Entrevista

Teodoro Sosa, el alcalde más votado de España: “A mí me elige gente de todas las ideologías”

Teodoro Sosa en el Salón de plenos del Ayuntamiento de Gáldar.

Iván Alejandro Hernández

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La actividad de Teodoro Sosa, alcalde de Gáldar (Gran Canaria), es frenética. Acaba de atender a los medios por un acto electoral de cara al 23 de julio, junto al candidato al Senado por Nueva Canarias Txema Santana. Saluda a unos vecinos sentados en un banco y, mientras vuelve al ayuntamiento, habla casi a la vez por sus dos móviles. Hay una avería en el servicio municipal de aguas (externalizado a Aqualia) y vecinos llaman o mensajean directamente al alcalde pidiéndole soluciones. En las Casas Consistoriales, donde turistas se sacan fotos con un drago tricentenario o frente al mural del salón de plenos, su equipo de gobierno le espera para decidir cómo proceder en determinados asuntos. Tiene que atender también una visita escolar a las instalaciones municipales y, poco después, cruzar los 30 kilómetros que separan al municipio norteño de la capital isleña para ejercer sus funciones como portavoz, vicepresidente segundo y consejero de Presidencia y Movilidad Sostenible del Cabildo de Gran Canaria. 

El 28 de mayo, el 78,84% de las 14.417 personas que votaron en Gáldar (25.000 habitantes) respaldaron a Teodoro Sosa y su equipo de gobierno, otorgándole 19 de los 21 concejales que componen la Corporación. Nadie ha tenido un resultado similar en España. Este ingeniero de 47 años, líder del Bloque Nacionalista Rural (aliado a Nueva Canarias), afronta su quinto mandato consecutivo y encadena su tercera mayoría absoluta, pero esta vez, una aplastante que tiene enfrente una ínfima oposición formada por un concejal del PSOE (6,9%) y otro de Unidos por Gran Canaria (6%). Reconoce que es probable que sea la última vez que ostente el bastón de mando en el municipio antes de dar el salto definitivo a la Presidencia del Cabildo de Gran Canaria, donde se ha ido preparando desde 2019 como vicepresidente para suceder a Antonio Morales (quien encadena su tercer mandato tras 28 años siendo alcalde de Agüimes). 

El alcalde de Gáldar y vicepresidente del Cabildo también va como número 2 en la candidatura de Nueva Canarias al Congreso de los Diputados en las próximas elecciones generales, aunque en este caso reconoce que será como “acompañante” para intentar aprovechar su tirón electoral y ayudar al partido lograr los 45.000 votos necesarios para conseguir un escaño que podría ser vital el 23 de julio. ¿Y si el partido consigue dos diputados? “Entonces ya es para pensar que lo hemos hecho demasiado bien… vamos a decirlo así”, dice, sonriendo, mientras atiende a ahora.plus en las Casas Consistoriales de Gáldar.

Después de un mes de las elecciones municipales, ¿cómo valora el respaldo logrado?

La noche electoral fue muy emotiva, porque es reconocerte valorado por tus ciudadanos. Fue pasar de casi un 70% de las elecciones en 2019 a casi un 80% en 2023. A nadie se le esconde que a mí me tiene que votar gente de todas las ideologías. No solo gente que se pueda definir nacionalista-progresista, sino también me tiene que votar gente de todas las ideologías para llegar a ese 80%. Poner de acuerdo a tanta gente al mismo tiempo, me crea ese reto de no defraudarles. Me parece que lo peor que podría hacer es pensar que uno tiene la verdad absoluta, que uno se endiose. Pero después de tantos mandatos y con una mayoría abrumadora espero no cambiar el rumbo que hemos trazado.

¿A qué achaca este respaldo?

Creo que la gente ve que hay un sentimiento de trabajo serio, hay organización, hay equipo, hay estructura y hay modelo de ciudad. Siempre he defendido que Gáldar tiene un modelo de ciudad planificado, que no hacemos las cosas sin criterio. Y hay un trabajo. No es por nada, pero yo puedo decir que le dedico a esto una media de 14 horas diarias. La gente ve que Gáldar ha prosperado. El municipio de hace 20 años no tiene nada que ver con el de ahora. Gáldar es una ciudad emprendedora, integradora, diversa, es una ciudad en la que se acoge a quienes la visitan con los brazos abiertos. Pero además, que genera empleo, que es dinámica, que atiende desde el sector primario al sector turístico, desde medianías hasta la costa. Y también hemos conseguido que la gente tenga un sentimiento de pertenencia y eso es muy bonito.

