando de ser nave para convertirse en una botella a la deriva”, comentó.
Hizo especial hincapié en que “la particularidad” del pequeño submarino “es que consumió durante el viaje el equivalente a medio litro de gasolina y va realizando bucles entre 40 y 120 metros de profundidad aprovechando la sustentación en el agua”. Cada ocho horas emergía, enviaba una señal de comunicación, volcaba datos y seguía desplazándose.
El investigador del Departamento de Biología de la ULPGC comentó que, tras un primer fracaso en 2008, la segunda experiencia ha sido un éxito, en el que el pequeño submarino ha ido utilizando las zonas de corriente y su contribución permite encontrar “las futuras rutas que utilizarán los glider transoceánicos para navegar sin costes adicionales como supondría un buque oceanográfico”.
NUEVAS RUTAS TRIDIMENSIONALES PARA LA NAVEGACIÓN
González indicó que la primera aportación del grupo canario fue “empezar a navegar el océano en tres dimensiones y las imágenes de satélite fueron convertidas en escenas 3D”. Gracias a la experiencia se pudo descubrir que “la dinámica del océano está formada por pequeños giros cálidos y fríos que se acoplan en forma de pequeños mecanos y son estructuras que permanecen durante mucho tiempo”.
El investigador anunció que en el futuro se intentará que el submarino incorpore una cámara y cambie la forma exterior del glider, puesto que “se está empezando a experimentar con estructuras que son parecidas a las pieles de los tiburones”. Abogó porque parta de las costas de Canarias hacia América. En todo caso, vaticinó que la próxima aventura será atravesar el Océano Índico.
Por su parte, el investigador Jorge Cabrera destacó que los retos que se presentan son “científico-tecnológicos”. “Éste es un claro ejemplo del trabajo de la ULPGC en su eje estratégico que es el eje marino y el trabajo de colaboración interdisciplinar”, aseguró, por su parte, el rector, José Regidor, que reiteró que “se ha lanzado el primer prototipo y se ha demostrado que funciona”. “Es un instrumento útil como robot submarino, como los robot que se mandan a Marte”, aseveró, al tiempo que insistió en la importancia de este avance para la oceanografía.