Le hemos visto gestionando las averías de agua, atendiendo a vecinos por teléfono. ¿Cuál es la importancia de la cercanía en política?

Te puedo enseñar todos los whatsapp de toda la gente a la que no le está llegando el agua porque hemos tenido un problema. Y yo estoy en primera persona. La cercanía es vital. Al final, el alcalde tiene que ser esa persona que está solucionando los problemas del día a día. Tú no puedes decir que el problema lo tiene la empresa gestora del agua o que el problema es del concejal. El problema es mío, es del ayuntamiento. Lo personalizo porque me parece que si la gente me ha votado, no es para que mire para otro lado, sino para estar en las duras y en las maduras. Con el agua hemos tenido varios inconvenientes porque se enlazó una avería detrás de otra y la gente tiene que saber que, cuando hay un problema, hay soluciones y tienes a alguien que responde por ti. Para mí, eso es vital. Que la gente se sienta satisfecha del municipio en el que vive.

Ya en 2019 acumuló el 73,89% de los votos, 17 de los 21 concejales. Este año, la oposición la conformarán sólo dos concejales. ¿Cómo es gobernar con tan poca oposición?

En 2019, la oposición era de cuatro concejales, pero te puedo asegurar que el 80% de las cosas que se trajeron al pleno en el mandato anterior se aprobaron por unanimidad. Ahora tendremos más fortaleza y menos concejales en la oposición, pero no quiero que sea un rodillo. Por ejemplo, estos días hemos aumentado las partidas para que la oposición pueda tener, como mínimo, una asignación como grupo. Además, uno tiene que pensar que hoy aplicas esto porque estás gobernando, pero el día de mañana puedes estar en la oposición. ¿Y qué cuesta tratar democráticamente a quienes son minoría? Eso te fortalece. Personalmente, me siento satisfecho cuando he aplicado lo que me gustaría que me aplicaran a mí si estuviera en la oposición. Además, tuve lealtad de la oposición en el mandato anterior. Tuvimos unos problemas graves: con la decisión de rescindir del contrato con la empresa del agua me apoyaron; también tuvimos el problema de la recogida de basura, tuvimos que rescatar el servicio y dárselo a otra empresa porque iba de mal en peor la gestión y la oposición me apoyó. Yo actuaría mal si dijera que ha habido una deslealtad por parte de la oposición, todo lo contrario. Entendieron que había cosas que eran importantes y que teníamos que estar unidos. Eso lo valoro mucho. No he tenido una oposición contraria, desleal, que me hiciera daño ni en lo personal ni en lo político.

¿Cuáles son los principales objetivos que se marca para el que puede ser su último mandato como alcalde de Gáldar?

En primer lugar, mejorar la atención ciudadana, a nuestros mayores, a nuestra infancia, a las personas con discapacidad. Somos referente en el ámbito nacional en las políticas de servicios sociales. Estamos en el puesto 27 o 28 de los 8.000 ayuntamientos de España que más invierte en política social. Tenemos una atención domiciliaria de mayores acompañados. La atención personalizada a las personas vulnerables me parece que es el futuro y eso siempre lo hemos tenido como prioridad.

El segundo gran eje es la diversificación económica: que Gáldar genere empleo. Porque si generas empleo, la gente no va a los servicios sociales. El mayor de los servicios sociales es llevarte una nómina a tu casa. Gáldar ha tenido una hoja de ruta de generación de empleo, se ve en el casco histórico, con un sector comercial, de restauración y de gastronomía muy potente; tenemos un sector primario interesante que mueve muchas familias, con una actividad platanera que exporta millones de kilos anuales, además de tener nuestros afamados quesos en la zona de medianías. Pero Gáldar también se ha diversificado, porque tenemos un sector turístico cada vez más potente. Hoy, Gáldar tiene cinco museos en el casco histórico en una ciudad de 25.000 habitantes. Además, tenemos la bandera azul en la playa de Sardina, que es un litoral precioso, con piscinas naturales, con una avenida que acabamos de hacer. También somos patrimonio mundial de la Unesco por Risco Caído y Barranco Hondo. Y hemos potenciado el sector industrial: la zona de San Isidro es un motor económico en la comarca. Todo esto es generar empleo, real, no de hoja de ruta ni de cuento. Hemos generado una ciudad dinámica y si tienes dinamismo, tienes empleo; por lo tanto, la gente tiene oportunidades que antes no tenía aquí.

El otro gran reto que me he apuntado para estos cuatro años es quitar la deuda. Gáldar tenía 32 millones de euros de deuda cuando llegué. Hoy estamos en poco más de 9 millones. La estrategia es quitar 2 millones por año en este mandato. Y, si me voy en este mandato que aún, bueno, es una decisión del partido, pero es probable que cierre una etapa, pues me gustaría irme quitando totalmente la deuda. Eso me parecería una tranquilidad.

Preguntar por usted en las calles suele traer consigo respuestas positivas sobre su gestión, pero también hay críticas. Hay quien dice que se motiva el voto bajo falsas promesas de contratación. También se dice que no se ha creado empleo y lo que se ha hecho es externalizar los servicios públicos. ¿Cómo se encajan estas críticas con un respaldo tan mayoritario?

Bueno, hay que respetar las voces críticas. Resumir que Gáldar genera empleo por los convenios que saca el Ayuntamiento… En Gáldar hoy se abren negocios; todas las semanas, voy a abrir un negocio en Gáldar, porque me invitan. Generar trabajo directo con empresas en la zona comercial, en el sector industrial, en el sector primario, en el sector turístico… Eso es sembrar por el futuro. Gáldar está luchando por tener un parque científico-tecnológico puntero. Gáldar ha puesto dos molinos eólicos 100% municipales y está a punto de poner el tercero y ser autosuficiente energéticamente. ¿Eso no es generar economía en la ciudad? ¿Eso no es potenciar para que podamos tener recursos y que el Ayuntamiento también saque a gente del paro? Porque parece que a alguno le puede molestar. No, no. Si generas recursos, puedes sacar convenios laborales para sacar a gente del paro. ¿Eso es comprar el voto? No, comprar el voto es lo que se hace en otros pueblos que no voy a nombrar. Nosotros en Gáldar nunca hemos comprado el voto. No creo que un respaldo tan mayoritario se pueda resumir en una compra de votos o de voluntades por sacar personas del paro. El Ayuntamiento debe hacer esas políticas también, porque no todo el mundo tiene las mismas posibilidades y capacidades para trabajar en un empleo privado. Si sacas a una persona, sacas a una familia y durante seis meses le das dignidad y la posibilidad de que con sus manos lleven un plato de comida a su casa. ¿Eso está mal? Yo creo que no. 

¿Considera que tiene alguna influencia su coalición con Nueva Canarias y el tiempo que ha gobernado Antonio Morales con el respaldo obtenido en Gáldar?

Yo he estado en el Cabildo como consejero de Presidencia estos últimos cuatro años. No digo que no haya una relación directa, es verdad. Cuando las administraciones son gobernadas por el mismo signo político generalmente hay sinergias y colaboraciones, hay trabajo común y estrecho. Yo no tengo que explicarle a Antonio Morales lo que es defender, por ejemplo, la depuradora de Bocabarranco. Un alcalde que ha estado 28 años gobernando una ciudad como Antonio sabe perfectamente que la depuradora de Bocabarranco no era un capricho de Teodoro Sosa. Era una necesidad medioambiental y solucionar un problema histórico para Santa María de Guía y Gáldar. Y por eso se ponen 15 millones sobre la mesa. ¿Eso está mal? Yo creo que es todo lo contrario, es dignificar y ser leal con otras administraciones cuando sabes que hay un verdadero problema. Luchar por un aparcamiento en la entrada de Gáldar y generar economía, porque eso posibilita que el sector comercial del municipio esté vivo, pues lo ha costeado el Cabildo de Gran Canaria. O el hotel, que es una realidad porque el Cabildo nos lo costeó en su momento. Si tienes proyectos, presentas esos proyectos y son necesarios, claro que hay un presidente del Cabildo que dice que hay que apostar por este tipo de iniciativas que muevan la economía municipal. Hay ayuntamientos que deciden hacer otro tipo de obras, pero el Cabildo tiene su modelo de isla y el Ayuntamiento, su modelo de ciudad, por lo tanto, se sabe cómo gestionar e invertir. Por eso creo que ha sido fructífero, porque hemos ido en la misma línea y cuando esos dos proyectos se unifican, se integran y son el mismo proyecto, se saca beneficio para la ciudadanía. 

Durante el pleno de investidura en el Cabildo, hubo cierta tensión durante el discurso de Vox, que entró por primera vez en la Institución con tres consejeros. Se definió como un partido que se opone a la agenda 2030 y que viene a luchar contra “leyes que mutilan cuerpos y mentes de personas”. ¿Cómo ha recibido este discurso?

Me parece que es un discurso fuera de lugar. Habrá quien se lo compre. Cada uno vota a quien quiera y cada uno tiene el discurso que quiera. Pero yo, que he defendido siempre las libertades, la democracia, la lucha social, reivindicar las minorías, la solidaridad, la integración, el respeto a quien piensa diferente a mí, esos discursos, a mí, me sobran. La sociedad los ha puesto y hay que respetarlo, porque si somos demócratas tenemos que serlo también para respetar que les han votado. Pero el tiempo dirá. Y ya lo estamos viviendo con las mayorías que se están cerrando en algunos parlamentos. Solo hace falta darles un año. En un año, empezaremos a ver cómo van a enseñar la patita. Y vamos a retroceder. Ya niegan la violencia de género. Ya niegan el discurso LGTBI. Ya niegan el apoyo a los inmigrantes. ¿Ese va a ser el futuro de España? Los veo sentados en algunos parlamentos y ellos mismos están en contra de las autonomías, las diputaciones o los cabildos. Al final, es un discurso de hace décadas, rancio. Yo voy a seguir defendiendo que con una visión progresista se avanza y lo hemos demostrado donde hemos gobernado. Yo no tengo que enseñar mi hoja de ruta. Ya la gente sabe cómo soy, lo que he gestionado y lo que he luchado. Esos señores están en las antípodas de lo que yo puedo pensar. Si ellos están aquí, yo estaré justo enfrente. 

Este año hace triplete, se presentó para la Alcaldía, el Cabildo y también se ha postulado para el Congreso de los Diputados. ¿No sería demasiado si obtiene el escaño?

(Ríe) Yo voy acompañando, en este caso, al candidato de Nueva Canarias. Estamos luchando por conseguir los 45.000 votos que hacen falta. Si en la noche del 23 de julio, el electorado nos da 90.000 votos, entonces ya es para pensar que lo hemos hecho demasiado bien… vamos a decirlo así. Estoy acompañando para que no perdamos un diputado por la provincia de Las Palmas con obediencia canaria, con lealtad canaria a lo que piensan y defienden los canarios. Cada vez que elegimos a un diputado, no elegimos ni a Feijoó ni a Sánchez ni a Díaz. Se elige a un diputado por la provincia. Y ese diputado, tristemente, cuando va a un grupo parlamentario grande, se silencia. Da igual el partido en el que esté, ya sea Sumar, PSOE, PP o Vox. Cuando llegas allí, levantas la mano cuando te lo pide tu grupo político. Es vital que haya un parlamentario que tenga obediencia canaria. ¿Quién consiguió el descuento del 75% del transporte aéreo y marítimo en Canarias? Nueva Canarias. Además, las encuestas no dan mayorías absolutas a ningún bloque y un solo diputado podría mover las mayorías. Por eso voy a las candidaturas. Alguien podrá decir, este hombre es como Dios, está omnipresente. No. Pero sé que puedo arrastrar ese voto consciente de que la gente moderada, con obediencia canaria y con criterio, que hemos sabido gobernar, porque hay veces que se sientan diputados que en la vida han estado ni de concejal. Que la gente tenga la tranquilidad de que Nueva Canarias va a saber defender a Canarias en Madrid. Y quien me conoce sabe que lo voy a hacer. 

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